La adaptación de una de las novelas más importantes de la cultura literaria española, en la que no sólo está presente el teatro, sino también la música y la comedia. El texto y la melodía se fusionan para sorprender al espectador, además de narrarles las realidades de la sociedad castellana del siglo XVI, donde la miseria y la picaresca, para sobrevivir, se dan la mano.
Nunca antes un clásico había tenido la oportunidad de que lo acompañase la poderosa guitarra cómplice de José Luis Montón, acordes que se unen a la única voz del Lazarillo de Tormes que se representa a través de Antonio Campos escenificando la clase baja y vagabunda de una época. Un antihéroe pregonero y astuto, un pícaro que pasando de amo en amo sufría la hambruna del pobre Siglo de Oro. Afortunadamente y a pesar de todo, una vez pudo conseguir una vida más llevadera, es en ese momento de su vida donde Lázaro resume su visión de la realidad, y se presenta como un insignificante «don nadie». Se manifiestan ecos jondos donde el Siglo de Oro y la actualidad se dan la mano a través del humor y la ironía que rezuma del propio texto acentuándolo con toques de bulerías, fandangos o soleares que tienen su propia voz entre las cuerdas flamencas y los dedos de José Luis Montón.
Fieles a nuestra esencia, pensamos que el Teatro es una herramienta esencial para el desarrollo cultural y educativo. Tenemos por obligación educar a nuevos públicos, esté será el que nos ayude a que el arte más antiguo de la humanidad no muera, y que nuestra Cultura esté más presente que nunca en sus vidas.