"Toda la recaudación obtenida de estas dos funciones se destinará íntegramente a personas con discapacidad, concretamente a personas afectadas por el Trastorno Específico del Lenguaje o Trastorno del Desarrollo del Lenguaje (TEL/TDL), una discapacidad invisible que afecta al 7,4% de la población infantil y que desde ATELMA, (la Asociación de Personas con Trastornos Específicos del Lenguaje de Madrid) se intenta visibilizar desde el año 2003"
El Teatro La Latina se ilumina con los vibrantes colores del arcoíris y la melodía de la música los días 3 y 10 de junio, en honor al Mes del Orgullo, presentando uno de los espectáculos más aclamados de Broadway, The Prom, El Musical, en apoyo a una noble causa. Tanto si son amantes de los musicales como si solo quieren contribuir, deben acudir a esta cita.
La historia sigue a cuatro actores de Broadway que lamentan sus días de fama tras el fracaso del estreno de su último musical “Eleanor”. Deseosos de lavar su imagen, viajarán a la ciudad conservadora de Edgewater, Indiana, para ayudar a una estudiante lesbiana a la que se le ha prohibido llevar a su novia al baile de graduación de la escuela secundaria. Lo que comienza como una lucha personal para volver a ganar la atención de los medios terminará por convertirse en una batalla global por la aceptación y el reconocimiento de ser quienes somos y poder expresarlo libremente.
A diferencia de otras representaciones teatrales, casi lo menos importante es la valoración personal de la producción. En esta ocasión prima el cariño y la pasión de todos los integrantes para sacar adelante un espectáculo amateur que no solo entretiene y conmueve, también tiene un propósito solidario. Toda la recaudación obtenida de estas dos funciones se destinará íntegramente a personas con discapacidad, concretamente a personas afectadas por el Trastorno Específico del Lenguaje o Trastorno del Desarrollo del Lenguaje (TEL/TDL), una discapacidad invisible que afecta al 7,4% de la población infantil y que desde ATELMA (la Asociación de Personas con Trastornos Específicos del Lenguaje de Madrid) se intenta visibilizar desde el año 2003. Solo con escuchar la breve introducción de su presidenta, Esther González, podemos estar seguros de la dedicación y el orgullo de todo el equipo para sacar adelante un espectáculo sobresaliente. También tuvo palabras para Javier Quiñones productor y responsable de proyectos de la asociación, cuyo compromiso con la inclusión y el apoyo a causas benéficas ha hecho realidad este evento.
Merece la pena detenerse en el libreto original de Had Begelin y Bob Martin, y sobre todo en esta versión de Irene Rivera. La historia bebe de los musicales desarrollados en centros universitarios cuyos protagonistas son adolescentes, pero el trasfondo reivindicativo y los valores inclusivos son mucho más profundos. Cualquier adaptación debe partir de dos premisas básicas: ser fiel a lo original y aportar un sello distintivo que la haga única. Rivera, filóloga inglesa en la Universidad Complutense y especializada en adaptación de textos, logra con maestría ambos postulados. Por un lado, sigue la historia de los cuatro pintorescos personajes para poco a poco poner el foco en la verdadera protagonista del relato, Emma. A su vez, demuestra su inteligencia para hacer una versión más cómica y castiza introduciendo chascarrillos y personajes de actualidad para hacer que la historia resuene con más fuerza en el público. Si ya era importante el propósito solidario para dar visibilidad al TEL, lo es en igual medida el mensaje de lucha y reivindicación para expresar, sin miedo y en público, el amor entre personas del mismo sexo.
La música, compuesta por el también productor musical estadounidense Matthew Sklar,combina elementos de pop, rock y musical theater, creando canciones que son a la vez pegadizas y emotivamente poderosas. La dirección musical ha sido llevada a cabo por Abel Pérez-Crespo, quien ha realizado un excelente trabajo centrado en la interpretación y la comunicación con los actores, buscando crear una sinergia entre la música y el conflicto. Muchas de las canciones, como “Cambiando vidas” o “Quiero bailar”, son himnos de tolerancia y respeto con un leitmotiv reconocible. Como él mismo reconoce, “tiene una complejidad vocal en muchas de sus canciones, ya que durante la obra el elenco tiene que bailar y cantar a la vez, todo esto manteniendo la afinación, algo muy complicado que hemos trabajado durante los meses del montaje”. Sin duda alguna, objetivo más que logrado.
