Nijinska evoca el nombre de uno de los más grandes bailarines del siglo XX, cuya temprana demencia interrumpió su carrera: Vaslav Nijinski. Sin embargo, aunque la coreógrafa rusa Bronislava Nijinska vivió y pasó a la historia a la sombra de su hermano, en parte debido a la escasa visibilidad de las mujeres creadores y en parte a una decisión propia, el tiempo ha revelado su genialidad y sus inmensas aportaciones al desarrollo de la danza contemporánea. Dejó obras señeras como Les Noces, Les Biches y Le Train Bleue, colaboraciones magníficas con personajes como Cocó Chanel y compositores como Igor Stravinsko, y también inspiró a los coreógrafos que tomaron su relevo en la segunda mitad del siglo XX, como George Balanchine y Frederic Ashton.