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Año VIIINúmero 373
08 OCTUBRE 2024

Grease, El Musical: Una fiesta de música y memoria en su 50 aniversario

Imagen de una escena del musical en Madrid
Imagen de una escena del musical en Madrid
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“Grease, El Musical”, se reafirma como un fenómeno cultural intemporal, encantando a nuevas y viejas generaciones con su vibrante celebración del amor juvenil, la amistad y la rebeldía de los años 50, mientras sus inolvidables canciones y una producción deslumbrante revitalizan el espíritu de la obra en su 50 aniversario

Este título sigue siendo un fenómeno cultural que, décadas después de su estreno, continúa resonando entre el público de todas las edades. Las canciones inolvidables, el espíritu rebelde y juvenil y las historias de amor y amistad han logrado que esta obra se convierta en un referente indiscutible del teatro musical. En su regreso a Madrid, esta producción se viste de gala para celebrar su 50 aniversario, con nuevas coreografías, una escenografía impresionante y el sello de calidad de SOM Produce, una garantía de éxito en la escena española.

Ambientada en un instituto estadounidense de los años 50, seguimos las andanzas de un grupo de adolescentes encabezados por Danny Zuko y Sandy Olsson, cuya historia de amor de verano se convierte en el centro del relato. A lo largo de la obra, se exploran temas como la presión social, el descubrimiento del primer amor, las inseguridades de la adolescencia y las diferencias de clase social. Los personajes entrañables, desde la pandilla de los «T-Birds» hasta las irreverentes «Pink Ladies”, son arquetipos universales que logran conectar con el público, apelando a la nostalgia y a la idea de la juventud eterna. Grease es un musical para recordar esos años formativos de nuestra vida con una mezcla de emoción y diversión envuelto en un vibrante telón de fondo de rock and roll.

Aunque esta adaptación de David Serrano cuenta con una puesta en escena fresca y moderna, los cambios realizados en el libreto y el enfoque más cómico no terminan de convencerme del todo. Los diálogos, en su mayoría, resultan un tanto superficiales y no logran profundizar en los conflictos emocionales de los personajes. Si bien es cierto que Grease nunca ha pretendido ser una obra profundamente filosófica, una mayor cohesión en los diálogos y en la integración de los números musicales hubiera amplificado la experiencia. Los temas emblemáticos están allí, pero la transición entre escenas y canciones a veces se siente forzada, lo que descompensa el ritmo narrativo. Sin embargo, la inclusión de Vince Fontaine como maestro de ceremonias y narrador con dotes de demiurgo es una adición interesante que ofrece una nueva perspectiva al relato. Apreciaciones personales a parte, no cabe duda de que el público general seguirá disfrutando de la obra, en parte por la nostalgia y por el entusiasmo del elenco.

La dirección equilibra nostalgia y frescura con una dirección musical que revitaliza las icónicas canciones, llenando de energía cada número

La dirección musical, a cargo de Joan Miquel Pérez, es uno de los pilares fundamentales que sostiene esta producción. Las canciones emblemas de varias generaciones, como «Noche de Verano», «Estoy enamorada de ti» y el electrizante «Greased Lightning», suenan con una vitalidad renovada gracias a una orquesta en directo que resulta simplemente sensacional. Cada nota evoca el espíritu rebelde y vibrante del rock and roll de los años 50, con una precisión y un entusiasmo que contagian al público desde el primer acorde. La calidad de la interpretación musical, lejos de ser solo correcta, eleva el espectáculo, recreando esa magia que solo el directo puede ofrecer. El trabajo de la orquesta dirigida por Jesús Serrano Alcalde se siente perfectamente sincronizado con las coreografías y las interpretaciones vocales, proporcionando una base sólida y emocionante que potencia cada número musical, reafirmando que la música es, sin duda, otro de los puntos fuertes de Grease.

