No ha sido una tarde cualquiera en el Teatro de Rojas. Había en el aire una expectación particular, una vibración distinta, como si el escenario fuera a recibir no un espectáculo infantil más, sino una bomba envuelta en papel de colores. Y así fue. Mr Bo, la última creación de la compañía vasca Marie de Jongh, no solo llegó, sino que irrumpió. Lo hizo con el ruido de la risa, con el eco de un gesto, con la contundencia de una obra que no necesita palabras para hablar de lo más incómodo: el poder, la sumisión, la infancia como semilla de toda estructura social...