Se adivinaba desde los primeros compases que esta volvería a ser una noche gloriosa en el Teatro de la Zarzuela. Y así fue. Ya en las dos funciones precedentes un duende había visitado el coliseo de la plaza de Jovellanos. Y en esta tercera, el público, extasiado por el prodigio que acababa de suceder en el escenario, premió al barítono Carlos Álvarez con largos aplausos y vítores. La razón: su imponente interpretación de ‘Madrileña bonita’ en la zarzuela ‘La del manojo de rosas’ de Pablo Sorozábal. Y el intérprete, que celebra estos días sus 30 años de carrera como solista, iniciada precisamente con esta histórica producción de Emilio Sagi, cedió finalmente a las peticiones de bis para abordar otra magistral versión de la popular romanza. Y a partir de ese momento, el delirio. ...