La magia aterriza en el Nuevo Teatro Alcalá con uno de los estrenos más esperados de la temporada. “WICKED, El Musical” llega a Madrid dispuesto a conquistar al público con una puesta en escena deslumbrante y una historia que reimagina el universo de Oz desde una nueva mirada. Una producción que hace honor a su lema —“Nunca un musical voló tan alto”— y está llamado a perdurar en la cartelera madrileña.
Mucho antes de que Dorothy llegara a Oz, vamos a descubrir la historia jamás contada de sus dos brujas más célebres. Elphaba (Cristina Picos), marcada por el color verde de su piel y un poder que la hace diferente, y Glinda (Cristina Llorente), deslumbrante, popular y ambiciosa, coinciden en la juventud y, contra todo pronóstico, forjan una amistad tan inesperada como profunda. Sin embargo, el miedo a la diferencia, las presiones del poder y las decisiones que marcan un destino las conducirán por caminos opuestos.
Dirección y adaptación de altura: un clásico con mirada española
Estrenado en Broadway en 2003, se convirtió de inmediato en un fenómeno gracias a su espectacularidad, emoción y nueva mirada al universo de Oz. Tras más de dos décadas en Nueva York y casi lo mismo en el West End, se ha consolidado como un referente del teatro musical contemporáneo. Su éxito traspasa los escenarios: la primera adaptación cinematográfica arrasó en taquilla y la segunda, prevista para finales de 2025, mantiene vivo el entusiasmo por una historia que sigue conquistando públicos de todas las generaciones. Todo ello constituye un trampolín y un engagement difícil de igualar para cualquier nueva producción.
Los hermanos David y Alejandro Serrano se consolidan como una de las parejas de adaptadores más relevantes del panorama actual. Su trabajo destaca por respetar la grandeza del libreto original de Winnie Holzman. La historia de Elphaba y Glinda conserva toda su fuerza: la amistad, las diferencias, el animalismo, la lealtad y la lucha por la justicia se perciben tan vivas como en Broadway o Londres, pero adaptadas con inteligencia al público español. La dirección del propio David Serrano (“The Book of Mormon”, “Grease”, “Billy Elliot”) consigue la coordinación entre actores, música, iluminación, coreografía y escenografía con una propuesta completamente nueva. La suma de estos factores demuestra cómo un musical internacional puede renacer en un nuevo idioma conservando su esencia y fuerza escénica.
El corazón sonoro: fuerza, emoción y maestría musical
La música, supervisada por Stephen Schwartz, quien nos obsequió con su asistencia el día del estreno, es el corazón del espectáculo, capaz de elevar cada escena y transmitir con intensidad los conflictos y emociones de los personajes. Números emblemáticos como “Desafiando la Gravedad” y “El Mago y yo” alternan con momentos más introspectivos como “Mientras seas para mí”, creando un equilibrio que guía al espectador por el viaje de Elphaba y Glinda. No obstante, algunas frases resultan demasiado largas en su esfuerzo por ser fieles al original, lo que puede generar rigidez y restar naturalidad a la música. En ocasiones, esta tensión entre texto y melodía provoca que algunos números se sientan lineales, especialmente en la primera parte, donde la integración entre canción y narrativa resulta menos armoniosa. Aun así, estos detalles no empañan del todo la fuerza general del espectáculo.
La dirección musical de Joan Miquel Pérez refuerza la potencia al frente de una orquesta de diez músicos con más de sesenta instrumentos diferentes. El también compositor y productor, a mi juicio uno de los mejores de nuestro país, utiliza los leitmotivs que atraviesan toda la obra para subrayar la identidad de los personajes y los momentos clave. Los ritmos marcados y precisos imprimen fuerza y cadencia a cada escena y convierte cada número en una experiencia sonora envolvente.
Un elenco sobresaliente con protagonistas y secundarios que hacen volar la historia
El reparto es compacto, sólido y de alta calidad, con nombres muy conocidos del teatro musical, capaces de asumir roles protagonistas con total solvencia. La química se mantiene constante durante casi tres horas y las voces brillan juntas en los momentos corales, donde las polifonías suenan limpias, poderosas y llenas de matices. Esto resulta especialmente importante en un musical que representa a un pueblo entero y a la multitud de estudiantes de la universidad de Shiz.
Todos los focos están puestos en Cristina Picos como Elphaba, eje emocional del musical. Su voz potente y matizada transmite con precisión la complejidad del personaje: frustración, incomprensión, determinación y vulnerabilidad se perciben en cada interpretación. Destacan especialmente sus momentos en “El Mago y yo” y “Desafiando la Gravedad”, donde demuestra un dominio sobresaliente de los agudos y supera con solvencia la extrema dificultad técnica de la canción. Es una verdadera suerte poder verla de nuevo en escena después de títulos como “El Médico” y “El Tiempo entre Costuras” y su consistencia y profundidad consolidan a Elphaba como el motor del espectáculo.
Otro de los nombres protagonistas en el teatro musical es Cristina Llorente, que brilla como Glinda, radiante y carismática, contrapunto perfecto a la intensidad de Elphaba. Su voz clara y brillante domina los pasajes más exigentes, destacando en números como “Popular”, donde combina ligereza, precisión técnica y juegos melismáticos. Glinda es el personaje con mayor transformación a lo largo de la obra y Llorente refleja con claridad ese arco de madurez. Los números conjuntos entre Picos y Llorente van desde la rivalidad humorística de “No soy esa chica” hasta la madurez y emoción de “Para siempre”, pasando por la complicidad de “Un breve día” y “Mientras seas para mí”. Su química sostiene la narrativa y las convierte en la pareja femenina de la temporada.