David Serrano, al frente de la dirección escénica, ha logrado un montaje equilibrado y ágil, donde los diferentes elementos de la obra fluyen de manera orgánica. Uno de los mayores aciertos de la producción es la integración de las espectaculares coreografías de Toni Espinosa, que se roban el protagonismo en varios momentos. Estas coreografías, con su complejidad técnica y explosión de color, no solo capturan la energía del rock and roll, añaden una capa visual vibrante elevando el espectáculo a otro nivel. La sincronización y el dinamismo del elenco en estos números coreográficos son, sin duda, uno de los puntos más altos del musical. El diseño de vestuario, a cargo de Ana Llena, es un festín visual que captura a la perfección la esencia estilística de los años 50. Las chaquetas de cuero de los T-Birds, con neones incorporados, las faldas de vuelo de las Pink Ladies y los colores vibrantes reflejan fielmente la estética de la época del rock and roll, sumergiendo al público en una auténtica cápsula del tiempo. Por su parte, Chema Noci ha realizado un excelente trabajo en el diseño de caracterización, dotando a los actores de peinados y maquillajes icónicos que refuerzan su identidad dentro de la historia. Los pompadours de los chicos y las voluminosas cabelleras de las chicas remiten directamente a la cultura juvenil de la época, ayudando a crear personajes tan estilísticamente reconocibles como entrañables.

El reparto brilla con energía, carisma y talento, capturando la esencia nostálgica de los personajes

El reparto brilla con energía y carisma, ofreciendo interpretaciones que capturan tanto la esencia nostálgica de los personajes como la frescura de una producción renovada. Cada actor aporta su propio toque a estos icónicos roles, logrando conectar con el público y mantener la vitalidad del espectáculo en todo momento. Quique Niza encarna a Danny Zuko, el líder de los T-Birds, con el carisma y la rebeldía imprimidos en su papel. Su interpretación ofrece un buen equilibrio entre el chico rudo que domina el escenario con una actitud despreocupada y el joven vulnerable que lucha con sus sentimientos por Sandy. Vocalmente, el también actor de cine (“El secreto del orfebre”) y series en plataformas (“UPA NEXT”) destaca en números emblemáticos como «Noches de verano» y «Sandy», donde su rango emocional brilla. Aunque por momentos su personaje podría ganar en profundidad, su presencia escénica y capacidad para conectarse con el público son innegables, manteniendo a Danny como el centro gravitacional de la trama.

En el papel protagónico femenino, Mia Lardner aporta dulzura y frescura al personaje de Sandy, la chica inocente y recién llegada al instituto que busca encajar. Su evolución a lo largo de la obra, desde una joven ingenua hasta la Sandy empoderada del final, está bien matizada, aunque en ocasiones su transformación se siente algo precipitada. Vocalmente, esta actriz, también protagonista en “Mamma Mia!”, brilla en temas icónicos como «Estoy enamorada de ti”, donde su interpretación conmueve por su claridad y control vocal. Si bien su personaje podría beneficiarse de más momentos para mostrar la complejidad de sus emociones, Lardner mantiene al público enganchado con su ternura y presencia escénica.

Adrián Lastra, en el papel de Vince Fontaine, se roba el espectáculo con su desparpajo y carisma, convirtiendo a este personaje en un verdadero maestro de ceremonias con toques de demiurgo. Su actuación añade una nueva capa de dinamismo a la obra, al actuar como un narrador que conecta escenas y aporta humor desenfadado en los momentos justos. Este archiconocido actor de series televisivas y musicales de éxito consigue encontrar su hueco y no solo destaca por su impecable timing cómico, sino también por su habilidad para interactuar con el público, rompiendo la cuarta pared de manera efectiva y divertida.

