40 años después de su debut como actor con Els Joglars, el fundador de la compañía l'Om Imprebís estrena nueva obra en la Sala Off de València, acompañado de Víctor Lucas y con dirección del griot Hassane Kouyaté
Un viaje de encuentros con grandes voces del arte y la cultura y diferentes técnicas teatrales para reflexionar con el público sobre las cuestiones esenciales de la vida y el ser humano
Para Santiago Sánchez, ¿De dónde venimos?, «es un espectáculo de madurez artística gracias a la trayectoria y por poder integrar muchas de las técnicas del teatro que hemos desarrollado». «Es también una reflexión sobre el tiempo, sobre lo que es la vida, sobre por qué tiene sentido hoy en día seguir subiendo a un escenario a hacer teatro y contar historias», añade.
¿Cuáles son los momentos esenciales de la vida?, ¿qué motiva y condiciona lo que hacemos?, ¿de dónde venimos? A estas preguntas intenta responder Santiago Sánchez con las palabras de genios, de locos, de genios-locos, de poetas, de escritores, de cantautores? en su encuentro con los espectadores. Galeano, Mujica, Serrat, Cervantes, Pavlosky, Hampaté Ba, Reggiani, Cousse, Calderón, Hierro, Chéjov, Tchaikovsky o Lorca son algunos de los nombres que resuenan en esta puesta en escena, y en la que se exhiben diferentes técnicas teatrales, desde la máscara al mimo, la voz, el cuerpo o la interpretación.
Una obra a través del tiempo y diferentes culturas
Los más de 40 años de trabajo en el mundo del teatro en diferentes culturas y lugares, como Argentina, Brasil, Perú, Francia, EEUU, Marruecos, Burkina Faso o Guinea Ecuatorial, entre otros, han permitido a Sánchez crear este espectáculo que rinde homenaje a nuestros encuentros artísticos, pero también personales, afectivos y emocionales y que, en definitiva, nos hacen ser quienes somos. Precisamente, ¿De dónde venimos? toma su título de la obra de mismo nombre del pintor huitoto Rember Yahuarcani, a quien Sánchez conoció durante la creación del proyecto La Muyuna en Perú y la selva amazónica.
Para afrontar este reto interpretativo, Santiago Sánchez se ha unido al actor, griot africano y director del Festival des Francophonies, Hassane Kouyaté, en el seno del Centro Internacional de Teatro Actual (CITA), cuyo objetivo es fomentar el encuentro de creadores de diferentes países y culturas. Ambos ya habían trabajado juntos en las creaciones Moon y Decamerón negro.
En un contexto de gran incertidumbre por la crisis climática, social y económica, Sánchez y Kouyaté unen su talento de nuevo para explorar esas preguntas eternas que nos definen como género humano, que tantas veces ya se han preguntado otros y que necesitamos seguir escuchando y contando para tener presente lo que nos une. A este combo creativo se suma el joven músico, compositor, director y actor Víctor Lucas, a quien Sánchez invitó hace ya quince años a ser parte de l’Om Imprebís.
Sánchez pone de ejemplo su encuentro con Hassane y Víctor para hacer balance de estos 40 años: «Ellos son la prueba de haber conocido a toda una serie de personas, generaciones, culturas, autores y técnicas, de todo el trabajo que hemos hecho en vivo y en directo, de ir sumando encuentros y experiencias, que queremos brindar como regalo a los espectadores».
Santiago Sánchez: un hombre de teatro total
Santiago Sánchez fundó en 1983 la compañía l’Om Imprebís, pero su debut como actor profesional llegó en 1985 con Els Joglars de Albert Boadella y la obra ?Visanteta de Favara?. Diez años después sería premiado con el premio a la Mejor Interpretación de la Alternativa del Festival de Otoño de Madrid por su versión de Chiquilladas, de Raymond Cousse. A lo largo de todos estos años ha dirigido, adaptado e interpretado más de 50 espectáculos, además de ser maestro de improvisadores al frente de l?Om Imprebís. Ha realizado encargos para el Centre Dràmatic de la Generalitat Valenciana, Teatro Nacional de la Zarzuela, Centro Dramático Nacional, la Agencia Española de Cooperación al Desarrollo (AECID) y Casa África. Como director de escena ha sido reconocido con diferentes galardones, como el Premio Ercilla de Bilbao, el Rojas de Toledo o el de las Artes Escénicas de la Generalitat Valenciana, en dos ocasiones. Además, cuenta con la Medalla de Honor del CELCIT, por su labor de difusión del teatro iberoamericano, y de la ADE (Asociación de Directores de Escena).




