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Juan Mayorga, Wajdi Mouawad y Mario Gas, entre los protagonistas de la temporada 2018-19 del Centro Dramático Nacional

En palabras de Caballero, la selección de espectáculos de la temporada que arrancará en septiembre se caracteriza tanto por la «garantía de excelencia» como por un «criterio de diversidad estética e ideológica» acorde con la «heterogénea sociedad».

Por ello, tal y como señala en el texto que acompaña a la presentación de la nueva temporada, en el próximo curso podrá disfrutarse de «grandes clásicos del repertorio, atravesados por la mirada de reputados maestros de la escena, hasta las propuestas de autores y autores españoles» pertenecientes a la renovación dramatúrgica.

El escritor y dramaturgo canadiense Wajdi Mouawad, autor de obras como ‘Indencies’, abre la temporada el 21 de septiembre con ‘Notre innocence’, que permanecerá en cartel en el Teatro Valle-Inclán hasta el día 23.

Su nombre es uno de los destacados del próximo otoño, al que se suman Alfredo Sanzol, con ‘Luces de bohemia’, de Valle-Inclán, en el Teatro maría Guerrero entre el 4 de octubre y el 25 de noviembre, o Calixto Bieitio que dirige y firma la versión de ‘Obabakoak’, la novela de Bernardo Atxaga, del 25 al 28 de octubre en el Teatro Valle-Inclán.

Asimismo, los primeros meses de la temporada 2018-2019 contarán con Juan Mayorga, autor y director de ‘El mago’, del 23 de noviembre al 30 de diciembre en el Valle-Inclán, o Mario Gas, en la dirección de ‘Calígula’, de Albert Camus, del 4 al 30 de diciembre en el Teatro María Guerrero.

Durante los primeros meses de 2019, destaca la puesta en escena de ‘la geometría del trigo’, dirigida y escrita por Alberto Conejero, que permanecerá en el cartel del Valle-Inclán del 6 al 24 de febrero. También en este teatro, y ya en primavera, el público podrá asistir a ‘Shock. 1 el cóndor y el puma’, dirigida por Andrés Lima, entre el 25 de abril y el 9 de junio.

Asimismo, entre el 17 de mayo y el 7 de julio, Natalia Menéndez dirigirá ‘Tres sombreros de copa’, de Miguel Mihura, en el Teatro María Guerrero.

En palabras del director del Centro Dramático Nacional, «en momentos de incertidumbre y abatimiento» se requiere contemplarse «en esos multidimensionales espejos que siempre, aun en el caso de los más deformadores» procuran un «vital y necesario optimismo».

«El teatro refuerza las defensas del cuerpo social protegiéndolo de caer en una resignada y acrítica pasividad. Abre inesperadas ventanas de luz a una siempre incompleta comprensión de nuestra naturaleza. Nos predispone al asombro al tiempo que obliga a interrogarnos sobre lo que somos, hemos sido y queremos ser», concluye en el texto que presenta esta temporada.

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