El libro de Toji es el título de la primera novela del dramaturgo Antonio Rojano. Un viaje interno, íntimo y al tiempo externo y físico que parte de un hecho casi anecdótico y aparentemente sin importancia: teclear el nombre de uno en Google (¿quién no lo ha hecho alguna vez?) y esperar los resultados de la búsqueda. A partir de aquí el escritor engarza un libro que, como una matrioska, contiene varios en su interior: el de la historia del miliciano cordobés Antonio Rojano Hornero, muerto a los veintipocos años en el penal de Orduña, en el País Vasco; el de los meses de estancia con una beca de estudio del escritor Antonio Rojano en la localidad coreana de Toji (“Toji” se podría traducir al español por tierra, país, patria); el interior, lleno de dudas, de porqués, de interrogantes; el que realiza con Ella, a miles de kilómetros de distancia y siempre cerca en la pantalla del móvil. También el viaje del autor, dramaturgo y novelista frente a su primera novela, hacia quién sabe qué lugar. “He salido a buscar a un muerto y ahora no sé qué hacer con él”, escribe...