El tornado no llegó haciendo ruido. Llegó leyendo. Llegó cantando. Llegó bailando. Llegó, sobre todo, despertando algo antiguo y necesario: las ganas de creer. El domingo, el Teatro de Rojas no se limitó a programar Viaje a Oz, el musical, de Trencadís Produccions, con la autoría de Josép Mollà. Abrió un sendero. Uno de esos caminos que no se pisan solo con los pies, sino con la curiosidad, la risa y la certeza infantil de que los sueños, si se educan bien, pueden aprender a caminar solos...