Dama dictadura «nace de una idea que iniciamos en 2014”, recuerda Lluki Portas, su dramaturga y directora además de intérprete. “Josep Orfila, el intérprete de Carmen Polo en la obra, y yo teníamos entre manos la idea de hacer un espectáculo sobre Eva Braun, mujer de Adolf Hitler; Edda Mussolini, mujer de Benito Mussolini; y Carmen Polo, la mujer de Francisco Franco”. Pero en 2021, durante una estancia en Chile, se cruzó en su camino una dramaturga que analizaba la figura de Lucía Iriarte, la esposa de Augusto Pinochet, e inspiró una reconceptualización del trabajo centrado en Carmen Polo, en la que colaboraron con Andrés Lima o Catalina Florid y se formaron con varios talleres relacionados con los fascismos.
Y el pasado 23 de octubre, coincidiendo con el centenario de boda de Carmen Polo y Francisco Franco, estrenaron esta obra donde una revista Hola se abre en escena para dar cuenta de varias cacerías: “las cacerías de Carmen Polo con sus collares, la caza de Franco a Carmen Polo, las cacerías organizadas por las clases altas y las cacerías de la ultraderecha a personas vulnerables: aparecen varios casos documentados de los años 90”.
La obra se vertebra en torno a la figura de Carmen Polo, que resulta resulta así la excusa perfecta para hablar sobre la herencia que nos dejó la moral franquista en España en un espectáculo que se graba en directo y con un punto de vista muy subjetivo de lo que podría ser o podría haber sido. “Una línea de análisis del historiador Paul Preston analiza hasta qué punto Carmen Polo era conocedora de las estrategias de su marido, el dictador Francisco Franco. Por cierto, sí lo era”, explica Lluki Portas.
Sobre la compañía Hermanas Picohueso
“Hermanas Picohueso somos Lluki, Diego, Gal·la y todas las personas que siempre nos ayudan. Estamos diseminadas por el Mediterráneo.
Trabajamos juntas porque nos entendemos y nos gusta poner en común nuestros puntos de vista. Sumamos personas a nuestros procesos de creación porque creemos que el mundo está lleno de mentes con ideas brillantes.
Nuestras influencias son escénicas, literarias, cinematográficas, fotográficas, YouTube, las historias de nuestras abuelas y experiencias propias.
Trabajamos en otros proyectos porque tenemos hiperactividad y dispersión. Esto hace que nunca nos cansamos de nuestros encuentros y llegamos con la cabeza llena de ideas que queremos compartir. Nos gusta el riesgo y nunca ponemos límites a nuestras posibilidades. Apuntamos alto y no siempre llegamos.
Somos amantes de la tecnología, probamos e incorporamos todo lo que pueda servirnos para experimentar con nuevas maneras de contar las cosas. Sin ningún tipo de filtro previo.
Otras características que nos identifican:
1. Sufrimos un síndrome de Diógenes colectivo e individual que nos permite contar siempre con todo tipo de materiales y artefactos que también reutilizamos. Creemos que una Marie Kondo no hace teatro.
2. Nuestro cerebro es totalmente nocturno. Las 9 de la mañana para nosotros es la madrugada.
3. Somos unos modernos y nunca lo admitiremos”.