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Año VIIINúmero 381
06 DICIEMBRE 2024

Silvia Acosta: “El diálogo con el público presente es siempre una adrenalina y una energía muy especial”

Silvia Acosta en una escena de 'La dama duende'
Silvia Acosta en una escena de 'La dama duende'
La actriz andaluza llega a la 47ª edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro para interpretar el personaje de Doña Ángela dentro de la función La dama duende, de Calderón de la Barca. Después de pasar por varios festivales con gran éxito, la actriz llega a la ciudad encajera con mucha ilusión, aunque no es la primera vez que pisa el festival. Anteriormente ha estado, entre otros, con un montaje de la Compañía Nacional de Teatro Clásico.

¿Qué cuenta la versión de La dama duende? ¿Qué personaje interpreta?

La Dama Duende cuenta la historia… principalmente de doña Ángela. Doña Ángela se encuentra en una situación un poco complicada, porque es una mujer muy joven, viuda, con una situación económica y social un poco complicada porque ha heredado deudas de su difunto. En el contexto histórico de la época la decisión que adoptan sus hermanos varones para poder salvarla de esa situación económica que tiene es encerrarla en casa. Otra opción más efectiva sería meterla en un convento, pero optan por encerrarla en casa. Doña Ángela tiene una necesidad de vivir imperiosa y es el principal conflicto y el principal motor de este personaje, la vitalidad que tiene y la necesidad de libertad que tiene, viviendo en una prisión, digamos, personal, por una situación que ni siquiera ella ha causado, que tiene que ver con las deudas del marido fallecido. Y lo que termina de catapultar a este personaje a esa necesidad de libertad es el enamoramiento que tiene de Don Manuel, que es un chico que conoce la calle, cuando Doña Ángela se escapa de su casa. Eso es lo que catapulta toda la obra.

¿Se había enfrentado alguna vez a algún clásico?

Sí, yo he trabajado en varias ocasiones estos clásicos, sobre todo el Siglo de Oro, incluso de siglos previos, siglos XV, de Bartolomé Torres Naharro, con la compañía Nao D’Amores, con la Comedia Aquilana, y posteriormente trabajé en Lo fingido verdadero de Lope de Vega bajo la dirección de Lluís Homar, en la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Previamente había trabajado también algunas piezas, pero es la primera vez que me enfrento a un personaje protagonista en una obra de teatro clásico.

Llama la atención la puesta en escena de esta Dama duende y que se puede ver en las fotografías promocionales de la obra. ¿Cómo es?

Para eso te voy a poner un poco en contexto con la versión que ha hecho esta compañía, MI Producciones, y la dirección de Borja Rodríguez, de la pieza de Calderón de la Barca. La versión que ha hecho Fernando Sansegundo, que además actúa también en la obra, contextualiza la historia de La dama duende en el ámbito radiofónico de los años 50 de nuestro país, rindiendo un homenaje a todos estos actores de radio y novela que contaban estas historias a través de este medio. Con lo cual, la puesta en escena de la obra, tanto escenográfica como el vestuario, tiene que ver con eso, con actores que llegan a un estudio de radio, vestidos con su indumentaria habitual, y allí hacen una transformación hacia el personaje que van a narrar de manera verbal y con vía auditiva. El guiño que tiene esta pieza es que todo eso se escenifica y se hace visible en un estudio de radio y de alguna forma, digamos, imaginarías a los actores porque van encarnando cada uno de ellos a sus personajes. Fernando Sansegundo ha rescatado nombres e identidades reales de actores radiofónicos de la época, homenajeándolos de alguna forma a todos ellos, y luego cada uno de ellos va a encarnar a personajes de la pieza. La puesta en escena tiene que ver con una sala de radio, con un cartel con la luz roja donde indica silencio en el momento en que se va a grabar. Está el narrador-director de la obra que va contando alto todo lo que está sucediendo en la pieza, va contando las acotaciones, y los actores van escenificando, a la vez que narrando verbalmente, todo lo que va sucediendo en la obra. Y el vestuario tiene que ver con esos años 50, y algún detalle barroco para personajes principales, que es un trabajo que ha hecho Gabriela Salaverri, que es una belleza, y es un vestuario que yo creo que utiliza muchísimo, y que potencia todo lo que está sucediendo en escena.

Screenshot
Silvia Acosta, en el centro de la imagen, protagonista de «La dama duende» de Calderón de la Barca

Esta versión que hace Fernando Sansegundo y que dirige Borja Rodríguez, ¿cree que ayuda más al público a meterse en la situación de lo que quiere contar Calderón o simplemente es una Dama Duende más?

