El espectáculo se estrenó en Barcelona, agotando entradas día tras día y con una gran acogida de público y crítica. Después de su gira por diversas poblaciones de Catalunya, ahora llega a Madrid esta pieza que no dejará indiferente a nadie y que invita a la introspección y a la reflexión colectiva.
El placer como revolución
La punta del iceberg es una pieza a caballo entre el teatro de texto y la instalación en la que el público vivirá de primera mano historias y situaciones basadas en experiencias reales que le permitirán preguntarse sobre su propia vida erótica. A partir de testimonios de cientos de mujeres y personas que se han socializado como tal, La Virgueria ha construido un espectáculo para celebrar la sexualidad, romper tabúes y estereotipos, hacer una fiesta y hacer visibles, y mucho, las ganas de seguir disfrutando y compartiendo.
Un equipo de lujo conforma esta obra. El texto de Isis Martín parte de las experiencias reales extraídas de entrevistas anónimas, a las que Patrícia Bargalló (en audiovisual, Merlí, serie en TV3 y Netflix; Sé quién eres, de Pau Freixas; Félix, de Cesc Gay; El cuerpo, película de Oriol Paulo; y Polvo serán, de Carlos Marques-Marcet) y Paula Jornet (en teatro, La importancia de llamarse Ernesto, de La Brutal; en audiovisual, Nos vemos en otra vida, de Jorge y Alberto Sánchez-Cabezudo; y La promesa, serie diaria de TVE) ponen voz, cuerpo y música en directo para exponer la pluralidad de los testimonios. La banda sonora original y diseño de sonido corren de la mano de la propia Paula Jornet. Espacio, vestuario, iluminación y vídeo son un mismo organismo creado por Paula González, Paula Font, Nola Rey, Jou Serra y Mariana Echeverri. Todo ello invita al público a entrar en un espacio onírico y cercano, donde llegar a la catarsis colectiva.
La Virgueria
La Virgueria somos Isis Martín, Aleix Fauró y Júlia Ribera.
Creemos en un teatro comprometido. Comprometido con la sociedad, pero también con la lengua, la cultura, la poesía, la belleza, el riesgo y la provocación.
Creemos en la suma de energías y el diálogo constante desde los distintos puntos de la creación escénica. En el trabajo en equipo encontramos la base a partir de la cual crecer y transformar la poesía textual en poesía visual mediante la energía de los actores, la plástica de la imagen y los objetos, la música, los silencios y la fuerza de los cuerpos. Nuestros espectáculos son, sobre todo, un viaje emocional que lleva a los espectadores para devolverlos, bien revueltos, a sus butacas.
Los trabajos de La Virgueria nacen de la necesidad de expresar con un lenguaje propio lo que nos incomoda y/o nos conmueve de la realidad. El teatro como un altavoz para dar eco a nuestras inquietudes que, a su vez, son también las de nuestro público.
La Virgueria se nutre habitualmente de muchos colaboradores que participan en cada proyecto, formando un colectivo de actores y actrices, dramaturgos, músicos, escenógrafos, productores, etc. todos ellos movidos y unidos por una misma inquietud: expresarse a través del teatro. Expresar nuestra perspectiva, nuestros sentimientos y emociones.