Como uno de los protagonistas masculinos, Xabier Nogales interpreta a Fiyero con carisma entre el humor, la ligereza y la tensión romántica. Su voz clara y expresiva destaca en números como “Bailando por la vida” y “Mientras seas para mí”. Su personaje evoluciona a lo largo de la obra y su actuación acompaña y refleja esa evolución con entereza y seguridad.
En el universo mágico, Guadalupe Lancho encarna a Madame Morrible con presencia escénica, autoridad y un notable saber estar. La interpretación transmite manipulación y sarcasmo, reforzando la complejidad del personaje. Javier Ibarz, como el Mago de Oz, combina misterio y humor y sobresale en “El Mago y yo” con una dualidad entre fascinación y secretos ocultos. Por su parte, Esteban Oliver da vida al Doctor Dillamond con intensidad y credibilidad. Su actuación refleja sabiduría, vulnerabilidad e indignación y refuerza el conflicto social de la universidad de Shiz. También cabe destacar a Lydia Fairén como Nessarose, hermana de Elphaba. Su buen dominio del parlato aporta claridad, delicadeza y precisión, tanto en solitario como en los números corales. Por último, Neizan Martín encarna a Boq con ternura y frescura juvenil. Refleja la lealtad y evolución del personaje, especialmente en su vínculo con Nessarose, y conecta de manera convincente con el público.
Movimiento, color y magia sobre el escenario
Las coreografías de Iker Karrera despliegan una energía vibrante que se ve potenciada por el vestuario y la caracterización, convirtiéndose en auténtico motor visual del espectáculo. Más de mil piezas diseñadas en exclusiva por Antonio Belart, junto con pelucas, máscaras y zapatos, crean un universo entre lo victoriano y lo futurista. Cada personaje se distingue por su paleta cromática: los verdes intensos de Elphaba, los tonos pastel y luminosos de Glinda o los contrastes sombríos de Madame Morrible refuerzan su identidad y ayudan a guiar al espectador en la narrativa. La caracterización, a cargo de Feliciano San Román y el propio Belart, con procesos tan exigentes como las dos horas de maquillaje diario de Elphaba o los más de 180 cambios de vestuario por función, intensifica el impacto escénico y refuerza la coherencia de este mundo deslumbrante.
La construcción escenográfica, diseñada por Ricardo Sánchez Cuerda, refleja con acierto los distintos escenarios donde transcurre la acción, creando una ambientación convincente y coherente. Me gustó especialmente los juegos de altura y la integración con las criaturas mágicas. Se apoya en paneles laterales y plataformas móviles que aparecen y desaparecen, mientras la iluminación de Juan Gómez Cornejo y Carlos Torrijos aporta una profundidad excepcional y un dinamismo constante a cada escena. Sin embargo, aunque el montaje funciona correctamente, se echa en falta algún elemento más disruptivo que sorprenda y haga sentir plenamente la magia del mundo de Oz.
“WICKED, El Musical” envuelve al público en un universo lleno de color, música y emoción. La fuerza de las voces, la precisión de la dirección musical, la espectacularidad de la escenografía y la riqueza del vestuario y la iluminación crean una experiencia intensa y envolvente, donde cada escena respira y cada detalle cobra vida. Un espectáculo que además de disfrutarlo, permanece en la memoria, recordándonos que nunca un musical voló tan alto.
Dirección y Adaptación: David Serrano y Alejandro Serrano
Dirección Musical: Joan Miquel Pérez
Reparto: Cristina Picos, Cristina Llorente, Lydia Fairén, Javier Ibarz, Xabier Nogales, Guadalupe Lancho, Esteban Oliver, Neizan Martín, Lucía Ambrosini, Antonio Mañas, Laura Enrech, Clara Rengel, Carles Vallés, Aaron Mata, Anna Coll, Iván Amigo, Carla Places, Nacho Porcar, Mia Lardner, Esteban Provenzano, Laura López, Odo Cabot, Jessica Garcés, Jon Ipiña, Belén Marcos, Gallo Ryan, Julia Saura, Óscar Muñoz
Coreografías: Iker Karrera
Diseño de Escenografía: Ricardo Sánchez Cuerda
Diseño de Vestuario: Antonio Belart
Diseño de Caracterización: Feliciano San Román y Antonio Belart
Iluminación: Juan Gómez Cornejo y Carlos Torrijos
Sonido: Gastón Briski
Programador de Luces: Crispi Tuset
Producción Técnica: Javier Ortiz
Dirección Técnica: Paco Cobos
Gerencia de Compañía: Joaquín Roselló
Productores Ejecutivos: Marcos Cámara y Juan José Rivero
Productores: Pilar Gutiérrez, Marcos Cámara y Juan José Rivero
Dirección de Casting y Producción Artística: Carmen Márquez
Ayudante de Dirección: Olga Margallo
Ayudante de Vestuario: Beatriz Carballo
Ayudante de Coreografía: Carla Diego Luque
