En esta propuesta íntima y emocional, Noemí da vida a Marla, una mujer atrapada en una relación que, pese a la profundidad del vínculo, parece abocada al final. A través de un lenguaje poético y una puesta en escena sobria y minimalista, la obra transita por los recuerdos, las dudas y el dolor de dos personas que tratan de entender en qué momento se rompió lo que creían inquebrantable.
“Si alguna vez hubo un nosotros” es un intenso drama que explora la complejidad de los vínculos afectivos y las inevitables grietas que surgen entre dos seres profundamente unidos.
Los protagonistas, Jaime y Marla, recorren los vestigios de su historia en un escenario vacío que simboliza su soledad emocional. A través de monólogos cargados de lirismo y verdad, ambos intentan comprender qué falló, y si alguna vez fueron realmente “un nosotros”.
¿Qué nos cuenta “Si alguna vez hubo un nosotros”?
Si alguna vez hubo un nosotros nos cuenta muchas cosas. Nos cuenta la historia de una pareja que no pudo ser. Y entonces bucea un poco en las profundidades del porqué y nada, no intenta dar ninguna respuesta, de hecho, no da ninguna, pero sí te hace plantearte muchas preguntas sobre los porqués, sobre por qué es tan difícil que una relación íntima, una relación entre dos personas, una relación de amor íntimo puede llegar a prosperar. Y qué pasa ahí. Es una obra que creo que de alguna forma o de otra nos toca a todos.
Hace unos días justo estaba hablando con el autor, a raíz de esta entrevista, que es la primera entrevista que damos sobre la obra. Y estaba hablando con él y yo le decía, porque me decía, ¿tú cómo la ves? ¿Cómo la definirías? Y yo le decía que lo veía como un drama intimista. Y él no estaba de acuerdo conmigo, porque me decía que era una obra bastante universal. Habla sobre un tema tan universal como el amor. Y creo que sí, que es cierto que a pesar de que toca temas muy íntimos de una pareja, esos temas tan íntimos se pueden generalizar a todo el mundo, o sea, puede llegar a todo el mundo. Es cierto que lo convierte en algo bastante universal, o por lo menos esperamos que le toque a bastante gente.
Tanto Félix como yo nos embarcamos en este proyecto porque nos enamoró el texto y porque de una forma o de otra nos sentimos muy identificados con todo lo que pasa y creo que eso va más allá de ser actor o actriz, tiene que ver mucho con la persona, tiene que ver mucho con Noemí como persona antes que actriz. Y es que te toca mucho, la verdad.
¿Por qué no puede ser esta relación de pareja? ¿Qué les impide avanzar hacia adelante?
Les impiden muchas cosas que, vuelvo a repetir, todos identificamos. La incomunicación, básicamente es eso, ¿no? La incomunicación, la falta de querer entenderse en determinado momento. Y de ahí, a través de esa incomunicación, se empiezan a desarrollar una serie de problemas que parten de ahí. Pero sí, sobre todo es una falta de entendimiento absoluto por esa falta de comunicación inicial.
Los protagonistas que son Jaime y Marla están en escena solos, y no hay ningún tipo de escenografía que pueda distraer al espectador más que el uso de la palabra y lo que allí está sucediendo.
Sí, completamente. Creo que va a ser una propuesta diferente, es una propuesta muy interesante, precisamente por eso, porque no hay nada que despiste al espectador. El texto es la palabra, la única protagonista de todo. La única, por encima de nosotros. Nosotros somos el instrumento para que esta palabra pueda ser escuchada, para que suene, pero el verdadero protagonista de esta obra es la palabra. Y es una palabra que viene con mucha fuerza y difícil. Es un texto difícil. Hablo como actriz, creo que no va a ser difícil a nivel de espectador, todo lo contrario, creo que va a ser muy gustoso de escuchar. Pero a nivel actriz, por ejemplo, hablo en mi caso, creo que es lo más difícil que he hecho nunca, porque no hay nada, no hay ningún artificio. Son dos actores frente a un público, cada uno con su discurso. Y sí hay eso también que ocurre. Me preguntabas antes el por qué no puede ser. Y sí hay eso también que ocurre mucho en las parejas, en las personas, en las relaciones humanas, que es que quieres llevar la razón en tu discurso. Que el discurso convenza más que el otro. Intentar llevar razón.
