El Gran Teatro Pavón acoge, del 27 de noviembre de 2025 al 11 de enero de 2026, “Ilusionarte”, el nuevo espectáculo de Jorge Blass, una propuesta que apuesta por la cercanía y por una magia concebida como experiencia directa con el público. Lejos del despliegue grandilocuente, el ilusionista ofrece un recorrido de setenta y cinco minutos en el que el asombro es construido desde la sencillez escénica, el juego y una relación constante con los espectadores, invitados no solo a mirar, sino a participar y dejarse llevar.
Los amantes del ilusionismo tenían motivos para esperar un nuevo trabajo de Blass después de dejar el listón alto con “Flipar”, un espectáculo en el que el impacto visual y el ritmo vertiginoso marcaban el pulso de la función. En “Ilusionarte”, el mago madrileño, con más de 20 años de trayectoria internacional, propone un enfoque distinto: aquí, jugar no es solo cosa de niños, sino desafiar lo imposible: el tiempo, la realidad y la propia mente, para que, por un instante, el público vuelva a creer en la magia. La esencia radica en convertir cada truco en un momento de asombro y complicidad, donde la técnica se fusiona con la emoción para lograr lo que él mismo define como “el arte de dejarte con la boca abierta”.
En escena, esta filosofía queda traducida en números que nos llevan a la esencia más pura del ilusionismo. Sin desvelar demasiado, Blass, galardonado en 2024 como “Stage Magician of the Year”, el llamado “Óscar de la magia”, demuestra su destreza manual, precisión quirúrgica y rapidez sorprendente, haciendo aparecer y desaparecer cartas con una facilidad que desafía la lógica. También sorprende con efectos realizados con papel, transformando lo simple en extraordinario. Entre los momentos más impactantes destacan la psicoquinesis, deformando objetos aparentemente con la mente; la penetración, atravesando sólidos de manera imposible; y las predicciones, ejecutadas con ayuda de tecnología, que intensifican la sensación de misterio. Las cartas juegan un papel central, no como un número clásico, sino como herramienta para lograr un objetivo único: dejar sin palabras a quienes desean participar.
La relación con el público constituye, precisamente, el verdadero motor de la función. Aunque la interacción con los asistentes es habitual en cualquier montaje de magia, el creador de ilusiones, galardonado con la Varita de Oro de Monte Carlo, interviene de manera constante, generando complicidad y tensión. Los espectadores no solo miran: desde sus butacas participan en los trucos, siguen instrucciones y son protagonistas de algunas ilusiones. Esta colaboración continua transforma la experiencia en un momento dinámico y compartido, donde las reacciones y miradas del público refuerzan la sensación de que la magia no queda limitada al escenario, sino que es construida entre todos los presentes.
Con una austeridad deliberada, la propuesta escénica pone los elementos al servicio de la acción mágica y no al revés. La escenografía, funcional y sin alardes, junto a un diseño de iluminación preciso, construyen un espacio neutro que permite que el foco recaiga en el gesto, en el tiempo de espera y en la reacción del público. Esta contención visual obliga a Blass, impulsor del Festival Internacional de Magia de Madrid, a sostener la función únicamente con su presencia y su pulso escénico, un reto que afronta con maestría, manteniendo la tensión y evitando en todo momento cualquier sensación de letargo.
Si a lo largo de la función Blass logra mantenernos atónitos con cada efecto, el final resulta apoteósico, conectando y uniendo todos los elementos del espectáculo en un clímax memorable. “Ilusionarte” confirma que ilusionar es, efectivamente, un arte, y que él lo ejerce con inteligencia, sensibilidad y oficio: el de convertir lo aparentemente simple en extraordinario. Una idea que trasciende el escenario y remite también a la vida cotidiana, donde el asombro y la belleza pueden aparecer en los lugares más inesperados. Amantes de la magia, familias o cualquier espectador dispuesto a dejarse sorprender encontrarán aquí una experiencia que merece ser vivida en primera persona.