La dirección de Irene Rivera es fundamental para el éxito de este musical. Ha sabido unir a todo el equipo, incluyendo actores y actrices de diferentes edades y niveles de experiencia, en un proyecto que es más que una simple representación teatral. La variedad del reparto es una de las características más destacadas, al incluir actores y actrices desde los 15 años hasta pasados los 35. La dirección de Rivera ha logrado crear un ambiente de colaboración y compromiso entre todos los involucrados, logrando que la obra sea más que la suma de sus partes individuales. Su visión crea un ambiente emocionalmente vibrante, donde la música y la actuación se entrelazan de manera efectiva, conectando con la audiencia de manera profunda, vistos los aplausos como acompañamiento de las canciones y los vítores finales.
Por un ejercicio de concisión es imposible nombrar a todo el elenco. La historia sitúa como personajes destacados a los cuatros actores de Hollywood venidos a menos. Irene de la Casa como Dee Dee, es un torbellino escénico e inyecta energía, gracia y donaire a su papel y a la obra en su conjunto. Fco. Javier Mateos es el alma de la fiesta como Barry, su locura desmedida y arrebatos emocionales son sensacionales y aportan ritmo a la acción. Por su parte, Paloma del Valle introduce tranquilidad y sosiego a Angie con un número sensacional junto a la protagonista. Adrián Sánchez destaca por una gestualidad facial y corporal desbordantes en el papel de Sheldon, el manager del grupo y Diego Escribano, como Trent, rejuvenece al convertirse en el profesor que todos queremos tener, deslumbrando con su carisma y telegenia. También cabe destacar a Javier Martínez como Hawkins, el director de instituto centrado en contentar a todas las partes.
Todos los ojos se posan en Alicia Diéguez, quien brilla como Emma con una profundidad y autenticidad conmovedoras en su interpretación. Su capacidad vocal es destacable, especialmente en números como «Relax Emma» y «Rebelde corazón,» donde su voz transmite una intensidad emocional que resuena profundamente con la audiencia. Diéguez encarna con naturalidad la lucha y la esperanza de una joven empujada a la exclusión, convirtiendo a Emma en el corazón palpitante de la obra. Su química con el elenco y su presencia escénica elevan la producción, haciendo de su actuación una razón principal para que The Prom sea una experiencia teatral memorable y significativa. A su lado, Sofía Canto demuestra su habilidad para capturar la dualidad de Alyssa, una joven dividida entre el amor por Emma y la presión de conformarse a las expectativas de su madre y la sociedad. Canto brilla en momentos clave, especialmente en sus duetos, donde su química con Diéguez es palpable y emotiva. Juntas nos enseñan, como recoge una de las canciones, que “Vivir ni admite ensayos”. El resto del reparto, mayoritariamente juvenil, representan a una generación moldeable y carente de personalidad que termina por redimirse.
Las coreografías de Begoña Quiñones y Verónica Garzón son simples pero vistosas y efectivas. Destacan especialmente las secuencias distributivas donde implican a todo el reparto, logrando una cohesión y energía que llenan el escenario de vida. Este efecto se ve magnificado por el vestuario diseñado por Paloma del Valle, cuyas creaciones coloridas y detalladas realzan cada movimiento de los bailarines. A modo de mejora, sería interesante calibrar el diseño de sonido para evitar fallos técnicos que ensombrecen la actuación del reparto. Por último, el uso de elementos audiovisuales, integrados en una escenografía móvil y versátil, es inteligente y ayuda a situar al espectador en el lugar donde transcurre la acción. ¡Larga vida al Prom!
Dirección Escénica y Adaptación: Irene Rivera
Productor Ejecutivo: Javier Quiñones
Dirección Musical: José Abel Pérez-Crespo
Reparto: Alicia Diéguez, Irene de la Casa, Fco. Javier Mateos, Sofía Canto, Irene García-Talavera, Diego Escribano, Paloma del Valle, Adrián Sánchez, Javier Martínez, Patricia de la Torre, Ariadna Lucena, Carlos Ponce, Diego de Juan, Carmen Oropesa, Macarena Rocha, Brian Cordova, Jaime de la Riva, Samuel Díaz, Paula Rios, Martina Salas, Pablo R. Morales, Carmen Cabrera y Abel Pérez-Crespo
Coreografías: Begoña Quiñones y Verónica Garzón
Diseño de Vestuario: Paloma del Valle
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