Aibar/rabiA es una exploración coreográfica que mezcla a la perfección tradición y modernidad y que podrá verse por primera vez el 31 de enero en el teatro Central de Sevilla.
Aibar/rabiA, laboratorio y rito
Vanesa Aibar representa una de las voces más sólidas y renovadoras de la danza española. Es una creadora que no deja de crecer ni de reinventar la idea misma de lo flamenco.
En la búsqueda incansable que caracteriza su trayectoria, con Aibar/rabiA inicia una colaboración con el cristalógrafo español Juan Manuel García-Ruiz. Entre ambos se establece un diálogo fértil entre ciencia y danza: el estudio del científico sobre las formas cristalinas y su vínculo con el origen de la vida.
Reflexión transformada en movimiento
De esa inmersión surge la necesidad de conceder mayor espacio a lo empírico, la aceptación de lo perecedero y la certeza de que el arte solo avanza si se somete a una investigación constante.
En una segunda fase, Aibar impulsa una serie de encuentros escénicos con artistas de distintos ámbitos, a los que llama Cristalizaciones. En ellas, el riesgo del presente y la improvisación son el motor del proceso: la bailaora se deja atravesar por otras presencias para llevar su lenguaje al límite, allí donde el gesto aún no sabe en qué forma encarnarse.
Con ese bagaje —las investigaciones junto a Juan Manuel García-Ruiz y las Cristalizaciones—, Vanesa Aibar aborda su nueva obra de sala acompañada por algunos de sus cómplices habituales: el coreógrafo y Premio Nacional de Danza Guillermo Weickert, el dramaturgo David Montero y el estudio Cube en el diseño escénico. En el escenario la acompañan el músico Frank Moon y la cantaora Gema Caballero.
Si las investigaciones científicas bucean en el origen de la vida, Aibar/rabiA se sumerge en el origen de su propio baile. En palabras de la propia Vanesa “el encuentro comenzó desde un lugar intelectual, la relación de la cristalografía y el origen de la vida con el arte, concretamente el arte abstracto. Una base muy mental y está derivando a ser un espectáculo sensitivo, físico, donde se busca la esencia, lo básico, lo no complejo, lo no abstracto.”
La dualidad entre lo caótico y lo formal atraviesa toda la pieza. Su título —Aibar/rabiA— es un palíndromo que funciona como un espejo bifronte: “rabia” es fuego y potencia, materia incandescente de lo posible; “Aibar” es forma, contorno y tiempo. Entre ambas pulsiones se despliega un viaje de despojo y revelación.
Vanesa Aibar
La danza flamenca del siglo XXI ha cambiado de piel. En medio de esa transformación, pocas creadoras han logrado abrir un camino propio con tanta claridad como Vanesa Aibar. Su obra combina rigor técnico, riesgo estético y una poderosa conciencia del presente.
Desde sus primeras piezas, Era silencio y Mujer en azul, Aibar mostró una voz singular, capaz de unir flamenco, folclore y danza española sin perder autenticidad. Con Sierpe (2019) se reveló como una bailaora versátil y reflexiva, dueña de un lenguaje propio y de una técnica deslumbrante.
Después llegarían Liminal, Áspid, Todas las noches o los trabajos audiovisuales Cierro y Animal Kingdom, que consolidaron una trayectoria en plena expansión. Su reconocimiento internacional se confirmó con La Reina del Metal (Premio Max al Mejor Espectáculo de Danza 2023), una obra que lleva el flamenco más allá de sus límites, convirtiéndolo en pura materia contemporánea.
Aibar mantiene un diálogo constante con músicos y artistas de distintos campos, movida por la curiosidad y la experimentación. Su mirada se adentra en la feminidad, los mitos, la ritualidad o el inconsciente para transformar esas preguntas en cuerpo y escena.





