Tamayo es creador, mediador, pedagogo y performer. Ha ganado tres años consecutivos, de 2020 a 2024 la convocatoria nacional INJUVE con los proyectos Archivo onírico oscilante y Moritūrī tē salūtant. Este último recibió el pasado año el premio del festival internacional We: Now celebrado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid en 2024. Sus trabajos han sido expuestos y presentados en espacios como La Casa Encendida, el centro cultural Conde Duque y el Teatro de la Abadía en Madrid.
El proceso de transformación por el que Tamayo llegó al arte se hunde en su apreciación del fenómeno migratorio, del que él formó parte. Se dio cuenta de que el fútbol y la migración respondían a una urgente necesidad de comprensión y transformación, de manera que el fútbol era para los migrantes un medio para explorar el yo, la comunidad y el espacio. Esto lo condujo a investigar el deporte como un lenguaje cinético codificado: un vestigio de prácticas corporales rituales y comunales en la cultura occidental, que trasciende las fronteras tradicionales y resuena con tradiciones encarnadas en distintas geografías y culturas.
Según Tamayo, fútbol y danza comparten “naturalezas esenciales”. Ambos se expresan en un lenguaje físico y son medios de expresión colectiva.
Oxímoron forma parte de una investigación a largo plazo que reconfigura el fútbol como danza popular y performance comunitaria, desafiando las fronteras entre la práctica deportiva y el arte contemporáneo. Como en otras de las obras de Tamayo, esta también responde a la necesidad de disolver la dualidad y la contradicción, abordando la reunificación de oposiciones socialmente establecidas: fútbol y danza, guerra y juego, masculino y femenino, popular y erudito, íntimo y político, místico e histórico.




