"Me pregunto: ¿a qué, a quién debo dedicar este premio? Y entiendo que el esfuerzo hoy me ha traído aquí. Pero la realidad es que el esfuerzo no te lleva a ninguna parte. Los imperios conseguidos, los éxitos, las obras, los aplausos tienen, por el hecho de haber sido acabados o poseídos, peor final que las cosas reales, que son verdaderamente las que permanecen en el tiempo. Hoy no poseeré este premio porque eso sería perderlo. Sólo lo sentiré hasta extraer su esencia. Decir que me siento afortunada de que esta tarde y en esta sala, hoy me acompañe un equipo de grandiosas y verdaderas personas. Juntos hemos gestado una poderosa creación, y el conjunto de estas personas ha sido la mayor obra de arte. Pero hoy no daré las gracias a ninguna forma humana más que a quien por el azar de la vida me engendró y quien modificó mi ser. Permitidme, por favor compañeros, no dedicar este premio a ningún equipo (en breve celebraremos el nacimiento de nuestra obra). Y hoy sí, quisiera compartir este galardón con mi actual compañera: la fragilidad. La fragilidad, quien de la mano de la renuncia y el desapego, me guio hasta la honestidad, todas ellas hijas del miedo. Ahora sí: gracias madre, gracias padre, gracias hija. Solo la fragilidad es noble y elevada". Con estas palabras ha recogido Rocío Molina el León de Plata de la Danza 2022 de la Bienal de Venecia, en una ceremonia celebrada este mediodía en el Teatro Piccolo Arsenale de la ciudad de los canales. La artista ha querido dar las gracias también por el reconocimiento a Roberto Cicutto, presidente de la Bienal de Venecia; a Wayne McGregor, director artístico del departamento de danza y al jurado. ...