Yo no sé si ayuda más al público, pero en cualquier caso es una Dama Duende más, porque lo que sí que hacen es conectar La dama duende y el conflicto que tiene que ver con el género femenino, que tiene doña Ángela en la pieza, con la mujer de los años 50, en este caso en España, época en la que se atraviesa la dictadura franquista, que tiene esa necesidad de libertad que no puede ejercer, que conecta de alguna manera con el hecho histórico, y la estamos representando en el año 2024. Conecta con muchas de las cuestiones feministas que vivimos a día de hoy. Hay una cosa muy bonita que, bueno, es un poco spoiler de la obra, pero que a mí como actriz me interesa mucho a la hora de representarlo, es que parece que Doña Ángela, de alguna forma, el personaje de Doña Ángela, de alguna forma en esta versión que está interpretando, cambia el destino que originalmente tenía en la obra de Calderón. Y es que ella decide no casarse con don Manuel y tirar por la calle de en medio, que es ejercer una vida libre con todos los miedos que eso puede llevar, el vértigo a la que la pueden llevar. Pero se atreve, de alguna forma, a hacer un camino con una, digamos, voz e identidad propia y no dominada por los roles masculinos de ese momento, por los que son sus hermanos y el padre de Manuel, que deciden el destino de este personaje, sino que ella es el motor de su propia vida. En ese sentido, pegan un pequeño cambio de guion, pero muy importante, al final de la pieza, que hace que de pronto el personaje cobre una relevancia nueva y de alguna forma la versión también. Entonces, me parece curioso conectar con ese momento. Una pieza que se estrenó en el 1605, 1607, creo, representada en los años 50 de nuestra época y, claro, representada en nuestro 2024…

¿Qué de actualidad tiene el texto de Calderón hoy en día?

Pues precisamente es lo que estamos hablando. Es una mujer que quiere vivir y que quiere quitarse de alguna manera esa represión y esa jaula de oro como en nuestra versión en la que se encuentra, dominada por una sociedad y por un contexto histórico económico donde a ella se le hace muy difícil ser independiente. De ahí es donde alcanza el valor tan importante que da los años 50, pero que de alguna forma eso coge eco a día de hoy. Ha sucedido alguna vez en el final de alguna representación, en algún comentario, así entre el público, que son muy bonitos, cuando pasamos al lado del público y no nos reconocen, que dicen: “Hombre, por fin en el siglo de oro se cuenta algo ya de una mujer con su camino, que lleva su volante”. Escuchar ese tipo de comentarios de cómo se ha recibido es algo como muy bello, y ver que ha sucedido ese diálogo entre la pieza y el trabajo actoral con los espectadores que la están viendo.

Silvia, después de haber estado con Nao D’amores, después de formar parte de Lo fingido verdadero de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, imagino que Almagro no será una plaza nueva para usted…

Almagro no es una plaza nueva. Siempre me ha gustado volver a Almagro, reencontrarme con los compañeros que coincidimos, este año con la compañía, también con uno de los montajes del clásico que viene de estrenarse del Grec. Siempre es una ilusión estar en esa plaza tan bonita de Almagro cenando. Vamos este año al Palacio de los Villarreal, que en mi caso es la primera vez que estoy allí. Y, en fin, siempre es muy bonito formar parte de un festival.

Están recorriendo todos los festivales de verano de España. Después de Almagro, ¿qué viene?

Bueno, realmente este verano hemos hecho Cáceres, Alcalá de Henares y Almagro, que este es el último. Y ya la Dama Duende empieza un viaje en gira por toda España a partir de septiembre-octubre. Hay bastantes plazas ya concertadas. Pero yo creo que hay varios festivales de clásicos que se han quedado pendientes este verano, como puede ser Peñíscola, Olmedo, Olite, Niebla… en fin, muchos de los que hay que probablemente vengan en temporadas venideras. Al fin y al que esta pieza la hemos terminado de armar ya casi arrancada la temporada de verano. Empezamos los ensayos en abril, con lo cual posiblemente ha ido muy solapado todo y no ha habido suficiente tiempo para poderla recibir en otros muchos festivales. Nuestra Dama Duende acaba de nacer. Ahora viene muchísimo por hacer.

Dama duende MIC Almagro 2024
El reparto al completo de la producción

¿Cómo ha sido el trabajo con Borja Rodríguez?

Trabajar con Borja es muy fácil. Es un director que tiene bastante claro lo que quiere, lo cual yo creo que es positivo, así a priori. Borja ha ido bastante a tiro hecho. Conocía muy bien la obra y todo el camino nuevo trazado por Fernando con la versión, con lo cual tenía bastante concretado lo que quería. A su vez, junto al equipo de escenografía, de vestuario, se han ido armando todas las piezas, de alguna manera, al mismo tiempo. Borja es un director muy amable, muy sencillo, fácil de trabajar con él. Fernando y Borja se nota que tienen muchísima complicidad, aunque Fernando esté aquí como actor, pero al hacer la versión ha habido momentos determinados que ha estado de la mano de la dirección. Luego están Luis Rallo y Rafa Núñez que han trabajado ya en muchas cosas con Borja. Mario Alberto Díez, que también venía de trabajar con él, y luego Helena Lanza… Han sido unos ensayos muy agradables, y como muy sencillos, ha sido un ensayo muy gustoso. En ese sentido tiene mucho que ver con su tiempo, que también es un director bastante tranquilo, muy pausado. Ha sido una maravilla trabajar con él.

