Sílvia Munt es la encargada de llevar el texto de Hnath a escena, «una obra poliédrica, inteligente y escrita de una manera apasionada». «Hnath hace un ejercicio perfecto para explicar las razones por las que una mujer necesita encontrar su propia voz y luchar por su libertad», ha declarado. La directora del montaje también ha querido destacar que la pieza no sólo habla de la libertad como finalidad última de la acción de su protagonista, sino de las consecuencias que esta conlleva, tanto para Nora como para el resto de personajes de la obra. «La libertad muchas veces tiene una factura, la soledad; afrontar la vida sin apoyarte en nadie».
En una puesta en escena esencial y elegante, Casa de muñecas, 20 años después presenta el individualismo más absoluto en el que los personajes se enfrentan a los convencionalismos sociales y las morales establecidos. Con esta adaptación, Lucas Hnath imagina cómo sería una eventual vuelta a casa por parte de Nora, la protagonista del clásico de Ibsen, y configura un debate a cuatro bandas donde los personajes se disputarán la razón.
Un póker interpretativo excepcional
Emma Vilarasau, Ramon Madaula, Isabel Rocatti y Julia Truyol son los protagonistas de esta coproducción del Grec Festival de Barcelona, el Teatro Romea y Verteatro. «Necesitaba cuatro grandes violines para este cuarteto de cuerda», declaró Silvia Munt. «Y no podía tener mejores», añadió. Para la directora del montaje, Casa de muñecas, 20 años después es una obra de actores, en la que el peso radica en la interpretación y la palabra.
Emma Vilarasau asegura que Nora, su personaje, es «una mujer inconformista que ha tenido que luchar mucho con ella misma y sus culpas para intentar conseguir lo que no tenía: su voz». Vilarasau también ha alabado a Hnath por «conseguir hablar de una problemática actual a través de una historia ubicada a finales del siglo XIX o principios del XX». «Nora ha sido un viaje especial», declaró la actriz. Ramon Madaula destacó la evolución de su personaje en esta secuela del clásico de Ibsen. «Torvald entiende que amó mal», comentó el actor. «Después de veinte años, Nora le hace entender que ha amado a una mujer para sentirse bien consigo mismo. Es capaz de aceptar esto a pesar de su orgullo», añadió.
Isabel Rocatti considera que Casa de muñecas, 20 años después habla sobre «un proceso muy interno: la lucha por la libertad». Para la actriz, la pieza analiza la sociedad patriarcal en la que «cada uno de nosotros tenemos nuestro rol. El camino hacia la libertad es de dos partes. Y en la obra es un camino de todos cuatro», comentó. Por su parte, Julia Truyol explicó que su personaje, Emmy, la hija de la protagonista, «representa el salto generacional entre el pasado y el futuro». En relación al conflicto entre personajes, ha querido destacar que «Emmy pone un espejo delante de Nora en el que no es importante quién tiene la razón, sino que lo fundamental es que ambos personajes tengan la opción de elegir».
Casa de muñecas, 20 años después inicia funciones el próximo 25 de junio en el Teatro Romea, y se podrá ver hasta el 4 de agosto. El estreno oficial del espectáculo será el 3 de julio, a las 20.30 h.