La obra nos acerca la relación entre una madre y un hijo en un momento crucial de sus vidas
Julián Ortega escribe y coprotagoniza, junto a su madre Gloria Muñoz, esta tragicomedia dirigida por Dan Jemmett
Con mucho suspense salpicado de cierto humor negro, Ira trata sobre la desesperación, el miedo y la ambición
En plena noche, Dolores (Gloria Muñoz) hace una llamada a su hijo Salvador (Julián Ortega) para que vaya a hacerle una visita a casa; tiene algo urgente que contarle. Salvador, que va a ser ascendido al día siguiente, no está para grandes distracciones. Sin embargo, lo que su madre pasa a relatarle va a dar un brusco giro a sus vidas y no podrán escapar de su trágico pero grotesco destino. ¿Era el padre de Salvador su verdadero padre? Pero lo que más le atormenta es ¿Terminará su madre encerrada en un psiquiátrico o directamente en una cárcel?
El público irá descubriendo, al mismo tiempo que los protagonistas, de qué les habla el texto de la función, una comedia disparatada donde los diálogos conectan con una realidad muy concreta que aborda temas como las relaciones en las familias desestructuradas, los problemas económicos, la soledad de las personas mayores y los mitos, sobre todo los mitos, pues los protagonistas tienen, cada cual, su propio mito.
La obra juega además con trasladar al escenario la relación de Gloria Muñoz y Julián Ortega, madre e hijo en la vida real. “Interpretar Ira surgió del propio texto. Hay alusiones en él que, por ejemplo, hacen referencia a mi físico (había que sacarle partido a mi baja estatura). Es un texto escrito a medida para Gloria, que es mi madre, y para mí. Escribí los personajes teniendo muy en cuenta quiénes los íbamos a encarnar. Y es una alegría. No ya porque sea mío sino porque lo escribí para hacerlo con Gloria”, explica el autor y coprotagonista, Julián Ortega. “Es un regalo, un regalo para mi madre y también para mí, porque trabajar con ella es un lujo”. Y continúa: “Llevo años haciendo mis experimentos sobre este tema y, más en concreto, sobre estos personajes. Personajes que para mí representan a la gran mayoría de la población, esa que aspira a ser o tener más en la vida. Familias desestructuradas, en el caso de Ira, en las que, a pesar de todo, sigue habiendo amor. Por otro lado, el trabajo que desempeña uno de los personajes simboliza algo que creo que está en el seno de nuestra sociedad: el miedo. Ese miedo que se inventan otros para protegernos de los demás”.
El humor que impregna Ira sirve para distanciar al espectador del trasfondo verdaderamente dramático de la función. “Es una manera de colocar el imaginario del espectador en otro nivel, un nivel más lúdico, más ingenuo, para entonces poder tratar temas delicados. Nos reímos de esto porque, si no lo hacemos, no podríamos hablar de ello, o yo no sabría”.
La puesta en escena de Dan Jemmett refuerza un lenguaje que estaba sugerido en el texto, pero no explicitado. “Trabajar con Dan Jemmett ha sido muy enriquecedor y divertido. Analiza el texto hasta la médula, lo cual hace que sus propuestas, por muy extremas que puedan parecer, sean muy coherentes con lo que está escrito”, apunta el autor y actor. “Dan ha desplegado el texto como si fuera un mapa, ha encontrado rincones que estaban ahí, escondidos dentro de la obra, para que se pueda disfrutar al máximo de la historia. La puesta en escena es sorprendente, una pieza de artesanía llena de resortes sencillos pero eficaces. El montaje es, como el texto, políticamente incorrecto y áspero, pero medido como el mecanismo de un reloj. Además, Dan nos ha pedido interpretaciones arriesgadas, huir del chiste fácil y compromiso con las situaciones para evitar la obviedad y reforzar la acción, la tragedia que subyace en el fondo de la comedia”.
Ira es una producción de LAZONA con diseño de escenografía y vestuario de Vanessa Actif, y diseño de iluminación de Felipe Ramos.
La función de Teatro Accesible de Ira tendrá lugar el viernes 16 de abril.
Este espectáculo está sujeto a JOBO, Joven Bono Cultural, para jóvenes entre 16 y 26 años.