La trama sigue las relaciones complejas entre estos dos personajes mientras la audiencia cuestiona todas las verdades descubiertas de principio a fin.
Domingo Cruz dirige a David Gutiérrez y Beatriz Rico, para conducir a la audiencia por este thriller de juegos psicológicos que genera la duda sobre si los roles de víctima y verdugo son fijos o intercambiables.
Prólogo a la edición de “Palabras encadenadas”
Sabiamente Galcerán construye la pieza de forma milimétrica, graduando la información que nos permite ir desvelando las verdaderas relaciones que unen a los personajes. Paso a paso, la historia se hace más compleja y el afloramiento de cada nueva verdad sigue su cuestionamiento, de modo que se genera una nueva incertidumbre.
Lo que hubiera podido ser una simple propuesta moral, todo lo emocionante que se quiera, pero lastrada por una clara toma de partido, que nos hubiera impedido simpatizar directamente con la víctima y sentir repugnancia por el verdugo, queda convertido en un ambiguo interrogante sobre la condición humana, gracias a un hábil escamoteo, que no es otra cosa que la muestra de que ser un torturador y no torturado sólo depende de tener el poder de elegir el papel y contar con los recursos necesarios para representarlo con éxito.
Rodolf Sirera
Palabras encadenadas
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Reparto David Gutiérrez Ficha artística y técnica Autoría: Jordi Galceran
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