Masescena

Continúa el doblete de Calderón en el Teatro de la Comedia de Madrid

Ha elegido este título para despedirse de la dirección de la CNTC con el objetivo de entregar este enorme tesoro de la dramaturgia universal a los componentes de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico para que se lo apropien desde la escena con rigor, respeto y osadía.

«Como si lo leyera por primera vez, lo voy descubriendo nuevo cada día. Estoy muy bien acompañada por el equipo creativo de la primera vez casi al completo, por todo el equipo de la CNTC y por un elenco de La Joven lleno de talento y entusiasmo y, como tiene que ser, Calderón no deja de hacernos preguntas acerca de la libertad, de la crueldad que rodea al ser humano, de la capacidad de éste para sobrevivir a ella y para vencerse a sí mismo. Verso a verso, impulsados por palabras y frases de una brillantez extraordinaria, vamos reconociendo con perplejidad aspectos de la condición humana. ¿Sueño, realidad o teatro?

«La belleza y el poder de esta pieza nos eleva y nos subyuga en la misma medida. Luchamos en cada sesión de trabajo por crear arte para ofrecérselo a nuestros espectadores».

 

ASESOR DE VERSO: Vicente Fuentes – ILUMINACIÓN: Juan Gómez Cornejo – COREOGRAFÍA: Nuria Castejón – ASESOR ARTÍSTICO: José Tomé – ESPACIO SONORO: Eduardo Vasco – ESCENOGRAFÍA Y VESTUARIO: Mónica Teijeiro – VERSIÓN: Juan Mayorga – REPARTO: Íñigo Álvarez de Lara, Mariano Estudillo, Anna Maruny, Alejandro Pau, Aisa Pérez, Pau Quero, Alba Recondo, Víctor Sáinz, Irene Serrano, Fernando Trujillo, Juan de Vera, José Luis Verguizas

 

Elgranmercadodelmundo 

Por otro lado, Xavier Alberti dirige El gran mercado del mundo. En el océano que es el Siglo de Oro de la literatura castellana, una niebla espesa esconde el archipiélago de los autos sacramentales, un género escénico que ha quedado prácticamente inexplorado por nuestros escenarios. La niebla que difumina las formas y virtudes de esos autos tiene mucho que ver con las fragancias eucarísticas emanadas por un imaginario contrarreformista que se fue desinflando tras la paz de Westfalia, con el nacimiento de los nuevos estados nación y la eclosión definitiva del capitalismo como realidad insoslayable.

Los autos sacramentales eran una gran fiesta edificada sobre un universo filosófico («teológico», dirían sus contemporáneos), dirigida a un espectro amplísimo de la sociedad. Igual que las tragedias griegas o que la lírica cómica del XIX, el auto sacramental es teatro político para la multitud urbana. Por eso, la naturaleza alegórica de sus personajes tanto nos remite a las crisis clásicas que encontramos en los primeros trágicos democráticos y sus reflexiones sobre las ideologías arcaicas, como a las picarescas denuncias que lanzaban las revistas musicales del Paralelo barcelonés o de la Gran Vía madrileña, con personificaciones voluptuosamente simbólicas de la realidad política.

En nuestra época, las doctrinas de los mercados son cada vez más imperiosas y los estados nación van perdiendo a marchas forzadas esa soberanía política que los había erigido durante tres siglos en protagonistas del orden humano. Los autos sacramentales de Calderón, tan atentos a los seísmos que prepararían las bases de una Modernidad aún eurocéntrica, interpelan muy directamente a nuestra contemporaneidad, con las nuevas y profundas transformaciones que nos ha tocado vivir.

 

SONIDO: Jordi Bonet – ESCENOGRAFÍA: Max Glaenzel – CARACTERIZACIÓN: Angels Palomar – ILUMINACIÓN: Ignasi Camprodon – COREOGRAFÍA: Roberto G. Alonso – VESTUARIO: Marian García Milla – DRAMATURGISTA: Albert Arribas – VERSIÓN Y DIRECCIÓN: Xavier Albertí – COPRODUCCIÓN: CNTC / TNC – REPARTO: Cristina Arias, Alejandro Bordanove, Antoni Comas, Elvira Cuadrupani, Jordi Domènech, Rubèn de Eguía, Roberto G. Alonso, Oriol Genís, Lara Grube, Silvia Marsó, Jorge Merino, Mont Plans, Aina Sánchez, David Soto Giganto

 

  

 

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