¿Cómo se presenta esta edición del Festival de Mérida? ¿Qué programación vamos a tener? Y, sobre todo, ¿cuál será la programación del Teatro María Luisa, que reúne espectáculos, podemos tildar, un poco más off, que nada tiene que ver con la programación del romano?
La programación de esta edición va a estar, como todos los años, dos meses. Del 4 de julio al 31 de agosto. Hay en esta ocasión 10 títulos en el Teatro Romano. Mi intención es que en el Teatro Romano estén los espectáculos, las grandes tragedias o las grandes comedias. Con grandes repartos para un público más amplio y más popular, más masivo. Estamos hablando de un teatro de 3.300 localidades, que no tiene nada que ver con el Teatro María Luisa, que son 400. Otros espacios me permiten hacer otro tipo de programación, como la que se hace en el María Luisa. O la que se hace en el templo de Diana, o en el pórtico del Foro, o en las Termas, o en otros espacios. Otro tipo de apuestas que antes no teníamos porque no teníamos los espacios para hacerlas y ahora sí los tenemos. Entonces, por eso, podemos programar Tebanas o Pandora con Antonio San Juan. O un Prometeu en portugués, o un espectáculo de danza de una compañía cubana de la República Dominicana, o un Ulises, o una Orestiada. Son una gran variedad, es un abanico muy amplio, una variedad de propuestas, eso sí, de temática, grecolatina, que no hay tantas en el mercado. Para el Teatro Romano no hay. Puede haber una al año. Hay que crearlas, que es lo que hacemos. En esta ocasión, yo apuntaría que hemos firmado un convenio con el Teatro de Roma para que cada dos años traigamos una producción de Roma a Mérida y llevar una de Mérida a Roma. Y en esta ocasión traemos un Edipo, Rey de Roma, el espectáculo en italiano con subtítulos en castellano, y llevamos Ifigenia a Roma en julio. Lo que pretendemos es que haya un festival internacional, no solo extraer, sino que también hay que exportar de alguna manera. Y hasta ahora hemos estado llevando exposiciones a muchas partes del mundo. Y ya es el momento de llevar otro tipo de propuestas. En este caso, un espectáculo que ya se estrenó el año pasado, que está teniendo vida este año y que también, aparte de esto de Roma, vamos a hacer las extensiones de Medellín, de Regina, la extensión de Madrid. Porque al final el festival se desarrolla en Mérida dos meses, pero hay más plazas que visitar.
Este año ha habido que renunciar a Cáparra…
Cáparra no se hace por estar de obras. Está de obras para mejorar el monumento y mejorar toda la accesibilidad. Claro, es que en Cáparra montamos todo un teatro de la nada. Escenario, camerinos, graderío, baños. Todo lo que es una pradera prácticamente, con un monumento detrás, que es el Arco de Cáparra. Todo el tema de los accesos ha habido que trabajarlos. Hay una obra que dura muchos meses, que se ha parado por las lluvias y que ha hecho que no se llegue. Ha estado lloviendo mucho este año, no ha parado de llover. En el país ha llovido mucho, en todo el país. Entonces, lógicamente, no se puede hacer. El año que viene si tenemos intención de hacer dos fines de semana para compensar que este año no se ha podido hacer. Y en Madrid tenemos una programación también, yo creo que muy variada. Además, no solo en el Bellas Artes, sino también en La Latina. Y también está dentro de la programación los Teatros del Canal, con Coriolano. Es una propuesta también estrenada en Mérida el año pasado. Estamos hablando de más de 150 funciones en el festival, que se dice pronto.

¿Se va a dar visibilidad a todas las disciplinas de las artes escénicas?