¿Qué pone cada uno de su parte para que esto pueda funcionar y que verdaderamente no va a funcionar?
Bueno, ponen todo. Realmente hay una frase que a mí me encanta en la obra, que es la frase final del monólogo de Marla, y es como después de tanta reflexión, porque hay mucha reflexión sobre, porque quieren saber, necesitan saber y entender qué pasó, porque lo necesitan vitalmente. Pero hay un momento que después de tanta reflexión ella termina diciendo, ambos hicimos lo que pudimos, ya está. Y es así, ¿no? Realmente cuando una relación de pareja no funciona, por mucho que investiguen los porqués, bueno, creo que por ambas partes siempre se intenta actuar de la mejor manera, pero hay muchas cosas. Hay muchas cosas en medio que hacen que una historia no llegue a término, a buen término. Y bueno, dependiendo de cómo se mide ese buen término, porque también ese soltar puede ser un buen término. Pero bueno, me refiero a que prospere, a que esa relación evolucione. Y sí, yo creo que ambos se dejaron la piel. Y creo que eso ocurre también cuando una relación de pareja no funciona. Sean cuáles sean los motivos, creo que hay una lucha descarnada porque eso funcione. Tienes que asumir que no puede ser y soltar, que es algo que nos cuesta tanto. Es muy difícil, muy difícil soltar cuando quieres a alguien. Por todos esos lares vamos caminando en esta obra. Es muy interesante.

Y aunque ponen de su parte para poder llegar a buen término, que al final no se llega a buen término, ¿cómo termina esta relación? ¿Acaban de buen rollo, Noemí?
Bueno, tampoco te voy a contar mucho más porque la gente tiene que venir a verlo. Pero tan solo puedo decir que hay un final muy sorprendente, tremendamente bello y que creo que la gente no se espera, creo. Y terminan en paz, eso es muy importante. Creo que sí, que al final hay que acabar en paz. Entonces ya ahí te estoy contando.
¿Ha trabajado alguna vez bajo las órdenes de Ignasi Vidal?
No, nunca. Es la primera vez que trabajo con Ignasi. Lo hemos intentado varias veces. Ha sido imposible, ha sido muy difícil, todo está torcido siempre y es la primera vez. Me apetece muchísimo, porque es un director al que admiro mucho y aparte me consta que voy a aprender mucho y me apetece. De hecho, ya hemos empezado todo el trabajo de análisis del texto y tal, y trabajo de mesa, y creo que nos va a llevar a sitios muy interesantes, tanto a Félix como a mí. Tanto Félix como yo somos actores que creo que trabajamos desde un mismo sitio. Ignasi nos va a llevar a sitios muy desconocidos para nosotros y tremendamente incómodos. Y eso para un actor es un reto. Me apetece mucho afrontar este reto con ganas y bueno, que sea lo que tenga que ser y que, sobre todo, a la gente le llegue, eso sería muy importante. Que le llegue el texto, que se emocione y que intente aportar algo.
Es un texto que no da respuesta, no pretende darla… Si alguien viene al teatro esperando encontrar una respuesta, no la va a tener, pero sí es cierto que se va a ir planteándose muchas cosas y haciéndose muchas preguntas, que muchas veces es la mejor forma para tener una respuesta, hacerte preguntas.
La obra parte de la relación ya rota, o sea, lo que hacen es un análisis de qué fallo…
Así es. La relación está rota desde hace tiempo. Tampoco puedo contarte mucho más, pero hay un momento en la vida en el que te encuentras con alguien y hay un chispazo, una vuelta al pasado y reflexiona mucho sobre lo que pasó.
