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Un vestido de Carmen Amaya, un abanico de Pastora Imperio o un cuadro de Miró, «joyas» de la muestra ‘125 años de danza’

Foto de familia de la inauguración

La muestra, que se podrá visitar hasta el 30 de abril, está organizada cronológicamente y expone «joyas» como el vestido de Carmen Amaya que llevó en la película ‘Los amores de un torero’, una chaquetilla bolera de José Díaz Morales, que se la regaló al entonces presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt, una bata de cola de María Pagés, un mantón de manila o un abanico de Pastora Imperio, según ha explicado la comisaria Maribel Sausor.

«Los artistas y sus familiares han cedido vestuario, apuntes coreográficos, escenografías, etc. Todo tipo de materiales que hacen que esta exposición, aunque humilde, recopile una cantidad importante de joyas», ha asegurado.

El recorrido de la muestra se inicia con la llegada de los ballets rusos a España. Al principio de ella, se observa una partitura de ‘El amor brujo’, de Manuel de Falla, que, según Maribel Sausor, es una de las piezas «fundamentales» de las que parte la danza en España. La SGAE muestra también un boceto del mural ‘Retrato de Manuel de Falla y sus amigos’, que Herminio Molero firmó en 1992 para una exposición dedicada al compositor gaditano en el Instituto Cervantes de París, en el que aparece García Lorca, entre otros.

En ese trayecto por los 125 años del baile, la exposición revela cómo la danza ha impregnado otras artes, destacando una obra de Joan Miró, ‘Quelques fleurs pour des amies’ (1965), un cuadro de Antoni Tàpies (1987, ambos procedentes del Archivo Fundación Antonio Gades, o la reproducción de Salvador Dalí del telón de fondo para ‘Café de chinitas’.

Asimismo, se incluyen algunas de las piezas que el pintor y diseñador gibraltareño Gustavo Bacarisas realizó para vestir a Antonia Mercé ‘La Argentina’ en Leyenda (1928), de Isaac Albéniz, o a Vicente Escudero en la representación de ‘El amor brujo’ (1934), de Manuel de Falla, junto a ‘La Argentina’.

Para la muestra, Sausor ha contado con la ayuda de Ibis Albizu, profesora e investigadora experta en la relación entre filosofía y danza, que ha reconocido en rueda de prensa que le dio «cierto vértigo» participar en la muestra porque «era imposible que estuviesen todas las personas que merecen estar».

«La danza en España es muy plural, tenemos flamenco, escuela bolera, ballet clásico, danza contemporánea… Toda esa pluralidad, ese colorido y esa diversidad es lo que constituye lo que entendemos hoy por danza en España. En la exposición hay mucho vestuario, un gran aliado de los coreógrafos y de los bailarines, pero también hay cartelería de muy diversas épocas, hay anotaciones de los propios coreógrafos, hay partituras musicales. En definitiva, hay una pluralidad de formas de acercarse a la danza», ha explicado.

La exposición también se acerca a figuras más actuales como Rocío Molina y Jesús Carmona, representante del flamenco de vanguardia. Las anotaciones coreográficas de Carmona forman parte de la exposición y son «el equivalente a las partituras de los músicos», como han resaltado Sausor y Albizu.

 

 

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