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Un verdadero Don Quijote de la Mancha en el Corral de Comedias de Almagro. Una delicia o un espanto

Según el programa de mano de la propia obra, lo que hace que la obra de Cervantes sea de una modernidad extraordinaria es que la obra transcurre entre la frontera del arte y la vida, la realidad y la ficción, la razón y la locura.

La función está dividida en tres partes bien diferenciadas. Una de ellas ejecutada por los actores, otra, ejecutada por las marionetas que apoyan el montaje de manera magistral, y la otra, como si de una rueda de prensa se tratara.

¿Alguien podría haber imaginado comenzar a leer el Quijote desde el final hasta el principio? ¿Se imaginan que un Quijote al uso denuncie cuando se da cuenta que han escrito mentiras sobre él?

Alonso Quijada vuelve a convertirse en Don Quijote para defenderse de falsificaciones ante Avellaneda. En la función, Cervantes y su personaje muestra hasta qué punto es ambigua la relación entre la ficción y la realidad. La ficción se deja en manos de las marionetas.

La iluminación crea el ambiente más que acorde para disfrutar sin distracción de los actores y las marionetas, que, a su vez, están apoyados en alguna que otra proyección. La lengua que maneja la propuesta es francés y español con sobretítulos.

Depende mucho de las expectativas que cada uno lleve de lo que será la obra en sí. Para muchos es una delicia, como es el caso de la que escribe, y para otros un verdadero espanto. De hecho, al término de la primera parte, se pudo escuchar un ¡Fuera! de un espectador disconforme con el montaje. Además, muchos otros no entran a la segunda parte. Nunca llueve a gusto de todos. Pero mejor, juzguen por ustedes mismos. Seguiremos respirando festival.

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