Del deporte también se sale: la carrera teatral más exitosa de Javi Sancho

Todos los excesos son malos y el deporte sin medida ni control se está convirtiendo en una secta con correligionarios cada vez más entregados. No descartemos dentro de poco un ejército de corredores dispuestos a todo por lograr una nueva marca. Esta es una de las primeras advertencias del humorista y presentador Javi Sancho en su nuevo espectáculo en la capital, como bien indica en la sinopsis: “la gente se está volviendo loca, puede que seas uno de ellos, pero tú molas, los otros no tanto”. Su relación de amor-odio con el deporte, los traumas provocados por las relaciones sentimentales a lo largo de su vida, problemas de familia o la actualidad sobre programas de televisión son algunos de los asuntos expuestos. Todos de la máxima actualidad y con gran juego cómico. El resultado, sobresaliente.

Con el auge de los espectáculos cómicos en directo, puede dar la sensación de no haber más temas sobre los que construir un monólogo más allá de los tópicos del amor en general, o de las relaciones de pareja en particular. De ahí que el elemento esencial a la hora de la elección del espectador esté en la diferenciación, unido al ingenio y, por descontando, la calidad del humorista en cuestión. Todos estos adjetivos, en su grado positivo, son aplicables a Sancho, colaborador de “Zapeando” en la Sexta y presentador del programa de cámara oculta “Sinvergüenzas” en Neox. Su descaro, la claridad a la hora de narrar los sucesos, dejando a la imaginación del público si son ciertos o no, y su risa pegadiza hacen que los asistentes no dejen de reírse durante la hora y veinte de duración.

El deporte, como queda claro en el título, es el eje central del monólogo y Sancho es capaz de hacer en sus primeros 40 minutos un repaso profuso sobre hábitos para él no muy saludables, en especial para la salud mental; de ahí que repita con mucha gracia y convicción: “Lo que me pone nervioso….”. También alerta en clave de humor cuando el “cuerpo da señales”; porque, queramos o no, los años también pasan por uno mismo. Son tan certeras sus reflexiones y conclusiones que las caras de aceptación con tímidos y vergonzosos movimientos de cabeza eran palpables. En este sentido, tal y como recoge en el hilarante y cercano programa de mano –ahora digital– promete “que lo que pase en el show, se queda en el show, por mi parte, tú puedes contar todo lo que quieras al salir”.

Como experto en el humor y en los escenarios –después de haber triunfado con el cómico Santi Millán en los espectáculos “Santi Millán Live!” y “Estamos mejor que nunca”– Javi Sancho domina los juegos de palabras, las comparaciones ingeniosas, la gestualidad facial y corporal, la improvisación y la relación con el público. Estos dos últimos atributos son de suma importancia; de hecho, no duda en detener la representación para mantener una conversación con los espectadores e introducir sus respuestas en el propio espectáculo haciéndolo único en cada función.

Otro de los aciertos de la representación, además de la temática y el ingenio, es la claridad a la hora de exponer el tema central y la facilidad para ir saltando a otros secundarios. En algunos espectáculos cómicos, el principal error es no saber explotar el asunto central e intentar camuflarlo con otras cuestiones con escaso éxito. Nada de esto ocurre en Del deporte también se sale y con gran acierto, Sancho abre la puerta a otros asuntos como los programas televisivos de fin de semana o el inmenso y embelesador mundo del zapping nocturno. Cabe destacar el buen uso de la videoescena en los minutos previos al comienzo del espectáculo con videos propios, algunos de ellos muy virales en redes sociales, corriendo como si le fuera la vida en ello. Desconozco si tiene o no futuro en el mundo deportivo, pero me apuesto una maratón de 5.000 kilómetros (la más larga del mundo) de que en el humor tiene carrera para rato.