En el escenario de la Sala Mirador, emerge una propuesta teatral que trasciende las normas establecidas, sumergiendo al espectador en una experiencia íntima y conmovedora que examina las profundidades del amor entre personas del mismo sexo, mientras contrasta con la dureza del discurso de intolerancia. En un mundo donde la intimidad se encuentra constantemente amenazada por la violencia y el desprecio, el texto desafía al público a explorar las complejidades del corazón humano y la búsqueda universal de conexión y redención.
El libreto de Nicolás Lange es una obra maestra de poesía y brutalidad. Este joven escritor, dramaturgo y director teatral chileno teje hábilmente tres historias de amor queer arraigadas en la realidad, pero elevadas a un plano poético y abstracto que resuenan con una honestidad cruda y una sensibilidad conmovedora: las declaraciones de un hombre gay que se suicida en una cárcel de Puerto Montt, una pareja que muere quemada en su casa en Texas y una bruja que colabora con la dictadura de Pinochet para encontrar a un grupo de opositores homosexuales que se esconden en la Isla de Chiloé. Cada historia es un retrato vívido de la lucha por el amor en un mundo marcado por el odio y la violencia. La estructura narrativa es fluida y envolvente, llevando al espectador entre de los entrelazados destinos de los personajes con una maestría que desafía las expectativas. Lange juega con el tiempo, el espacio y la abstracción, fusionando lo real y lo imaginario en una danza poética que invita a la reflexión y la introspección.
Las palabras no solo son un medio para transmitir la historia, sino que también son un fin en sí mismas, una forma de expresión que trasciende su función comunicativa para convertirse en una entidad poética por derecho propio; donde no solo describen la realidad, sino que también la constituyen y la transforman. Cada palabra, cada frase, se convierte en una herramienta para esculpir el mundo de la obra, pero también en un objeto de contemplación, una obra de arte en miniatura. Como se detalle en el texto, se hace una similitud entre los vocablos y las ecuaciones matemáticas, pues cada uno tiene un peso específico y contribuye al resultado del mensaje. Al igual que en una fórmula, cada término es cuidadosamente seleccionado y colocado en su posición para transmitir significados precisos y provocar una respuesta específica en el espectador. Además, la repetición y la cadencia de ciertas frases, véase el título, sirven para enfatizar temas y motivos clave, creando un ritmo hipnótico que envuelve al público en una experiencia sensorialmente rica. En definitiva, en esta obra, las palabras no son solo herramientas para contar una historia, sino que son el tejido mismo de la narrativa, la esencia misma de la experiencia teatral.
Esto podría durar y durar y durar y durar aborda temas de profunda resonancia en la actualidad como el amor, la violencia, la identidad y la resistencia, explorando la intersección entre la intimidad personal y el discurso de odio. En las tres historias entrelazadas late un espíritu profundamente combativo, que desafía las normas sociales y aborda sin ambages los estratos de odio y violencia que socavan las relaciones humanas en la actualidad. Con valentía y determinación, el texto invita al público a confrontar sus propios prejuicios y a abrazar la diversidad en todas sus formas, abriendo así el camino hacia una sociedad más inclusiva y compasiva. Mientras tanto, Lange, residente en Chateau de Monthelon (Francia), Grand Theatre Groningen (Holanda) o Giornate del Respiro (Cerdeña, Italia), insta a reflexionar sobre nuestro propio papel en la lucha por la igualdad, especialmente en el ámbito LGTBIQ+, al tiempo que celebra la belleza y la resiliencia del espíritu humano.
Sin embargo, más allá de simplemente narrar estas historias, esta propuesta de Malala Producciones, galardonada con el Premio a la mejor obra literaria 2023 del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Chile, adopta una postura de honestidad brutal hacia el teatro y su capacidad para representar la realidad. A través de su prólogo y de diversos momentos reflexivos a lo largo de la trama, el autor, cuestiona la eficacia del teatro como herramienta para abordar temas universales como los ya mencionados. El ejercicio de sinceridad se manifiesta en la forma en que Lange reconoce las limitaciones de este arte para capturar la verdadera esencia de estos relatos. Esta honestidad se convierte en una fuerza motriz detrás de la narrativa, infundiendo a la obra con un aura de autenticidad y vulnerabilidad.
