Antes de cruzar el umbral del Teatro Albéniz, el espectador se prepara para un encuentro con la decadencia y la libertad desbordada del Berlín de entreguerras. Después de entrar, se encuentra en un Kit Kat Klub donde la ficción engulle a la realidad y la audiencia pasa a formar parte del juego. No es una reposición al uso de este clásico. LetsGo recupera la atmósfera febril de la ciudad con ambición, riesgo estético, músculo vocal y una mirada política sorprendentemente actual.
La acción nos sitúa en el Berlín de los años treinta. La ciudad palpita entre la libertad de los cabarets y el miedo que comienza a extenderse con la llegada del nazismo. En el Kit Kat Klub, Sally Bowles (Amanda Digón) canta cada noche bajo la mirada cómplice de la Maestra de Ceremonias (Abril Zamora), que invita al público a sumergirse en un universo de música, deseo y excesos. Clifford Bradshaw (Pepe Nufrio), un escritor norteamericano recién llegado, se enamora de Sally mientras presencia la relación entre Fraulein Schneider (Carmen Conesa), dueña de una pensión, y el tierno frutero judío Herr Schultz (Tony River). Entre risas, canciones y copas, la amenaza política se filtra poco a poco, hasta arrasar con cualquier ilusión de refugio.
Federico Bellone (“Ghost”, “El Fantasma de la Ópera”) firma una dirección intensa y precisa, donde cada escena resalta la carga dramática y transforma el club en un microcosmos de la época. Los conflictos personales se entrelazan con la tensión de una sociedad al borde del colapso y las subtramas de Fraulein Schneider, Herr Schultz o Clifford se integran de forma natural, sin que ninguna resulte secundaria. Bellone también enfatiza la dimensión sensual y provocadora: música, movimiento e interacción con el público seducen y envuelven desde el primer instante. La primera parte mantiene un ritmo contenido para presentar personajes y atmósfera; la segunda explota con urgencia, elevando la tensión política y social.

En esta versión, la escenografía deja de ser un mero soporte y se convierte en protagonista. Felype de Lima y Paloma Correa transforman el Teatro Albéniz en un auténtico Kit Kat Klub 360º, con tarimas, pasillos y plataformas que difuminan los límites entre escenario y público. Cada espacio invita a moverse, mirar, acercarse o incluso ser parte de la acción, creando una sensación de participación constante. Las luces bajas, el humo y los detalles de cada rincón refuerzan la atmósfera de Berlín en los años 30, donde cada gesto o interacción adquiere significado.
El diseño inmersivo permite a la narrativa fluir de forma natural: los espectadores no solo contemplan a los personajes, caminan entre ellos, viven el ascenso de la tensión y sienten el peligro político filtrándose en cada escena. Aunque el uso de las mesas como escenario puede generar momentos de estancamiento cuando la acción se concentra en un solo punto, esta integración convierte la escenografía en un elemento dinámico, muy distinto de producciones donde los decorados son meramente funcionales.
La dirección musical del maestro Julio Awad imprime a la banda en directo una energía precisa y envolvente. Cada nota guía la emoción, acompaña los conflictos de los personajes y refleja la sombra política que se cierne sobre Berlín. Awad combina fidelidad al original de Kander y Ebb con adaptaciones para la experiencia inmersiva, donde variaciones en tempo, instrumentación y arreglos dialogan con la acción escénica. La coreografía, de Gillian Bruce, fluye naturalmente con la música y el espacio: los números recorren tarimas, pasillos y mesas, eliminando la separación entre escenario y público. De igual forma que la acción, la primera parte mantiene un pulso contenido, mientras que la segunda estalla en energía, combinando jazz, cabaret y dramatismo en un crescendo emocional que envuelve al espectador.

El elenco de esta versión destaca por su talento y compromiso con la propuesta escénica. Abril Zamora encarna a la Maestra de Ceremonias con presencia magnética y arrolladora, estableciendo el tono provocador del club. Su actuación se potencia gracias al ensamble, compuesto por cuerpos apolíneos masculinos (Alejandro Fernández y Gerard Mínguez) y femeninos que se mueven con precisión, erotismo y provocación, convirtiendo cada número en un espectáculo visual y emocional.
Amanda Digón da vida a Sally Bowles con vulnerabilidad y desparpajo, mostrando en “Maybe This Time” una faceta íntima y esperanzada que contrasta con el éxtasis explosivo de “Cabaret”, donde despliega todo su magnetismo y encarna la contradicción de un personaje atrapado entre deseo y decadencia. A su lado, Pepe Nufrio interpreta a Clifford Bradshaw con sutileza, revelando en “No te vayas” su conflicto interno y el anhelo de permanecer junto a Sally, mientras su transformación de extranjero absorbido por Berlín refleja la tensión y los riesgos que rodean al club. Por su parte, Carmen Conesa y Tony River aportan profundidad y una subtrama amorosa a Fraulein Schneider y Herr Schultz y Gonzalo Ramos como Ernst Ludwig y Pepa Lucas como Fräulein Kost completan un elenco que se mueve con fluidez entre el público y el escenario, reforzando la inmersión.
“Cabaret” se erige como una de las propuestas más originales y audaces de la temporada musical. La combinación de dirección precisa, banda en directo, coreografía integrada y escenografía envolvente convierte cada función en una experiencia única, donde la sensualidad, la tensión política y la emoción se perciben desde el inicio.
Autoría: Joe Masteroff
Letras: Fred Ebb
Música: John Kander
Dirección escénica: Federico Bellone
Dirección musical: Julio Awad
Coreografía: Gillian Bruce
Escenografía: Felype de Lima y Paloma Correa
Producción ejecutiva: LetsGo
Reparto y ensamble: Abril Zamora, Amanda Digón, Pepe Nufrio, Carmen Conesa, Tony River, Gonzalo Ramos, Pepa Lucas, Andrea Buret, Marina Albaiceta, Paula Argüelles, Gerard Mínguez, Álex Fernández, Andrea del Castillo, Christian Velert, Graciela Monterde, Marc Sol





