Ganadora del Prix Maeterlinck de la Crítica al mejor espectáculo circense en Bélgica, la obra de T1J (Théâtre d'un jour) se inspira en prácticas chamánicas de Asia Central, con las que las mujeres construyen una relación más igualitaria con los hombres para crear un mundo más justo
Circo, canto lírico, arte barroco y ritual convergen en Reclaim, tan característica de la apuesta de Riesgo por una visión contemporánea y plural del circo, cuyas fronteras son porosas para dejar entrar en él otras artes (ópera, teatro, danza, cine, música…). Es lo que ocurre en la escuela europea de circo, que apuesta por la deconstrucción, la investigación y fusión de la disciplina técnica con la dramaturgia, junto a la hibridación con otras disciplinas artísticas y la tendencia a la intelectualización o conceptualización del circo.
En las tres décadas de vida de T1J (Théâtre d’un jour), hay miradas a la infancia (El niño que), a la inmigración (Les inouis), a los miedos cotidianos (Strach, una canción de miedo) y en Reclaim, al lugar que ocupa la mujer en una sociedad patriarcal.
Ganadora el pasado año del Prix Maeterlinck de la Crítica al mejor espectáculo circense, Reclaim recurre a la forma de un ritual inspirado en prácticas chamánicas que se realizan en Asia Central y con las que las mujeres intentan construir una relación más igualitaria con los hombres para crear un mundo más justo. De modo que es una mujer la que dirige el ritual de Reclaim mediante el canto, el movimiento y la música.
A lo largo de sucesivas escenas, el espectador se sumerge en un mundo barroco salvaje de mujeres, hombres y animales que evolucionan en una pista circular, justamente como la de los circos rodeados del público, al que este espectáculo busca confrontar y, a la vez, hacer partícipe de la dramaturgia, del universo violento de la obra.
Acróbatas, violonchelistas que interpretan música barroca, a veces cantada, recrean poéticamente ese mundo primitivo, casi sin palabras, a través de la danza y una coreografía de gran nivel acrobático (de volteretas, piruetas, portés acrobáticos…), donde, como quería Patrick Massetcuando daba las primeras vueltas a lo que iba a ser Reclaim, sobresalen la destreza física, vocal y musical.