La dirección de Tomás Cabané es hábil y perspicaz, capturando la esencia misma de las historias de Lange con una sensibilidad y un cuidado excepcionales. Formado en Dirección de Escena y Dramaturgia por la Real Escuela Superior de Arte Dramático y en Interpretación por la Escuela Municipal de Arte Dramático, Cabané logra equilibrar la poesía y la brutalidad de la obra con una maestría impresionante, creando un mundo escénico que es tanto visualmente impactante como emocionalmente resonante.
En primer lugar, la dirección se centra en lo físico, utilizando el cuerpo de los actores como el principal vehículo de expresión. Los movimientos son intensos, llenos de energía y cargados de emoción, lo que crea una presencia escénica palpable y poderosa. Además, la estética brutalista de la dirección se refleja en la crudeza y la franqueza con la que se abordan temas difíciles y controvertidos. No hay adornos ni artificios; se muestra la realidad tal como es, sin filtros ni diluciones. Esta honestidad brutal crea un impacto visceral en el espectador, obligándolo a enfrentarse a la cruda verdad de las experiencias representadas en el escenario. El también periodista y graduado en Comunicación Audiovisualadopta un enfoque documental, utilizando elementos del cine y el periodismo para capturar la autenticidad de las historias que se cuentan. Se emplean recursos como la cámara en directo y la proyección de textos para crear una sensación de inmediatez y veracidad, transportando al espectador directamente al corazón de las narrativas presentadas. El elenco brilla con una intensidad deslumbrante, entregando interpretaciones cautivadoras y emotivas. María Ordóñez, David Soto Giganto y Raúl Pulido encarnan a los personajes con una profundidad y una autenticidad impresionantes, infundiendo cada momento con una verdad visceral y una pasión palpable. La actriz y cantante licenciada en arte dramático es la encargada de dar voz al exordio con una profundidad, contundencia y prosodia sensacionales. También juega un papel relevante como la psicóloga clínica del presidio y la bruja del último relato, donde da muestras de su formación musical tocando el bajo. David Soto Giganto, con su interpretación, revela una vulnerabilidad y una fuerza cautivadoras. Su capacidad para transmitir la lucha interna de sus personajes y sus emociones más íntimas es impresionante, creando conexiones emocionales palpables con la audiencia. Desde los momentos más desgarradores, como en el primer relato, hasta los más impactantes, este actor curtido en teatro clásico demuestra un dominio completo de su arte. Raúl Pulido, por su parte, aporta una presencia magnética al escenario. Su versatilidad actoral le permite encarnar una variedad de roles con una autenticidad sorprendente, siendo su papel más relevante el de un opositor homosexual en la Isla de Chiloé. He visto recientemente a este actor en la obra de Yo, seré yo a pesar de ti y es meritorio cómo cambia de registro y cómo su personaje le permite sacar todo su talento interpretativo en la esfera dramática. En definitiva, un reparto entregado para una experiencia teatral conmovedora y provocativa.
Dramaturgo: Nicolás Lange
Dirección: Tomás Cabané
Producción: Malala Producciones
Reparto: María Ordoñez, David Soto Giganto, Raúl Pulido
Ayudante de dirección: Daniel Guerro
Ayudante de producción: Tomás Pozzi
Diseño de espacio escénico: Igone Teso
Academia AAEE: Alberto Velasco
Diseño de vestuario: Igone Teso en colaboración con Tomás Cabané
Diseño de iluminación: Elena Alejandre
Diseño de espacio sonoro: Alejandro Matrán
Asesoría coreográfica: Josefina Gorostiza
Fotografías: Rebeca Balas
Asesoría de producción y distribución: Inma Almagro
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