El espectáculo de Teatro del Temple se estrenó del 1 al 4 de febrero de este año en el Teatro Principal de Zaragoza con una entrada superior a los 3/4 en cada una de las representaciones, una gran cantidad de aplausos al final de las mismas y unas valoraciones que aprecian la calidad del espectáculo, el gran nivel interpretativo y el reto superado de haber sabido traer el legado de la obra de Gracián a la época y la sensibilidad actual.
La acción de El Criticón transcurre en el interior de una misteriosa Embajada Occidental, y narra en tiempo real los verdaderos acontecimientos que sucedieron con la llegada a la misma de Andrenio y Critilo, dos hombres embarcados en una larga búsqueda.
Lo que en principio ha de ser una velada de acogida solidaria y fraternal va enredándose en un laberinto de apariencias, falsas verdades, conciencias culpables y crímenes sin castigo que poco a poco desvelan el verdadero carácter de los miembros de la Embajada, los Residentes, un grupo que aparenta reunir en sí mismo los mejores rasgos del ser humano, pero que por alguna misteriosa razón lleva muchos años sin poder salir al exterior.
Con una estructura cercana al thriller, a un juego de enigmas que van siendo progresivamente desvelados, El Criticón lleva de la mano al espectador través de la acción, que transcurre en tiempo real, y de los intentos de los Residentes por conseguir que Andrenio y Critilo no vuelvan a salir nunca de la Embajada.
¿Por qué? ¿Quiénes son realmente los Residentes? ¿A qué o a quién buscan realmente Andrenio y Critilo?¿Qué secreto terrible guarda la Embajada entre sus paredes?
El conflicto entre lo que es verdad y lo que parece verdad, entre la inocencia y la culpabilidad, entre el pasado y el futuro, entre ética y realidad, aparecen en este Criticón debajo de su primera capa cargada de suspense e ironía, y afilan la tesis sobre la que se sustenta toda la obra: la Redención es posible.
La tela de araña que los Residentes de la Embajada van tejiendo en torno a Andrenio y Critilo está fabricada a partes iguales de ingenio, suspense, ironía expectante, música en directo, canciones, movimiento, en busca de un espectáculo total que atrape en sus redes no solo a la pareja protagonista, sino también al espectador.
El Criticón constituye una metáfora teatral sobre una sociedad que se descompone, atrapada en sus propias contradicciones, y a la que solo lo salvan del hundimiento definitivo sus rituales y sus ceremonias.
La iniciativa de la compañía es “la primera vez a nivel mundial”, y su elección está motivada por la constante búsqueda del equipo del Temple por seguir investigando para afrontar nuevos retos tanto para la compañía como para el público. “El criticón” es una obra “compleja y fascinante”, que requiere de un gran esfuerzo en el trabajo de dramaturgia, aspecto que centra ahora toda su atención.