Carlos Bugallal, el brooker que renunció a todo para poder interpretar

El Café Gijón es un emblema de la intelectualidad patria. Ese lugar en el que, cuando no había móviles, localizabas a los artistas o dramaturgos si tenía necesidad de encontrarlos. Ahí estaban, de tertulia en torno a las mesas que hicieran falta.

Pero es Café Gijón nunca había sido un escenario de teatro. Al igual que Carlos Bugallal no había intentado antes ser actor. Y en ese camino andan.

Ahora, «la gira» y la experiencia se amplían: Carlos retoma su anterior monólogo, «El reencuentro» para exhibirlo en un restaurante japonés: el Club Sushita. Y así, poco a poco, va armando una trayectoria singular, de la que podríamos hablar largo y tendido.

«Reencuentro»

La vida te lleva 

«Reencuentro» es la historia de dos amigos, Juan y Alberto, quienes tras años sin verso volverán a tener la oportunidad de enfrentarse el uno al otro, a sus respectivas vidas y al destino. En otra época uno se llevaba el mundo por delante y el otro era un perdedor, pero ahora la vida los ha puesto en otro lugar. No en vano, han pasado 20 años. 

Mientras uno de ellos necesita ajustar cuentas, el otro necesita algo de él. Porque, como dos caras de una moneda, uno es parte del otro. Aunque no parezcan saberlo. 

«La lista»

Todo eso que quieres dejar hecho antes de morirte.

Vicente narra lo que pasó hace diez años, cuando compartía piso con otros tres chicos más jóvenes que él y encuentra una lista de cosas que uno de ellos desea hacer antes de morir. Aunque es una lista que ha hecho cuando era un adolescente, no ha cumplido ninguno de esos propósitos. Todos deciden ayudarlo a realizar cada uno de los objetivos. En el proceso, no solamente irán tachando esas metas de la manera menos esperada, sino que se descubrirán como adultos, como amigos y como personas que aún tienen muchos sueños que cumplir. 

Vicente, Javier, Rober y Álex, los 4 personajes interpretados por Carlos Bugallal, miraran hacia el pasado para dar sentido a su futuro.Mucho de lo que soñamos forma parte de nuestra identidad. No dejemos las ilusiones atrás.