Amparo Rivelles pertenecía a una dinastía de artistas que marcaron la escena española. Hija de los reconocidos artistas Rafael Rivelles y María Fernanda Ladrón de Guevara, nieta de Jaime Rivelles y de Amparo Guillén y hermana del actor Rafael Rivelles, creció en un ambiente donde el arte era el pan de cada día. Además, fue hermana por parte de madre de Carlos Larrañaga y tía de Amparo Larrañaga y Luis Merlo, demostrando que el talento artístico fluye por las venas de esta familia.
Desde muy joven, Amparo Rivelles demostró su pasión y talento para la actuación. Debutó en el teatro a los 14 años y rápidamente se convirtió en una estrella. En el cine, Rivelles trabajó con los directores más importantes de la época y compartiendo pantalla con las grandes figuras del cine español. Algunas de sus películas más recordadas incluyen Esquilache de Josefina Molina (1989), Mister Arkadin de Orson Welles (1955), Hay que deshacer la casa de José Luis García Sánchez (1986). En la televisión trabajó en numerosas series como La Regenta (1995) o La cruz de Marisa Cruces (1970-1971). Pero, fue en el teatro donde Rivelles alcanzó sus mayores éxitos. Interpretó obras de los autores más destacados como La brisa de la vida de David Hare, con dirección de Lluís Pasqual (2004), Paseando a Miss Daisy de Alfred Uhry (2001), Los padres terribles de Jean Cocteau y dirigida por Juan Carlos Pérez de la Fuente (1995-97), El abanico de Lady Windermereversión de Ana Diosdado de la obra de Oscar Wilde (1992-93), Rosas de otoño de Jacinto Benavente, con dirección de José Luis Alonso (1990), La loca de Chaillot de Jean Giraudoux, con dirección de José Luis Alonso (1989), La Celestina de Fernando de Rojas, con dirección de Adolfo Marsillach (1988), o Campo de armiño de Jacinto Benavente (1945).
A lo largo de su carrera, Amparo Rivelles recibió numerosos premios y reconocimientos, incluyendo el Premio Nacional de Teatro, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes y el Premio Goya de Honor, además, fue la primera actrizgalardonada con el Premio Goya de la Academia de Cine. Su muerte en 2013 dejó un vacío irremplazable en el mundo de la cultura española. La capilla ardiente se instaló en el Teatro Alcázar de Madrid, un homenaje a su dedicación y amor por el teatro.
El legado de Amparo Rivelles es incalculable. Fue una actriz total, capaz de emocionar y conmover al público con su talento y su entrega. Su pasión por el teatro y su compromiso con la excelencia la convirtieron en un referente para las nuevas generaciones de actores. El 11 de febrero, al cumplirse 100 años de su nacimiento, recordamos y celebramos la vida y obra de una leyenda viva, una mujer que dedicó su vida al arte y que nos dejó un legado de belleza, emoción y talento.