La música de Alan Menken no vive solo en el recuerdo, forma parte de la memoria colectiva de varias generaciones. El pasado 23 de diciembre, el Teatro Capitol de la Gran Vía acogió Alan Menken Sinfónico, un concierto que potencia la fuerza emocional de estas melodías a través de la orquesta y les da un nuevo esplendor. La propuesta permite redescubrir un repertorio capaz de resonar en el presente.
Antes de entrar en la valoración artística, conviene subrayar el propio gesto de concebir un espectáculo como este, en el que la música asume el protagonismo sin apoyos escénicos superfluos. La iniciativa responde al ideario de SingUs Música, proyecto fundado en 2019 por Eva Marco y Alberto Frías, nacido con la voluntad de trasladar la pasión por la música a formatos diversos y de generar propuestas construidas desde el respeto al oficio y al intérprete. En este concierto, esa filosofía se materializa con claridad: la partitura es el centro del discurso, sostiene el conjunto con solvencia y confirma una vez más la coherencia y el criterio de una productora que entiende la creación musical como un fin en sí mismo.
Para quienes no estén familiarizados, Alan Menken no es solo el autor de algunas de las bandas sonoras más reconocibles de Disney, sino uno de los compositores más influyentes del musical contemporáneo. Su trabajo transformó la manera en que la música se integra en la narrativa teatral y cinematográfica, combinando una escritura melódica clara y emotiva con una comprensión profunda del ritmo dramático. Menken domina tanto la música diegética —la que los personajes perciben y ejecutan dentro de la historia— como la extradiegética, que acompaña la acción desde fuera, y la incidental, que subraya y amplifica emociones y atmósferas. Sus partituras para películas como La Sirenita (1989), La Bella y la Bestia (1991) y Aladdín (1992) le valieron ocho Premios Óscar, 11 Grammys y un Tony, consolidándolo como un autor capaz de conectar con públicos de todas las edades.

El concierto articula su discurso a partir de una selección de temas que, tratándose de un compositor tan prolífico, supone ya de por sí una tarea compleja. Lejos de resolverse como un simple encadenado de éxitos, el programa opta por elecciones oportunas y bien medidas, capaces de ofrecer una visión amplia y representativa de su universo creativo. Partituras como Pocahontas o Hércules conviven con otros títulos esenciales de su producción cinematográfica y teatral, en un recorrido que equilibra emoción y profundidad dramática. Resulta especialmente acertada la decisión de presentar algunos bloques en forma de suites sinfónicas, un recurso que permite desarrollar con mayor profundidad obras de enorme peso narrativo —como La Sirenita, Aladdín o La Bella y la Bestia— y concederles el espacio necesario para que sus temas dialoguen entre sí, ganen continuidad y desplieguen toda su riqueza musical.
La Orquesta Sinfónica SingUs afronta el repertorio con solvencia y entusiasmo, combinando cuerdas, maderas, metales y percusión de manera equilibrada. Las cuerdas aportan calidez y lirismo y sostienen las melodías con un fraseo cuidado, mientras que las maderas y los metales colorean la partitura y refuerzan los momentos más brillantes. La percusión, precisa y contenida, subraya los giros dramáticos y aporta energía sin desbordar la textura general. Bajo la dirección de Rubén Jordán, compositor, director y pedagogo formado en dirección orquestal y composición, la orquesta suena cohesionada y viva: su gesto claro y decidido permite que cada sección se escuche con nitidez y que la música respire, respetando la narrativa y la emoción que caracteriza la obra de Menken.
Este concierto ha reunido a algunas de las mejores voces del teatro musical español, y no es ninguna hipérbole si atendemos a las trayectorias de sus intérpretes, habituales en producciones de enorme éxito y plenamente reconocibles para el público del género. Aunque la propuesta prioriza lo musical, cada cantante asume con claridad la dimensión interpretativa, encarnando a los personajes y activando la memoria emocional ligada a estas canciones. Arropados en todo momento por un coro un coro que acompaña, arropa y da mayor amplitud al conjunto.

Jana Gómez afronta el repertorio con una sensibilidad especialmente afinada para las heroínas del compositor estadounidense, un terreno en el que se mueve con naturalidad y verdad escénica. Soprano barcelonesa de gran proyección, se ha consolidado en los últimos años como una de las voces imprescindibles tras su paso por Anastasia y, más recientemente, por Aladdín, donde encarnó a Jasmine con una mezcla muy equilibrada de delicadeza y carácter. Actualmente podemos verla como protagonista femenina en “Los Pilares de la tierra”. En este concierto, esa conexión con el universo Disney resulta especialmente significativa: “Parte de él” encuentra en su voz un tono íntimo y emotivo, mientras que “Un mundo ideal” adquiere un valor añadido al volver a ser interpretada después de haber habitado el personaje.
Manu Pilas imprime al concierto una energía expansiva y un carisma inmediato, sostenidos por un registro versátil que transita con naturalidad entre lo lírico y lo popular. Conocido por su interpretación de “Bella Ciao” en La Casa de Papel y por poner voz a Simba en el remake de El Rey León, su trayectoria en títulos como Los Miserables o El Fantasma de la Ópera se traduce aquí en una presencia escénica desenvuelta y cercana al público. En números como “No importa la distancia” de Hércules, con sus agudos exigentes, “Santa Fe” de Newsies o La Pequeña Tienda de los Horrores, Pilas, con su álbum debut “En el nombre del padre”, conecta con los espectadores desde el humor y la vitalidad, consolidando algunos de los momentos más celebrados de la velada.
Cristina Llorente aporta una solidez interpretativa percibida desde la primera intervención. Actriz vallisoletana de amplio recorrido en el teatro musical español, ha dejado huella en producciones tan emblemáticas como El Rey León, donde fue Nala durante varias temporadas, o como protagonista de Ghost y Pretty Woman, trabajos que explican la madurez y el control escénico y que ahora podemos ver en Wicked como Glinda. Su voz cálida, bien asentada y siempre al servicio de la emoción, encuentra especial acomodo en las páginas de mayor carga lírica. Suites como La Bella y la Bestia revelan hasta qué punto la música de Menken funciona como un auténtico viaje emocional.
Alberto Frías, tenor y cofundador de la productora SingUs, es un artista multidisciplinar: cantante, actor, director y dramaturgo. Más fácil sería decir dónde no ha estado que enumerar sus participaciones, dado su recorrido como fijo en las zarzuelas y óperas y su paso por musicales como El Rey León, Chicago o El Médico. Su versatilidad —capaz de alternar lirismo y comedia con naturalidad— y su profundo conocimiento del repertorio le permiten aportar un hilo conductor sutil al concierto, desplegando además una voz potente y expresiva en números como Qué festín o El son de Notre Dame y transmitiendo emoción y delicadeza en los dúos más íntimos.
Alan Menken Sinfónico deja claro que la música puede ser protagonista absoluta. Cada melodía cobra nueva dimensión y revela la riqueza y el ingenio de un compositor que sigue sorprendiendo décadas después. En esta versión de SingUs, el recorrido emociona, entretiene y confirma la vigencia de un legado capaz de hablar directamente al corazón del público.
Producción: SingUs
Orquesta: Sinfónica SingUs
Dirección: Rubén Jordán
Intérpretes: Jana Gómez / Talía del Val, Manu Pilas, Cristina Llorente y Alberto Frías




