Una experiencia artística diferente, envolvente. Con formatos y materiales inusuales, gracias al trabajo de producción gráfica de la empresa Spiderprint. Y que podrá visitarse entre el 27 diciembre y el 27 de enero.
Todo comenzó con la obra Curvy, en la que la cómica Eva Cabezas se reía de la dictadura de la imagen. Estuvo en cartel del Teatro del Barrio el pasado mes de octubre, y las espectadoras que lo desearon, días después de ver la obra, se pusieron frente a la lente de Laura en la propia casa de la artista, que las retrató sin ropa.
Así nació Cuerpos de Barrio, una demostración coral y artística de que todo cuerpo humano, sea cual sea su textura, sus curvas y sus detalles, puede evocar poesía. La naturalidad del cuerpo tal cual es, de cerca y ajena a cánones y valoraciones.
“Otro hilo visible entre acciones dramáticas y acciones comunitarias”, recuerda Laura Ortega. “Un encuentro entre dos cuerpos; uno que fotografía y otro que se deja mirar. Un cuerpo que se mira a sí mismo; un cuerpo que reflecta su ojo. Un coloquio entre cuerpos. Pero también un choque de intimidades. Un cuerpo desnudo y una casa habitada. La intimidad de un cuerpo propio y la intimidad de verse conquistado en un espacio propio”.
Laura se pregunta si es posible fotografiar un cuerpo sin juicio. “Y lo más trascendente: ¿es posible observarlo sin juicio? ¿Pertenecemos al cuerpo que habitamos? ¿Somos capaces de mirarnos y decir ‘este es mi cuerpo’?”. En Cuerpos de Barrio “no hay ninguna intención de embellecer o embrutecer cada piel. Son catorce cuerpos alegría. Decía Sophie Calle: ‘las fotos sin ritual no son mi territorio’. Algo parecido ocurre aquí”.
“Lo importante sucedió en una habitación / Hace unos meses / Ahora ya solo quedan sus vestigios / Gracias a cada cuerpo de barrio / por enseñarme a mirar el mío”. Laura Ortega.