¿Cómo ha sido el trabajo con Félix? Me comentaba que partíais los dos de la misma forma de trabajar, de afrontar este texto.
El trabajo con Félix está siendo, porque todavía nos queda bastante. Estrenamos el 23 de septiembre y hasta dentro de una semana y pico, unos 10 días, no empezamos los ensayos. Aunque ya te digo que llevamos de trabajo, sobre todo analizando mucho, porque como es tan importante la palabra, estamos haciendo mucho trabajo de mesa y llevamos dos semanas también en todo eso. Ahora nos dejamos un tiempo para estudiar, que lo necesitamos, y volvemos a la carga. El trabajo con Félix está siendo placentero. Él es una persona tremendamente amable en todos los sentidos y es gustoso trabajar con él. Es muy cariñoso, muy simpático y tremendamente empático. Entonces creo que los dos al estar tan conectados con lo que está pasando en la obra, eso nos lleva a un punto de entendimiento y de unión muy bello. Creo que va a ser un proceso bastante motivador y con muchas ganas. Aparte el equipo es muy reducido, al tener tan poca importancia la escenografía, vestuario, todo, hace también que la energía esté mucho más concentrada y que nos unamos más. No hay tanta dispersión y trabajar con Félix es fácil, esa es la sensación. Es la primera vez que trabajo con él, de hecho, no nos conocíamos, y está siendo fácil.
¿Qué es para Noemí Ruiz el amor?
Para mí el amor es un compartir, es compartir. Y creo que la palabra compartir es bastante amplia. Es una energía que va y viene continuamente y que tiene que estar, es como un flujo que tiene que estar alimentándose y retroalimentándose continuamente para que funcione. Porque precisamente en esos momentos de atasque, cuando el flujo se detiene y cuando no sabes por qué, cuando tropiezas y cuando te cabreas, entonces creo que ese flujo se va alimentando de ese compartir diario y de ese riego diario, de ese mantenimiento. Las tuberías del flujo tienen que estar limpias y para eso se tiene que compartir y aprender a convivir desde lo más profundo. Para mí es eso. Hemos tenido todas nuestras historias y ahí estamos aprendiendo. Hay una parte en la obra, también, que dice eso. Miro a mis padres y me pregunto cómo lo hicieron. Y sí, es una reflexión muy mía, de decir por qué, también aparte la sociedad está cambiando tanto en este aspecto, que casi todo el mundo cambia continuamente de pareja o cada cierto tiempo, y realmente no es algo que tú quieras, es algo a lo que te ves abocado muchas veces.
¿Cree que, aunque vayamos cumpliendo años, afrontamos el amor con la misma intensidad?
Yo sí. Soy bastante intensa y creo mucho en el amor. Soy muy enamoradiza, me gusta estar enamorada, me gusta el sentimiento de estar enamorada. Creo que he estado enamorada de todas las personas con las que he estado. Y bueno, van pasando los años y no sé si, de hecho, creo que te enamoras más y mejor. Ahora, por ejemplo, estoy enamorada y siento que estoy enamorada como nunca antes. Tengo la sensación que es un amor más maduro porque todas las personas de antes te han ayudado a llegar hasta aquí. Y es un amor mucho más consciente, mucho más sereno, también, y donde evidentemente no cometes los mismos errores que en ocasiones pasadas, aunque hay veces que tropiezas en algunas piedras que te cuestan. Pero bueno, es una cuestión de mucha conciencia y de mucho trabajo personal. Creo que el amor necesita de eso, de mucho cuidarte tú a ti mismo, porque si no, evidentemente vas a cometer los mismos errores que otras veces.
