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Rocío Molina recoge el León de Plata de la Danza de la Bienal de Venecia

Es la primera artista flamenca que se alza con el galardón, otorgado por un jurado que destaca su capacidad para "recrear la tradición desde una aguda perspectiva contemporánea"
La creadora ha subrayado al recibir el premio el valor de "la fragilidad, que de la mano de la renuncia y el desapego" la han guiado, explica, "hasta la honestidad"
La bailaora estrena su performance Carnación, en colaboración con Niño de Elche, el próximo 27 de julio en la Bienal

Es la primera vez que el prestigioso festival otorga este galardón a una artista flamenca y lo hace destacándola como una “joven radical del flamenco internacional” que está “recreando la tradición desde una aguda perspectiva contemporánea”. El fallo ha sido aprobado por la Junta Directiva de la Bienal de Venecia bajo recomendación de Wayne McGregor.

McGregor señala además que Rocío Molina ha construido “su propio lenguaje artístico” articulado a través de “coreografías vanguardistas, extravagantes y poderosamente crudas donde el flamenco tradicional se encuentra con el baile moderno y con impulsos (improvisaciones)”. 

En esta edición Rocío Molina comparte palmarés con otro icono de la danza internacional como es Saburo Teshigawara, quien se ha llevado el León de Oro. Ambos reciben estos premios en el marco del XVI Festival Internacional de Danza Contemporánea de la Bienal de Venecia que se celebrará hasta el 31 de julio bajo el lema Boundary-less. El León de Plata de la Bienal de Venecia se suma a una excelsa lista de reconocimientos en la carrera de Rocío Molina: Premio Nacional de Danza (2010), UK National Dance Award (2016 y 2019), Premios Max (2015, 2017, 2019), Premio Olivier de Londres (2018, nominación), entre otros. En los últimos años, la artista ha conquistado algunos de los templos más importantes de la danza y las artes escénicas como el Barbican Center de Londres, el New York City Center, el Esplanade de Singapur, el Festival Tanz Im August de Berlín. Además, Rocío Molina ha sido artista asociada al Teatro Nacional de Chaillot en París. 

El León de Plata, dedicado a jóvenes talentos de la danza, ha recaído en ediciones anteriores en artistas e instituciones como Anne Teresa De Keersmaekers’ Performing Arts Research and Training Studios (2010), Michele Di Stefano (2014), Dana Michel (2017), Marlene Monteiro Freitas (2018), Steven Michel y Théo Mercier (2019), Claudia Castellucci (2020) y Dona Doherty (2021). 

 

Estreno mundial de Carnación 

Además de recibir el León de Plata, la artista malagueña estrenará mundialmente su performance Carnación en el Teatro alle Tese, en el marco de la Bienal de Venecia, el próximo miércoles 27 de julio. Se trata de una pieza en colaboración con Niño de Elche, Olalla Alemán, Pepe Benítez, Maureen Choi y el coro compuesto por la agrupación Cantori Veneziani y proyectoeLe. Carnación es una coproducción entre La Bienal de Venecia, La Bienal de Flamenco de Sevilla, Grec 2023 Festival de Barcelona y Teatro Español.

El título de la pieza hace referencia al proceso pictórico de coloración de la carne. Se trata de un trabajo que, desde una particular sensibilidad, realiza un recorrido abierto alrededor del deseo. Rocío Molina aborda las tensiones que el deseo produce, ya sea en la creación artística o en su forma más carnal, en una pieza en la que se encuentran la música sacra y la electrónica, la celebración de la fiesta, así como la represión y el placer íntimo de la atadura.

La obra, que cuenta con la codirección escénica de Juan Kruz Díaz de Garaio Esnaola, la colaboración en el diseño escénico y de vestuario de Julia Valencia, el diseño de vestuario de Leandro Cano y la iluminación de Carlos Marquerie, permite un lugar de encuentro entre la violencia, los cuidados y la ternura, la represión y el placer. De esta manera, las posibilidades del baile y de la voz nos conducen a abandonar etiquetas superficiales para comprender la capacidad de liberación de la danza en un mundo constreñido por el materialismo y la competitividad. Así observamos de forma reveladora que, como los brotes que afloran en lugares recónditos, existe una forma de belleza en la aridez violenta del deseo. 

 

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