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‘Renacimiento’, la obra sobre la construcción de nuestra democracia que «La tristura» no ha podido estrenar

La tristura construye esta obra sobre el proceso de un montaje y un desmontaje técnico teatral. En Renacimiento se entrelazan, como en su anterior título (Future Lovers), las herramientas del documental y de la ficción, apoyándose a la vez en un proceso histórico: la formación de la Democracia Española.

“Desde hace unos años hemos ido trabajando en teatros más grandes, en mejores condiciones, y hemos podido contar con un equipo de trabajadores, de técnicos, con los que desarrollar montajes más complejos. Observamos todo ese proceso, que tan solo dura unas horas, como un rito de paso. Un camino que comienza en la nada, en el escenario vacío, y se va desplegando hasta el momento final, cuando todo está dispuesto para que entre el público. Esta marcha entre luces, maquinaria y construcción del espacio, nos parece casi un recorrido místico. Siempre hemos pensado que en ese viaje se escondía una pieza escénica en la que algún día tendríamos que investigar. El momento es ahora.

Al mismo tiempo, Renacimiento se dibuja a partir de momentos icónicos de nuestra breve historia democrática. La pieza trata de comprender la naturaleza de los grupos y de las comunidades y cómo nos unimos en relación a objetivos en común. Nos concentraremos en un pequeño grupo de operarios que nos conducen por esta obra, con el deseo de simplemente llegar a conocerles, con la intuición de que la intimidad y la poesía son, esencialmente, conceptos políticos.

El teatro es el lugar en el que la sociedad se enfrenta a sí misma, a sus propias heridas y oscuridades. Y, al mismo tiempo, es un espacio de celebración, un extraño oasis donde todavía es posible el encuentro humano, real y tangible, donde sentir que no estás solo en el mundo. Siempre nos hemos sentido apelados por esta dualidad. Por eso, frente al recuperado concepto de «Reconquista», traemos aquí el de «Renacimiento», que, de una manera inocente e incluso naíf, nos recuerda que seguramente nos querremos volver a despertar mañana. Y que, hayamos llegado como hayamos llegado hasta aquí, la vida empieza, de nuevo e imparablemente, ahora mismo.”

 

La tristura

A quince años de su nacimiento, la compañía La tristura echa la vista atrás para contemplar ese camino que comenzó de la nada, en un espacio vacío, y ha ido creciendo entre escenografía y maquinaria, igual que se va construyendo este montaje técnico teatral. Este es el paisaje de su pieza escénica, Renacimiento, que estará en cartel de los Teatros del Canal de Madrid del 17 al 30 de abril. Producida por el propio Teatros del Canal, junto al Théâtre de Liège de Bélgica, con la colaboración del Grand Theatre de Groningen en Holanda y el Ayuntamiento de Madrid.

Renacimiento se inicia con una obra de repertorio que está terminando. Multitud de operarios empiezan a desmontar su escenografía, hasta que el espacio queda vacío. La dramaturgia que recorre todo un montaje técnico nos lleva por varias fases que podrían recordar a la Transición o a las asambleas en las plazas españolas. Al final, todo el trabajo de este pequeño grupo hará que todo quede dispuesto para abrir el telón y que comience el nuevo espectáculo.

Si en una de sus primeras piezas La tristura recordaba aquello de “no se habla del amor, se habla enamorado”, en Renacimiento intuye que “no se habla del diálogo, se dialoga”. Porque, en las últimas obras, por primera vez, la compañía ha comenzado a escribir diálogos, una herramienta teatral clásica que siempre habían esquivado. Ahora, casi como un gesto político, ha tratado de reducir los textos proyectados, las voces en off y los monólogos, hasta ahora unas constantes de su textualidad. Para ubicar, en este caso, el diálogo y la cooperación en el centro del hecho escénico.

A partir de ahí, la pieza se plantea como una reconstrucción poética y cronológica de los últimos 50 años de nuestro país. Como en el montaje previo de la compañía, Future Lovers, se investigan los límites entre la representación de la realidad y la ficción apoyándose en algunas herramientas del documental, como el tipo de oralidad, la estética interpretativa o contar con un elenco de verdaderos técnicos de teatro. Varios de ellos, que nunca han actuado y, en su mayoría hombres, conforman un colectivo que permite mirar un poco más de cerca los conflictos que está viviendo la masculinidad actualmente.

En Renacimiento La tristura reafirma su concepción del teatro y el arte como espejo de una comunidad, y su voluntad de crear “situaciones humanas” dentro y fuera del escenario, como ya hizo en Future Lovers, CINE y Materia Prima. Piezas, todas ellas, con las que la compañía, hoy residente en los Teatros del Canal, ha colaborado con lugares como el Festival de Otoño de Madrid, Cena Contemporânea de Brasilia, Théâtre de la Ville de París, Festival Grec de Barcelona, Sommerfestival Kampnagel de Hamburgo, Teatro Central de Sevilla o Festival Internacional de Lugano.

En este momento La tristura compagina la creación y estreno de “Renacimiento” con la continuación de la gira internacional de “Future Lovers” que les llevará por teatros y festivales de Alemania, Francia, Suiza, México, Italia o España, entre otros.

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