Con original y colorista vestuario de Agatha Ruiz de la Prada, “La Bella Durmiente” congrega a 27.544 espectadores en las dieciséis funciones programadas
La primera gran prueba de fuego consistía en el estreno de “La Bella Durmiente”, coreografiada por Mario Galizzi y con una nueva y original producción que aúna el colorista vestuario de Ágatha Ruiz de la Prada y la escenografía de Hugo Millán. «Hemos creado una obra que es atemporal y conceptual; contemporánea dentro de lo clásico. Desde esa perspectiva, te puede impactar. Siento que tenemos la responsabilidad de no dejar indiferente a la gente, que reaccionen, se mueva el pensamiento», explicó el artista bilbaíno en declaraciones a La Nación.
El telón del Auditorio del Sodre se levantó el pasado 15 de marzo y durante dieciséis funciones –se programó una representación dirigida específicamente a los escolares- que finalizaron el 29 de marzo, la obra ha batido todos los récords.
Antes del debut
Las líneas que Igor Yebra escribió para el programa de mano de “La Bella Durmiente” eran de por sí toda una declaración de intenciones. “Quiero aprovechar esta oportunidad para agradecer personalmente a todos ellos y a vosotros la posibilidad de ser parte de este proyecto, por hacer que el BNS siga creciendo, siendo un referente cultural y social en Uruguay, Latinoamérica, ¿y por qué no?, en el mundo entero. De parte de todo el equipo, nos comprometemos a continuar trabajando para que el sueño siga haciéndose realidad y que el Hada de las Lilas triunfe siempre sobre el Hada Carabosse», señalaba.
Récord de público
Las dieciséis funciones de “La Bella Durmiente”, que ha interpretado el BNS, han reunido a 27.544 espectadores, lo que constituye un récord de ventas para la compañía uruguaya que supera así a su exitosa producción de “El Lago de los Cisnes”. Los 27.500 espectadores en Montevideo, equivalen a 150.000 en Santiago de Chile o 270.000 en Buenos Aires, en palabras de José Miguel Onaindia, coordinador general del Instituto Nacional de Artes Escénicas de Uruguay.
La crítica ha dicho…
“Preparar una nueva puesta de ‘La Bella Durmiente’ con el imaginario de la diseñadora Agatha Ruiz de la Prada es definitivamente una apuesta innovadora. La conjunción del universo fantástico ideado por condesa de la moda española y la versión coreográfica del argentino Mario Galizzi, que respeta la pieza más que centenaria de Marius Petipa, logra transformar lo clásico en contemporáneo, y devuelve al cuento de Aurora, las hadas y el beso de amor verdadero al terreno donde mejor respira, al mundo de la infancia. La nueva producción se completa con una escenografía de recortes muy sugestivos de Hugo Millán, que también le hace honor al cuento, y es en buena parte responsable de la armonía que hay en escena. No es menor el rol de un tercer componente, la luz, nada sencillo de manejar en medio de semejante estallido cromático y, sin embargo, con claros méritos”. Constanza Bertolini, La Nación (Argentina).
“Afortunadamente, la obra, de dos horas larga de extensión, corre ante los ojos del espectador como una gran obra de arte en movimiento. Porque estos cuentos de hadas, nacidos tantos siglos atrás, necesitan de una escenificación con mucho carácter para dialogar con el presente. Y para que el argumento, que lógicamente avanza muy, muy lento, corra en el escenario sin pesadez”. Carlos Reyes, TVshow (Uruguay).
“La versión que estrenó el Ballet Nacional del Sodre (BNS) no desentona en nada con todo lo anterior y, sin embargo, resulta absolutamente innovadora. Por un lado, porque cobra otro look con la nueva producción de vestuario creado por la condesa madrileña de la moda, Agatha Ruiz de la Prada , y la inteligente escenografía que Hugo Millán pensó como una blonda de papel calado para esa bandeja de bombones multicolores; por otro, porque en la combinación de la coreografía clásica con la nueva puesta la obra se escapa de su época y desembarca en un terreno de fantasía que no hace más que devolverle al cuento la frescura de la infancia”. Constanza Bertolini, La Nación (Argentina).
“Yebra se ocupó de ser todavía más claro sobre el escenario. Cuando bajó el telón, después de los aplausos rabiosos y entusiastas de las más de mil personas que llenaron la sala, después de las flores y las reverencias, empezaron a aparecer sobre el escenario los técnicos. La decisión forma parte de esta nueva dirección. No era habitual en la era Bocca. Al final y sin moverse del costado derecho de la escena, Yebra –traje claro, remera negra– salió a saludar”. Pía Supervielle. El Observador (Uruguay).