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‘Viriato’ invita a una reflexión sobre la guerra en la clausura del Festival de Mérida

Paco Carrillo dirige este montaje a partir del texto inédito del dramaturgo extremeño Florián Recio. “Exponemos a ese Viriato caudillo que acaba siendo asesinado y se convierte, una vez muerto, en mito. Nos interesaba más esta parte de su trayectoria vital porque es el Viriato más relacionado con los problemas del poder”, explica el director.

Fernando Ramos se meterá en la piel de Viriato y junto a él arman la historia de este épico personaje Ana García (Tóngina), Manuel Menárguez (Minuro), David Gutiérrez (Audax), Juan Carlos Tirado (Cepión), Pedro Montero (Olíndico), Jesús Manchón (Astolpas), Paca Velardiez (Nura) y José F. Ramos (Corifeo). A ellos les acompaña un coro formado por 15 personas, un coro de “muertos y refugiados”, detalla Paco Carrillo.

Con este montaje, la compañía Verbo Producciones vuelve sobre un tema recurrente que ya expuso en 2015 en El cerco de Numancia: “Queremos mostrar la cara de aquellos que resistieron al imperio romano. Roma trajo cosas buenas pero también la invasión de los pueblos. Y también Viriato, para defenderse, hizo cosas que no favorecieron a los más indefensos. Digamos que el Viriato que nosotros vamos a presenar es sin ninguna dua un Viriato muy humano, muy cercano y un Viriato que se puede comprender mucho desde la visión del siglo XXI”, afirma Fernando Ramos, productor y actor del montaje.

Así, Viriato pretende ser algo más que la narración de las peripecias del caudillo lusitano. “Es una reflexión sobre las guerras. De cómo la lucha por el poder, la avaricia, la ceguera para la misericordia son el motivo por el cual en la historia del hombre la guerra sea la norma y la paz la excepción”. Cientos de miles de refugiados, dan fe de ello…

Sinopsis
Roma nombra a Viriato ‘amicus populi romani’, como premio a la misericordia que el caudillo lusitano mostró al perdonarle la vida al general Serviliano y a sus hombres. Comienza para Viriato y su pueblo un período de paz. Pero Cepión, el nuevo cónsul, no está dispuesto a consentir que un bárbaro se enorgullezca de haber obligado a Roma a firmar un tratado. Con la connivencia del Senado, rompe este tratado de paz. Viriato se ha convertido en un símbolo para las tribus enemigas de Roma. Y Cepión pretende demostrar que no hay símbolo lo suficientemente fuerte que Roma no pueda doblegar. Aunque sea por medio de la traición…

Viriato, que se estrena el miércoles, estará en cartel en el Teatro Romano de Mérida hasta el domingo 27 de agosto, con lo que se pondrá punto y final a esta edición del Festival de Mérida.

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