El Museo Nacional del Teatro se reinventa con un gran trabajo en equipo

Ubicado en los Palacios Maestrales, el edificio fue construído a mediados del siglo XIII y rehabilitado entre 1994 y 2001 para albergar la sede del museo. Por la riqueza de sus contenidos y por tratarse del único dedicado en exclusiva a la historia de las artes escénicas en nuestro país, la finalidad del Museo Nacional del Teatro es la adquisición, preservación-conservación, catalogación, investigación, y difusión del patrimonio cultural que, sobre la creación teatral en todas sus manifestaciones, se ha producido en España desde sus orígenes.

Los inicios del museo se remontan a 1924. En el Teatro Real de Madrid se habilitan dos salas en la planta noble para exhibir los fondos. Tras la guerra civil, y debido al deterioro que sufre el Teatro Real, los fondos son ubicados en distintos almacenes. Es en 1990 cuando se autoriza el traslado de todos los fondos a Almagro, al edificio que alberga en la actualidad el Museo del Encaje. En el año 2004 los Reyes de España inauguran la nueva sede.

Actualmente el museo cuenta con una superficie de 2.213,68 metros cuadrados en tres alturas; en ella se distribuyen las salas de exposición permanente, la biblioteca, los almacenes en el sótano y entreplanta, las oficinas en planta superior y torreón, y finalmente, un bello claustro mudéjar para la realización de exposiciones temporales y actividades culturales.

Un reducido número de personas capitaneado por Beatriz Patiño, su directora, hace que los visitantes se sientan como en su propia casa cuando lo visitan. La máxima del grueso del personal siempre es la misma: “Que la gente se vaya con un muy buen sabor de boca cuando vienen a visitarnos”. El trabajo en equipo ha sido la clave para relanzar otro concepto de museo, lo han sacado a la calle, en definitiva, lo han hecho de todos los ciudadanos. Para ello no han escatimado en esfuerzo y colaboración, participando en todas las ideas del grupo.

Qué atesora
La colección del museo constituye un valioso material para el conocimiento de las artes escénicas y de los artistas y creadores que han poblado nuestros escenarios. Destacan las más de 12.000 obras sobre papel (escenografías, figurines, dibujos y estampas), las colecciones de pintura, escultura, archivo fotográfico (con unas 17.000 piezas catalogadas), indumentaria teatral (con más de 2.000 trajes y complementos), maquetas, teatrines y un extenso archivo documental y bibliográfico.

Exposición permanente
La exposición permanente está dividida por plantas y ordenada cronológicamente. Desde el acogedor vestíbulo se accede a la planta baja donde podemos contemplar la historia del teatro griego y romano. Otro de los apartados dentro de esta sala es el dedicado al teatro medieval, y como máximo exponente la famosa Celestina. El retrato de la actriz Milagros Leal en el personaje de “Celestina”, la maqueta de Sigfrido Burman para La Celestina, junto a programas y fotografías, son algunas de las piezas que podemos ver en esta sección. Finaliza esta planta con la historia dedicada al teatro del siglo de oro español. Entre las piezas más importantes expuestas en este apartado figuran los documentos procedentes del Archivo de la Congregación de Nuestra Señora de la Novena (Gremio o Cofradía de actores, fundado en el siglo XVII).

La entreplanta está dedicada al teatro del Siglo XVIII y XIX, al Romanticismo y a Don Juan Tenorio.
La planta superior está dedicada, tras la reciente reforma y proyecto museográfico, al siglo XX, además de a otras disciplinas de las artes escénicas como son la Zarzuela, la Danza y el teatro de Marionetas. Grandes autores, actores y actrices, directores y compañías tienen en esta sala su hueco, pues el teatro en esta etapa de nuestra historia era un auténtico “vicio nacional”.

Noviembre y Don Juan Tenorio

Este año, y como una actividad novedosa, los empleados han trabajado en equipo para poner en marcha la ‘visita teatralizada’. Más soprendente aún resulta conocer que los actores y verdaderos artífices de la puesta en escena y realización del vestuario, con ayuda de otros departamentos, son los vigilantes de sala. Han seleccionado algunos textos para la representación de destacados fragmentos de la obra más conocida de nuestro teatro español, Don Juan Tenorio. Antes de subir a la sala dedicada a esta obra, nos obsequian con una escena en la que doña Inés advierte la inminente presencia de Don Juan. En la segunda planta del museo se obsequia a los visitantes con la escena del sofá entre Doña Inés y Don Juan Tenorio, para finalizar la visita invitando al público a ser actores por un día escenificando la misma escena.

Voluntarios Culturales, una nueva apuesta
Dionisio, José María, Paqui, Julián y Lola son los voluntarios culturales que en la actualidad colaboran con el Museo Nacional del Teatro de Almagro. El único requisito que han tenido que cumplir para poder desempeñar esta función es ser jubilados mayores de 65 años, pero además, y queda demostrado en nuestra visita, sienten verdadera pasión por aquello que explican y enseñan. Ellos son los encargados de comentar a los visitantes lo más representativo de la exposición. Inciden en todo aquello que está expuesto que podría pasar desapercibido para aquellos que hacen la visita de forma libre o individual.

Los voluntarios del museo desempeñan esta función de forma altruista. Además, hacen siempre incapié en afirmar que no quitan puestos de trabajo. Los museos nacionales no disponen de guías, por lo tanto, hacen una labor que de no hacerla ellos no la haría nadie.

”Lo pasamos bien, disfrutamos, pero nos hemos tenido que preparar mucho”. Ha sido un trabajo intenso el que han tenido que desempañar durante meses, estudiando de arriba a abajo la exposición, su historia, fechas… Dedican todo su tiempo libre a hacer entender a todos los visitantes el porqué del museo. Si deciden visitar el museo no dejen de preguntar con anterioridad por ellos.

Información y reserva de visitas en http://museoteatro.mcu.es/