Dentro de la obra se habla del dolor y de la soledad emocional…
Realmente se habla mucho en la obra de esa soledad emocional. Hay una parte de la obra que habla de eso, de que somos inválidos emocionales. Y muchas veces esta búsqueda del amor y ese torpedeo que tenemos en el amor ocurre por ese sentimiento de soledad, que no te deja vivir. No soportamos estar solos, entonces nos arrastramos, nos dejamos llevar y nos abalanzamos sobre los brazos de otra persona con todo lo que eso conlleva. Actuar desde ahí, actuar desde el miedo, desde el miedo a perder, desde el miedo a la soledad, creo que es un gran error. Por eso es tan importante lo que te decía antes, mirarse a uno mismo y ese crecimiento personal y saber por qué estás ahí, de forma consciente, no por esa inercia y ese miedo que nos provoca el estar solos. Hay mucha gente que está con alguien porque le da miedo estar con él mismo y esto no debería ser así. Aunque todos, en el fondo, en todos hay parte de eso. A todos nos da mucho miedo estar solos. Por mucho que estemos muy iluminados y tengamos mucho crecimiento personal. Pero por lo menos que haya un poco de luz sobre esa parte, que haya un poco de conciencia para saber por qué hacen lo que hacen. Desde dónde. Yo trabajo mucho, y voy a clases de meditación y tal, pero bueno, esto es otra historia, pero me interesa mucho el tema de crecimiento personal, y mi profe de meditación lo dice mucho, que lo importante no es lo que hagas, sino desde dónde lo hagas. Eso es importante. Saber desde dónde se hacen las cosas es un punto de conciencia importante y esa conciencia es necesaria.
¿Cómo ha sido el recorrido como actriz desde que inicia su andadura hasta llegar a ‘Si alguna vez hubo un nosotros’?
Ha sido un camino difícil, pero muy placentero. La verdad que he tenido bastante suerte en eso. A nivel teatral llevo trabajando desde hace muchos años, he pisado muchos escenarios a lo largo de mi vida y me siento tremendamente afortunada. Y la vida me ha llevado a estar en proyectos muy interesantes que me han hecho crecer mucho como actriz y que me han hecho compartir momentos muy especiales y conocer a gente maravillosa que a día de hoy son familia.
Tiene la suerte, también, de haber trabajado en audiovisual. Cada uno le aporta algo distinto al otro medio, y me imagino que trabajar en teatro, en contacto directo con el público, le aportará algo distinto a lo que le pueda aportar el audiovisual…
Sí, totalmente. Por eso te hablaba antes del mundo del teatro. Yo he hecho mucho, he trabajado mucho en teatro y he trabajado mucho en televisión, pero no sé, me defino mucho más como, bueno, no me defino como nada, soy actriz y me gusta todo, pero sí es cierto que mi recorrido en el mundo teatral ha sido más intenso quizás que en el audiovisual. Pero sí, es que el teatro para mí es tremendamente especial. Es cierto que quien me conoce sabe que para mí el teatro son palabras mayores y es una cosa que quiero seguir haciendo, que no quiero dejar de hacer nunca, aunque me venga un proyecto audiovisual muy importante, me gustaría ser de esas actrices, como Aitana Sánchez-Gijón, que siguen haciendo teatro, pese a todo, porque me conecta, me lleva a un sitio muy placentero y me aporta mucha calma. Yo piso un escenario y actúo delante de un público y creo que es como mi hábitat natural. La televisión es diferente, tiene otras cosas, también se disfruta muchísimo. Ahora acabo de terminar un proyecto y estoy feliz. Me lo he pasado en grande, pero es diferente, hay una conexión diferente. Cuando lo disfrutas, lo disfrutas mucho, pero no tiene nada que ver.

En este teatro que le encanta estar, en el que se mueve como pez en el agua, ¿con qué directores/as o actores y actrices le gustaría trabajar?
Hay muchísimos. Un Sanzol, un Miguel del Arco, Carolina Román… Hace poco vi una obra de Declan Donnellan que me flipó. Andrés Lima. Es que hay mucha gente, ¿no? Voy pensando en cosas, sobre todo que he visto este último año. A nivel de compañeros, Israel Elejalde, por ejemplo, me fliparía currar con él. Con Óscar de la Fuente, María Morales.