Sí. Hay danza, hay música. Estarán los pasacalles, también. Este año no solo tenemos un pasacalle, tenemos cuatro de distintas comunidades autónomas y que hemos abierto la experiencia a hacerlos. Unos en agosto, otros en julio, y la combinación, también, de distintos pasacalles. También tenemos la programación familiar con Héroes y Heroínas, la programación Agusto en Mérida, que se hace en el Teatro, en el templo del Foro, El pórtico del Foro, El templo de Diana, en las Termas, en la puerta de la Asamblea de Extremadura. Es decir, que hay distintos enclaves arqueológicos de la ciudad de Mérida, donde se van a hacer esas propuestas. Y luego tenemos exposiciones, el cine todos los lunes, Exposiciones en el Museo Romano y en la sede del festival, también en el Museo de Oyasu, en Irún. Vamos a hacer exposiciones en Lisboa, tenemos un ciclo de conferencias, 20 talleres de teatro en 20 municipios extremeños, que imparten 20 compañías extremeñas, que son los talleres Ceres. Y este año también hemos presentado el Festival de Mérida en tres lugares distintos del mundo. En la Expo de Osaka, en Japón, en la Academia de España, en Roma. Y ahí presentamos también el Festival y hacemos un extracto de la obra Ifigenia, lo que irá a finales de julio a Roma, al Festival de Ostia, en Roma. Y el 16 de junio lo presentamos en el Teatro Museo de Lisboa la promoción del Festival de Mérida. Es decir, que tenemos tres lugares de presentación del festival.
También es importante que podamos ver producciones internacionales…
Este año traemos un espectáculo de danza de la República Dominicana y de Cuba. Traemos el espectáculo de Roma en italiano. Y traemos dos propuestas de Portugal, un Prometeo y una Agripina. Agripina la hace una actriz que habla castellano, pero el Prometeo es enteramente en portugués, con subtítulos en castellano. También tenemos, con el programa Europa Creativa, el programa Dancing Historyies. Y ahí hemos tenido talleres, residencias… Y va a haber distintas actuaciones de compañías que forman parte del programa y que en estos momentos están ahora trabajando en Mérida. En residencias.
¿Hay alguna función que vaya a estar dos semanas?
No. Todas van a estar una semana menos Numancia, que está tres días, e Ifigenia, que está dos días. La semana que está Ifigenia dos días, también está dos días Edipo Rey. Porque esa semana es la que es la del intercambio. Y la semana siguiente está en Roma Ifigenia.
El festival se ha presentado más tarde de lo habitual, porque no se había concedido todavía la gestión y dirección. Pero ha sido un éxito rotundo. Nada más presentar el festival, a la semana se habían vendido 15.000 entradas.
Sí. Y a las dos semanas más de 20.000 entradas.
Eso es un síntoma. De que el festival goza de buena salud y que la gente tiene ganas de ir al Festival de Mérida.
Y que hemos acertado con la programación. Yo nunca las tengo todas conmigo. Siempre digo lo mismo. Pero intentamos que haya una programación lo más variada posible para todos los gustos. Es que el abanico es tan amplio. Estamos hablando de más de ciento y pico mil personas las que vienen a Mérida. Solo en el Teatro Romano el año pasado hubo casi 105.000. Estamos hablando de una barbaridad de gente.

¿Se conoce el impacto que le crea el Festival a la ciudad de Mérida?
Sí. Tenemos el impacto mediático y económico del mediático que nos lo gestiona la empresa Kantar Media y que ronda el impacto mediático en más de 100 millones de euros. Pero también el impacto económico. Por una entrada media de 30 euros, se generan alrededor de esa entrada 200 euros directos. De hoteles, comidas, viajes. Estamos hablando de muchísimo dinero, de un motor económico. Yo siempre pongo el ejemplo del festival como un motor social, cultural y económico.
¿Qué programación hay para los más jóvenes? La programación infantil, aparte de los pasacalles. ¿Cómo se acercan los más jóvenes al clásico grecolatino de Mérida?
Pues mira, con los repartos. Yo siempre pongo el ejemplo de que me ocurrió hace un par de festivales. Cuando llevamos Edipo Rey, y estaban Alejo Saura, Mina… Había actores de la serie Élite, y vino mucha gente joven, muchísima gente joven. Y vinieron una pareja de chicos, un chico y una chica que tenían 18 años, y les pregunté, se acercaron a los camerinos, querían hablar. Les dije, ¿queréis hablar con los actores? Dijeron, no, queremos hablar con el director. Y yo soy una persona que pregunto mucho, escucho y pregunto mucho. Y les pregunté que si les había gustado y me dijeron que sí, que les había gustado mucho. Y les pregunté también que cuántas veces habían ido en su vida al teatro. Y me dijeron que con esa dos veces, en el colegio con 14 años y con 18 años viendo Edipo. Habíamos conseguido que chicos y chicas de 18 años fueran a ver una obra de esa temática. Les gustó la estética, les gustó la música. Y les preguntaba, ¿por qué no vais al teatro habitualmente? Y me dieron una respuesta que a mí me hizo pensar mucho. Y dijeron, es que el teatro es de padres. Al teatro van los padres y nosotros no vamos donde van los padres. Y yo dije, tienes razón, no van donde van los padres. Pero hay que hacer algo para que vayan los hijos, y la única manera es llevar cosas que a ellos les interese, les motive, les llene, les impresione. Me interesa, porque es un público que si le interesa rápidamente compra la entrada. Si acuden rápido, no se cortan, buscan el dinero como sea.
