Dos mujeres, dos hombres y lo que aparece furtivamente por el rabillo del ojo. De Reojo juega con los márgenes de la mirada y sus múltiples intenciones: miradas cómplices, desconfiadas, desafiantes, deseosas; miradas que no perdonan o que acarician sin tocar. La obra explora la dualidad entre lo visible y lo escondido, en los secretos y emociones que surgen en los vínculos humanos, invitando al espectador a imaginar esas historias que respiran en los cuerpos a través del movimiento, el ritmo, el gesto y la emoción...