“Levante surge del recuerdo que tengo de mi madre cosiendo por la tarde, con el sol entrando por la ventana y los hilos suspendidos en el haz de luz. Este recuerdo se mezcla con la imagen de las hijas de Bernarda Alba cosiendo el ajuar. Para mí, el sol y el viento del mar eran cuestiones prohibidas. Por mi tono de piel tan blanca, el sol me hacía daño, y me quemaba solo con el viento y el resol en las playas de Huelva o de Cádiz. Quizá por eso ya en la primera escena aparece la palabra ‘levante’, que da título a la función”, explicaba Losa.
La obra habla de lugares, de personas, de nuestra historia, de pasiones, de luchas, de esperanzas, y aborda las relaciones homosexuales, en este caso, entre dos mujeres en los albores de la guerra civil.
Losa ejerce las labores de dirección en esta pieza sutil que ya enamoró al jurado del Premio LAM por “el respeto y cariño con el que trata la homosexualidad femenina y su apuesta por la normalidad de las relaciones lésbicas”. A sus órdenes, las actrices que dan vida esta historia —Candela y Yolanda Arestegui, y Ana Lucas— y el prometedor actor José Lamuño.
Muy comprometida con la visibilidad del colectivo LGTBIQ+, Carmen Losa entiende el teatro como un altavoz para normalizar esta condición. Ahora Levante encuentra un escenario para exponer las dificultades de los seres anónimos, el día a día de quienes tuvieron que vivir a golpe de silencio. Levante habla de todo ello y habla de la esperanza, cuando parece que todo está perdido. Hasta el 13 de junio en el Teatro Español.
Acerca de ‘Levante’
Año 1931. Inés y Susana viven en Salvatierra, un pequeño pueblo de Extremadura. Antes de casarse, Susana descubre lo que siente por Inés y abiertamente se lo declara. Son tiempos duros en España, tiempos de miseria y de guerra. Paradójicamente, el amor de Inés y Susana irá avanzando a medida que se vaya hundiendo todo a su alrededor.
Normalizar la presencia del colectivo LGTBIQ+
El Premio LAM, certamen teatral organizado por la Fundación SGAE y la Asociación Cultural Visible busca estimular y normalizar la presencia del colectivo LGTBIQ+ en la creación teatral contemporánea en lengua española, apoyando de esta forma la visibilidad e igualdad de derechos de este colectivo. El certamen, el único en su género en el mundo, lleva el nombre del escritor y periodista riojano Leopoldo Alas Mínguez fallecido en Madrid en 2008, reconocido intelectual y hombre comprometido con la causa del activismo y la cultura LGTBIQ+.
Los textos premiados son objeto de publicación por parte de la Fundación SGAE y se presentan en el Ciclo SGAE de Lecturas Dramatizadas. Con anterioridad, resultaron ganadores: De hombre a hombre del argentino Mariano Moro (2007), La playa de los perros destrozados de Nacho de Diego (2009), Cliff (Acantilado) de Alberto Conejero (2010); Beca y Eva dicen que se quieren de Juan Luis Mira (2011), El año que mi corazón se rompió de Iñigo Guardamino (2012), Eudy de Itziar Pascual (2013), La tarde muerta de Alberto de Casso (2014), Alimento para mastines de Javier Sahuquillo (2015), El océano contra las rocas de Sergio Martínez Vila (2016), El suelo que sostiene a Hande de Paco Gámez (2017), Eloy y el mañana de Iñigo Guardamino (2018) y La armonía de las esferas de Marcos Gisbert (2019).
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