¿Qué espectáculo cree que puede encajar más con ellos?
Nos podemos equivocar, claro. Tenemos distintas opciones. Desde la comedia al musical. También hay musicales. Este año también tenemos un musical que es otra de las cosas que hemos introducido. Hemos intentado que todos los géneros estén en el festival. Hemos intentado que ya sea algo habitual. Que romper esos tabús no ha sido fácil. Romper el tabú de la danza, del musical, de propuestas más arriesgadas con directoras y directores o con dramaturgos y dramaturgas más contemporáneos, con una mirada más actual de los clásicos, respetando la esencia del clásico, pero con una visión distinta, creo que también es uno de los logros que hemos conseguido en el Festival de Mérida. Que hay una mirada más de hoy, más para el público de hoy.
Es una mirada mucho más amplia. Me refiero al público de hoy, porque el público de hoy, para mí, es el que tiene desde 14 a 90 años. Es un abanico muy amplio. Para esa franja tan grande no es nada fácil programar. Por eso son tantas propuestas, y tan distintas y tan variadas, porque intento llegar a todos los públicos. Continuamente me digo a mí mismo, si alguien me dice que le ha gustado algo ya he conseguido el éxito, porque he conseguido que se interese por una de las propuestas.
¿Sabes lo difícil que es saber cuáles son los gustos del público? Yo a este señor que tengo ahí enfrente, no le conozco de nada. No sé qué gustos tiene. No sé si le gusta la comedia, la tragedia, el blanco, el negro. No sé, porque no le conozco. Entonces tengo que buscar algo que le pueda interesar, que le pueda motivar para decir si va solo, acompañado, o como quiera ir al teatro. ¿Qué tengo que hacer para que ese caballero le motive ir al teatro? Hay que estar continuamente pensando en propuestas que puedan interesarle.
¿Qué ha sido lo más complicado de programar esta edición, aparte del tiempo?
El tiempo, porque he hecho prácticamente el festival en un mes. Eso es un condicionante. Las licitaciones se tienen que hacer antes para que no ocurra esto. Y bueno, cuando uno pierde, pues recurre y eso ha hecho que durante varios meses yo no pudiera hacer nada.
¿Y para cuánto tiempo?
Son dos años, más dos. Estaremos, probablemente, hasta 2028.
¿Qué espera de esta edición del festival?
Yo siempre pido mantenerme como la última edición. Ojalá me mantenga. Tengo muy claro que ya estamos en unas cifras que es imposible superarlas, entonces lo lógico es que fluctúe. Estamos hablando de unas cifras que la vez pasada se acercaron a los 180.000 espectadores. Cuando yo asumí la dirección de este festival venían 50.000. Estamos hablando de más de tres veces superior a lo que venía
Cuando tiene reuniones con la directora, por ejemplo, del INAEM, ¿Qué le transmite de la visión que ellos tienen del festival? Desde la institución, yo creo, más importante del país en artes escénicas
En este caso, el Festival de Mérida, la mayor inversión la hace la Junta de Extremadura. El Ministerio aporta una participación. El núcleo está en la Junta de Extremadura y el Ayuntamiento de Mérida. Ellos, evidentemente, se sienten muy orgullosos de tener un festival de estas características, de esta dimensión. Es un embajador de la cultura extremeña. Se sienten orgullosos y orgullosos de tener un evento, uno de los eventos más importantes de la cultura de este país.
¿A quién le gustaría tener en el Romano de Mérida que todavía no haya pasado?
A unas cuantas personas a las que ya les he dicho que quiero que vengan. Pero no voy a decir sus nombres para que no se chafen.