Al atravesar la puerta de color madera escondida entre portales, previa contraseña, nos sumergimos en un mundo donde el tiempo parece haberse detenido en los albores del siglo XX. Este local, pionero en la especialización de la magia, alberga un aforo limitado a 57 personas, lo que crea una atmósfera íntima y acogedora, perfecta para experimentar la magia de cerca. La Cripta Mágica, con su decoración inspirada en los antiguos teatros de «rojo y oro», es un homenaje a la época dorada del ilusionismo. Cada rincón cuenta una historia: desde las paredes cubiertas con objetos utilizados por magos de antaño, las firmas de prestigiosos maestros, hasta la mágica biblioteca, donde holografías, papiroflexia, autómatas y linternas mágicas parecen cobrar vida con cada parpadeo. Este ambiente único, lleno de misterio y nostalgia, es el resultado del amor y la pasión de Mrs. Annbell, la encantadora y polivalente propietaria del local, quien ha cuidado cada detalle desde la inauguración de La Cripta en 1987, preservando así un rincón donde la magia sigue viva.
En este escenario tan especial, Iñaki Zabaletta presenta «Magia en primer plano», un espectáculo que refleja a la perfección su vasta trayectoria internacional y su dominio en el arte de la cartomagia. Este ilusionista argentino de renombre se ha presentado en los más prestigiosos escenarios de América, Asia y Europa, y su capacidad para encantar a audiencias de todo el mundo en español, inglés y mandarín es un testamento de su habilidad y versatilidad. Su propuesta más personal es una celebración de la magia de cerca, una experiencia que solo se puede disfrutar en lugares como La Cripta Mágica, donde cada gesto, cada truco y cada palabra susurrada tienen el poder de asombrar. De hecho, se ha realizado una variación del espacio para que él mismo se encuentre a escasos metros del espectador y no subido en el proscenio.
El espectáculo es una demostración de su destreza en la cartomagia, disciplina en la que se consagró como el mejor del mundo al ganar el Premio Mundial de Cartomagia (FISM, La Haya, 2003). A lo largo de la noche, Zabaletta juega con la percepción, lleva a los espectadores a un viaje a través de la ilusión y la realidad, y logra lo que pocos magos pueden: hacer que su audiencia no solo se asombre, sino que se maraville de nuevo como si fuese la primera vez que presencian un truco de magia. La frase más repetida es “¿Cómo lo ha hecho?”. Pues aun asumiendo que todo tiene truco, hay números fascinantes donde es capaz de modificar el color de las cartas y otros efectos sin ni si quiera tocar la baraja. Como maestro de este arte, también incorpora la numismagia (magia con monedas) y micromagia (magia con objetos pequeños), para presenciar producciones, desapariciones y transformaciones ante la atenta mirada de los presentes. Cada número está cuidadosamente diseñado para sorprender, pero también para conectar emocionalmente con el público. No es solo una exhibición de trucos, es una experiencia teatral que mezcla el arte de la ilusión con un toque personal y cercano, haciendo honor al nombre del espectáculo.
En «Magia en primer plano», Iñaki Zabaletta no solo se dedica a deslumbrar al público con su habilidad, también adopta un enfoque didáctico, guiando a los espectadores a través de los fundamentos de la magia de manera pausada y sosegada. En un instante concreto, profundiza sobre los juegos clásicos y sobre la importancia de los Ases en la baraja, esas cartas que, a pesar de ser aparentemente simples, encierran un poder simbólico y técnico dentro del arte de la cartomagia. Zabaletta explica cómo los cuatro palos – corazones, diamantes, tréboles y picas – además de representar los diferentes elementos y valores en un juego de cartas, son piezas clave en la estructura narrativa de muchos trucos de magia. En este contexto, evoca la figura de maestros como Juan Tamariz, cuya influencia en el mundo de la magia ha sido monumental. A lo largo del espectáculo, invita al público a observar no solo el truco en sí, sino a entender el porqué detrás de cada movimiento, mostrando que la magia es un arte que combina técnica, historia y narrativa. Este ilusionista, con más de treinta años de experiencia, no solo es un maestro de la técnica, también posee una presencia escénica arrolladora, con un sentido del humor que cautiva y envuelve desde el primer momento. En definitiva, su actuación es un verdadero tour de forcé donde la audiencia además de presenciar la magia casi puede palparla.