En una época donde la nostalgia alimenta la comedia contemporánea, Lalachus y Bertus nos presentan «Ke decirte k no sepas», un espectáculo ubicado en el Teatro Capitol Gran Vía para llevarnos de vuelta a los extravagantes años 2000. La generación milenial, aquellos nacidos entre principios de los 80 y mediados de los 90, encuentra en este show una ventana a su juventud, repleta de referencias culturales que solo aquellos que vivieron esa época podrán comprender completamente. Desde el primer momento, queda claro que este dúo captura con precisión y humor la esencia de una década recordada con una mezcla de cariño y por qué no decirlo, cierta vergüenza.
Antes de entrar a valorar el espectáculo quiero felicitar a Laura Yustres, más conocida como LalaChus, y a AlbertoFernández, o Bertus para los amigos, por su notable logro al llenar este teatro. Este hito no solo subraya su talento indiscutible como comediantes y creadores de contenido, sino también demuestra cómo el ingenio y una propuesta sólida pueden trascender el ámbito digital de las redes sociales y transformarse en una experiencia teatral en vivo cautivadora, entretenida e hilarante. Para ello, han creado un puente entre lo virtual y lo real, ofreciendo una experiencia inmersiva y única capaz de conectar de manera profunda con los espectadores, quienes en numerosas ocasiones asintieron con la cabeza a modo de aprobación con un cartel imaginario en sus frentes con la frase: “Sí, soy”. Además la forma de trasmitirlo es de tú a tú, como si quien nos hablara fuera una joven de Fuenlabrada y un joven de Madrid.
El show, hábilmente estructurado en improvisaciones con el público, sketches en directo y la selección astuta de vídeos virales, transporta al espectador a la época dorada de la adolescencia, marcada, entre otras cosas, por las mentiras y las historias peregrinas que todos solíamos crear con la esperanza de que fueran creíbles. Los influencers relatan las anécdotas más extravagantes y los embustes más descabellados y los reinventan con una destreza y una frescura que merece el reconocimiento más sincero. Lalachus (una de las figuras de entretenimiento más reconocidas durante la pandemia) y Bertus (destacado por dar a personajes de película un espíritu de barrio muy particular y divertido) además de sumergirse en las tonterías y ocurrencias que definieron nuestra juventud, también trazan un hilarante y a veces conmovedor viaje a través de nuestra evolución desde entonces hasta el presente. En este sentido, abordan con gracia y agudeza temas como la precariedad laboral, las dificultades económicas, los desafíos actuales de encontrar vivienda, pensar en matrimonio y, para los más afortunados, formar una familia.
Ambos colaboradores del morning show de Europa FM, «Cuerpos especiales», no solo son comediantes en alza, sino también arqueólogos de la cultura mierder del inicio del milenio, revitalizando con ingenio las modas, los memes y los fenómenos que definieron una generación y han marcado la línea de salida para las siguientes. La interacción con los espectadores, ágil y chispeante, agrega capas de espontaneidad y frescura, asegurando que cada noche sea una experiencia irrepetible. El montaje no escatima en energía ni en sorpresas. Los sketches en vivo son un torbellino de referencias nostálgicas que, aunque pueden parecer kitsch en retrospectiva, se convierten en piedras angulares del espectáculo. Los vídeos seleccionados, cuidadosamente escogidos para maximizar las risas, son una oda al absurdo y la genialidad del entretenimiento digital milenial. Por no hablar de parodias ingeniosas y llenas de nostalgia que capturan la esencia de los programas televisivos de antaño de una manera divertida y satírica. Desde los dramas en programas de telerrealidad a los programas de entrevistas con presentadores excéntricos, estos dos artistas transforman hábilmente estos elementos en sketches hilarantes como fiel representación de la estética y el estilo de la televisión de décadas pasadas.
En «Ke Decirte K No Sepas», Lalachus y Bertus también brillan al evocar con humor y nostalgia las redes sociales y programas de descargas que definieron una era y marcaron un antes y un después en la forma de comunicarnos y consumir contenido digitalmente. No confundir con consumir otras sustancias. Desde el legendario Tuenti, epicentro de nuestras vidas sociales en la adolescencia, hasta el icónico Messenger, donde pasamos horas interminables chateando con amigos y flirteando con crushes, estos dos figuras celebran con cariño y agudeza los hitos tecnológicos que nos unieron y definieron nuestra generación. No se me ocurre mejor forma de terminar la gira por España que como ellos lo hicieron, con la actuación sorpresa y estelar del cantante y compositora Natalia Rodríguez, con su himno “Vas a volverme loca”.
En última instancia, a través de sus ingeniosas representaciones nos recuerdan con humor y afecto por qué somos únicos y especiales. Somos la generación que ha sorteado crisis tan crisis, que creció con la tecnología, adaptándonos y transformándola en herramientas para conectar, crear y compartir experiencias de una manera que ninguna otra generación había hecho antes. Dicho de forma más clara, somos la mejor generación que ha existido. Y punto en boca.