Por su parte, Isabel Pera destaca poderosamente en el papel de Rizzo, la líder de las Pink Ladies y uno de los personajes más interesantes de Grease. La actriz barcelonesa de dilatada formación maneja con destreza el sarcasmo y la rebeldía de Rizzo, pero es en los momentos más vulnerables, como su interpretación de «Podría hacer cosas peores», donde realmente brilla, mostrando una profundidad emocional que enriquece al personaje. Su actuación aporta fuerza y complejidad, haciendo de Rizzo una figura cautivadora y tridimensional que deja una marca indeleble en el recinto teatral.

El grupo de las Pink Ladies destaca por la versatilidad y carisma de sus actrices, quienes aportan una gran riqueza a cada personaje. Sònia Vallverdú, como Frenchy, aporta una dosis de humor entrañable, mientras que Laura Miguel (Marty) brilla en momentos de coquetería y sofisticación, destacando en «Freddy, mi amor». Finalmente, Paula Domínguez, en el papel de Jan, completa el grupo con su simpatía y encanto natural, creando un personaje adorable que conecta de inmediato con el público. En los T-Birds, Marc Ribalta, en el papel de Kenickie, se luce en «Greased Lightning», demostrando gran carisma y fuerza escénica. Miguel Millán, como Doody, añade un toque juvenil y simpático, mientras que Pau Gimeno (Roger) se gana al público con su humor y ternura, sobre todo en su relación con Jan. Aleix María, en el papel de Sonny, completa el grupo con su energía contagiosa y su desparpajo, haciendo de los T-Birds una pandilla divertida y muy bien equilibrada.

Otro de los aspectos más impresionantes de esta producción es, sin duda, la escenografía. Ricardo Sánchez Cuerda ha creado un escenario dinámico y cambiante que, gracias a las estructuras móviles y los cambios rápidos de decorado, consigue transportarnos directamente a la década de los 50. La atención al detalle en cada uno de los espacios, desde el taller mecánico hasta los pasillos del instituto, con juego de alturas incluidas, crea un entorno envolvente que facilita al espectador sumergirse por completo en el mundo de Grease. Por último, el diseño de iluminación de Juanjo Llorens es un verdadero espectáculo por sí mismo. Utilizando una paleta de colores cálidos y brillantes, Llorens crea una atmósfera nostálgica que resalta tanto la alegría de los números musicales como la tensión de los momentos dramáticos. Las transiciones suaves entre los distintos estados de ánimo son destacables, logrando que cada escena fluya con una cohesión visual para atrapar la atención del espectador.

Producción: SOM Produce

Adaptación y Dirección: David Serrano

Coreografías: Toni Espinosa

Director Residente: Rómulo Assereto

Supervisor Musical: Joan Miquel Pérez

Director Asociado: Juan Carlos Fisher

Director Musical / Piano: Jesús Serrano Alcalde, Saxo y Flauta: Nadir Ibarra, Trompeta: Tony Molina, Batería: Salva Pérez, Bajo: Benjamín Bravo, Guitarra: Sergio Rivas.

Reparto: Adrián Lastra, Carlos Solano, Mia Lardner, Quique Niza, Isabel Pera, Marc Ribalta, Sònia Vallverdú, Miguel Millán, Laura Miguel, Pau Gimeno, Paula Domínguez, Aleix María, Rocío Serrato, Christian Velert, Alba Samitier, Carmen Bravo, Silvia Cordero, Amanda Palomino, Rocío Serrato, Pau Zeiss, Diego de Domingo, Fernando Rois, Arturo Fajardo, Daniel Mena Mújica, Christian Velert, Alicia Santos, Nerea González, Pablo Bravo, Sergi Boix.

Producción Artística: Carmen Márquez

Dirección Técnica: Guillermo Cuenca

Diseño de Vestuario: Ana Llena

Diseño de Escenografía: Ricardo Sánchez Cuerda

Diseño de Iluminación: Juanjo Llorens

Diseño de Sonido: Gastón Briski

Diseño de Caracterización: Chema Noci

Dirección de Casting: Carmen Márquez

Gerencia de Compañía: Irene Gómez

Traducción y Adaptación de las Canciones: Alejandro Serrano y David Serrano

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