En el año 2009, en un antiguo prostíbulo de la calle Ballesta, un grupo de dramaturgos encabezado por Miguel Alcantud llevó a cabo la representación de trece piezas teatrales breves, de pocos minutos de duración, unidas por un mismo tema: el dinero. Aquel experimento teatral, que proponía al espectador sumergirse en historias intensas dentro de espacios reducidos, fue un éxito rotundo y dio origen a un nuevo formato que revolucionó la escena teatral por su cercanía, dinamismo y capacidad para multiplicar relatos y miradas en una sola noche. Poco después, en noviembre de 2010, sus creadores trasladaron la experiencia a una antigua carnicería en la calle Loreto y Chicote, donde establecieron una sala permanente que ha mantenido intacto el espíritu original: obras de corta duración (15 minutos), para un público reducido (máximo 15 personas por sala) y en contacto directo con los actores (en 15 metros cuadrados), representadas en sesión continúa hasta siete veces al día....