¿Le gustaría acometer algún personaje?
Muchos, o sea, es que hay unos cuantos proyectos a la vista, porque no paramos de intentar crear y hablar, y este año es cierto que ha sido bastante productivo a nivel de siembra, y hay muchas cosas que hay intención de hacer. Hay un texto de un italiano, Creo en un solo Dios, que es maravilloso. Este proyecto me encantaría hacerlo. Aparte va sobre todo el conflicto israelí-palestino. Y es bastante interesante. Hay muchas cosas que me apetece hacer. Me apetece hacer esos trabajos que me pongan fuera, muy fuera de mi zona de confort. Y ya este va a empezar a hacerlo, de hecho, lo está haciendo ya. Y te provoca como una especie de vértigo, miedo, emoción, motivación, cague, todo junto, que te hace sentir muy viva. Ahora mismo estoy muy tranquila, pero si me llamas dentro de un mes, estaré atacada. Voy a estar atacada. La cosa cambiará mucho. Me apetece mucho cosas que te pongan entre las cuerdas.
¿Qué recorrido le augura a esta función?
Pues le auguramos un recorrido bastante bueno, de hecho, hay como mucha pretensión. Tan solo estamos dos semanas en Madrid, nos ofrecieron más, pero había una cuestión de fechas importantes de compromisos con otras cosas y no pudimos. Y la verdad que nos dio mucha pena, porque nos da mucha pena tan solo estar dos semanas. A ver cómo funciona y a ver si dentro de poco o mucho, no sé, podemos volver a Madrid. Porque eso nos haría mucha ilusión. A mí me gusta mucho trabajar aquí. Y después la intención es salir de gira. Tenemos una gira importante. La idea es estar el máximo tiempo posible. Yo creo que esta obra, a nivel de producción es bastante fácil de mover. Creo que puede ser una obra interesante, que a la gente puede interesar, y si todo va bien esperamos estar año y pico moviéndola. Sería maravilloso. Por ahora ya te digo que arrancamos en Madrid y nos vamos de gira.
Noemí, para finalizar, ¿cómo empezó todo en su profesión?
En mi profesión empezó todo… por una pulsión muy fuerte que había en mí desde pequeña y que un día fui capaz de reconocer, darle espacio y atreverme a ello. Y empezó estudiando en Málaga, yo soy malagueña, y arranqué muy pronto mi carrera profesional. Y por eso te digo, me siento profundamente agradecida, porque soy muy consciente de la realidad de esta profesión, de lo difícil que es. Y puedo decir que he estado poco tiempo parada. Empecé a trabajar con 18 años y prácticamente no he parado. Empecé en teatro, pero bueno, fui combinando teatro y audiovisual. Y hasta hoy. Con las mismas ganas, con esa misma pulsión ahí latente y con las mismas ganas. Y con mucha fuerza, es cierto que hay momentos a lo largo de todo este tiempo, pues desde los 18 años hasta ahora han pasado muchos años, no voy a decir cuánto, pero han pasado unos cuantos, y a lo largo de este tiempo, pues como en todo, hay momentos de necesitar parar para descansar un poco y sentarte porque hay momentos duros, hay momentos de desesperación.
¿Ha querido tirar la toalla en algún momento?
Sí, mucho. Pero nunca lo he hecho ni nunca lo haré. Nunca lo voy a hacer, pero sí hay muchos momentos que necesitas llorar y verbalizar y patalear. Y necesitas decir que no puedes más, porque a veces es muy difícil. Y por mucho que te cuente que estoy profundamente agradecida, bueno, pues hay momentos difíciles. Momentos que parece que… nada sale, que todo se trunca. Y hay momentos difíciles, somos unos luchadores natos, y ahí estamos al pie del cañón. Y por muy bien que te vaya, hay momentos duros.