Me comentaba que han terminado de armar esta Dama Duende a finales de abril, se han visto abocados a la temporada de verano y le quedará la temporada siguiente más el verano siguiente, pero ¿qué proyectos tiene encima de la mesa? ¿Alguna cosa a la vista que pueda comentar?

Estoy pendiente de algunas cosas que, francamente, no puedo comentar porque están todas sin cerrar, pero bueno, siempre hay muchos proyectos de visuales ahora con todas las plataformas que hay. Vengo de terminar el rodaje de la película Los tigres de Alberto Rodríguez, que se ha grabado también durante el mes de mayo y junio. Y acabo de terminar, también, el rodaje de una serie que se llama Weiss & Morales, que es una producción de Portocabo, dirigida por Oriol Ferrer, que se ha rodado en Canarias. Así que, de alguna forma, vengo de una época con bastante trabajo, encajando fechas.

¿Cómo se lleva eso de hacer teatro y rodar?

Pues mira, te diré que me ha sucedido en otros momentos de la carrera, pero cuando me ha escogido en este, donde tenía aquí a Doña Ángela, que es una persona muy rica, y a su vez había tantas otras disposiciones, hay momentos en los que dices ¡ay, maldita profesión!, podría traer las cosas cada una en su momento, pero no toda la vez. Porque venir de un código tan concreto y tan determinado y tan encorsetado como es el siglo de oro, cambiar a un lenguaje cinematográfico, y entre medias un lenguaje de televisión, que aunque parezca que es lo mismo, yo creo que puede ser un poco lo mismo, a veces la cabeza como que te estalla, no terminas de estar completamente metido en uno. Y francamente al final el teatro es el que más se llevaba porque los ensayos de La dama duende eran de manera diaria. Luego empezamos con la siguiente técnica, que es el ensayo de todos los días, mañana y tarde, también involucrándonos muchísimo. Pero hubiera estado más interesante que hubieran venido más distanciados en el tiempo. Pero bueno, por lo que sea, esta profesión, como siempre, o no hay nada o viene todo a la vez. Lo hemos llevado bien. Ya estamos en verano solo con La dama duende y luego a descansar hasta que venga otra vez el nuevo curso.

Imagen de escena de 'La dama duende' de la compañía madrileña MIC Producciones
Imagen de escena de ‘La dama duende’ de la compañía madrileña MIC Producciones

¿Qué le aporta el teatro que no tengan el resto de medios?

Yo creo que el teatro es el medio de expresión para los actores donde más dueños somos de nuestro trabajo. La pieza está dirigida, está consensuada con el director, con todos los equipos, e incluso con los compañeros. Cuando te subes al escenario, realmente el dueño de lo que vaya sucediendo allí arriba eres tú, con los compañeros que estemos. Y la función, de alguna manera, siempre está viva, inevitablemente, independientemente de la manera de trabajar que tengamos en el teatro. Siempre está viva, para mejor o para peor, o para lo que sea, pero en la reflexión nunca hay exactamente la misma precisión. Y la temperatura con el público y el diálogo con el público presente es siempre una adrenalina y una energía muy especial que nunca lo va a tener la cámara. Por el contrario, la cámara permite siempre una intimidad y una poética, y una cercanía y un detalle que el teatro es mucho más complicado que lo tengamos, porque es un código más grande, más amplio. El teatro es totalmente diferente. Pero sin duda yo creo que el teatro es el manejo real de nuestro trabajo como actores. Estoy pensando ahora, por ejemplo, en la función de Cáceres, en la plaza de San Jorge, con ese cielo estrellado y al aire libre, y de pronto miras arriba y estás viendo estrellas, estás viendo luna, el público aquí delante, en fin, aporta momentos maravillosos. Alguna función, también, en el Hospital de San Juan en Almagro precisamente. Es un momento tan vivo… En la cámara hay que tenerlo también, pero claro, el resultado es otro en el audiovisual y no en directo. Esa ceremonia del teatro, del directo, es siempre algo nuevo.

Silvia, para terminar, y no te voy a robar más tiempo, ¿qué le pide a su profesión?

Le pido personajes variados, le pido personajes muy variados, lo más variados posible, para poder mutar como actriz lo más posible y de alguna manera sacar a la actriz y poder buscar siempre. Tener la necesidad de tener esos cursos nuevos. Cuando yo miro carreras de compañeros actores a los que admiro, generalmente veo eso, veo personajes muy distintos que permitan… que permitan encontrar recursos muy variados en un actor. A ver, también hay algo en nuestro trabajo que deberíamos de hacer, o yo creo que puedo hacer siempre, es buscar recursos muy variados e intentar salir siempre del estilo que planteamos. Cuando encuentras personajes bien de profundidad, completamente diferentes unos de otros, yo creo que eso realmente aporta mucho. Y por supuesto le pido, por favor, trabajo, muchísimo trabajo. Yo tengo mucha hambre de trabajar, mucha ambición de trabajar. Y espero no perder la boca. Y espero que eso pueda saciarse de alguna forma.

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