El autor retomaba, así, una idea que el escritor y director de cine italiano Pier Paolo Pasolini expuso por primera vez en una carta de 1941, dirigida a Franco Farolfi-Parma. En ella habla con nostalgia de un momento de amistad en un bosque con luciérnagas, insectos que siente que se han extinguido por la contaminación ambiental. Así, para Pasolini la historia natural se convierte en historia política: sentía que los destellos de las luciérnagas en la oscuridad habían sido abrasados por el foco y la omnipresencia de los medios masivos de comunicación, y los fulgores del consumismo. La gente quedaba sumida en una alienación total, un nuevo fascismo infinitamente más sofisticado que el que había sido el régimen del Duce. Pero Pasolini metaforiza la humanidad e imagina que podemos salvarnos, precisamente, haciéndonos una señal en esa noche oscura, con resplandores contrahegemónicos, situando la mirada más allá de donde el poder ordena.
La nueva Temporada Chica de Teatro del Barrio, que irá de enero a julio de 2026, lleva como lema Luciérnagas, porque, en un tiempo con ruido y oscuridad, con el poder judicial politizado, la juventud más derechizada que nunca, el capital echando a la gente de sus casas o tantos ismos pendientes de reivindicar (feminismos, antirracismos, pacifismos), las luciérnagas han de emitir más luz que nunca. Son agentes de resistencia, constelación y comunidad.
Un escenario de luciérnagas
Con la fuerza de la imagen de la que habla Didi-Huberman, el diseñador de cabecera de Teatro del Barrio, el artista Jacobo Gavira, que desde que echó a andar esta cooperativa cultural se ha ocupado de dotarla de una gráfica muy atractiva y reconocible, ha elaborado una cartelería que contrasta el poder transformador de la luz sobre la oscuridad. Un poder que tienen las propias producciones de Teatro del Barrio, que además de ser teatro de exhibición es también de creación. Volverán en esta temporada. Volverá Preso en la esperanza, con Nabil AlRaee, actor del Freedom Theatre de Cisjordania (hoy cerrado por la ocupación israelí) que narra en el escenario su historia y la de Palestina, y se pregunta qué significa ser artista en tiempos de resistencia política; han coescrito la obra con él, y la dirigen, Juan Ayala y Miguel Oyarzun, con la producción de Teatro del Barrio junto con Freedom Theatre y la compañía unavezenlavida. También vuelve Gordas, lisiadas y mamarrachas, una obra luminosa y desternillante con texto e interpretación de Anna Marchessi y Coria Castillo, además de la dirección de Carlota Gaviño y la producción del Barrio; nos recuerda que todas, sin excepción, somos raras. La sátira política Isa&Javi, con interpretación de Vito Sanz y Valeria Alonso y dirección de Carolina Román, regresa para contarnos un amor interoceánico y de illuminatis neoliberales. Recuperamos Hoy tengo algo que hacer, con los seres de luz Pablo Rosal y Luis Bermejo, en un «monólogo cómico en torno al abismo y maravilla de nuestras ocupaciones», expresan. Bermejo también interpretará, junto con Malena Alterio, el ya clásico Los que hablan, que lleva cinco (¡cinco!) temporadas en cartel; la producción es de Teatro del Barrio y el texto y dirección es también de Pablo Rosal, que regresará a este escenario también como intérprete con Castroponce. En otra de las producciones de este teatro, Infiltrado en VOX, el periodista y activista antirracista Moha Gerehou se pregunta si de verdad creemos que se desvanecerá el racismo si desaparece VOX. Y en La Gran Cacería, también producción nuestra, Juan Mayorga hace doblete como autor e intérprete, bajo la mirada escénica de Luz Arcas, para reflexionar sobre el insomnio de Europa en una noche oscura en el mar.

Alumbrando la memoria disidente
Más allá de las producciones propias de Teatro del Barrio, esta caja oscura seguirá iluminándose con la recuperación, visibilización y reivindicación de historias, identidades y prácticas que han desafiado las normas hegemónicas. Haciendo memoria frente al pasado abrasado, acallado. Por ejemplo, con Federico. No hay olvido ni sueño: carne viva, de María San Miguel (Premio Ojo Crítico 2025) y su compañía Proyecto 43, aportando luz sobre las ejecuciones franquistas de Granada. Alberto San Juan volverá a brillar con luz propia en su Autorretrato de un joven capitalista español, ya un clásico de este escenario. Nos llegará Carcoma, una adaptación que ha hecho Mireia Salazar Campoy de la novela de Layla Martínez que fue un auténtico pelotazo, y habla de violencia patriarcal, memoria disidente y una casa perdida en un páramo. Pepa Zaragoza estrenará, bajo la dirección de Beatriz Jaén, Saúl y la noche, recuperando la memoria de su abuelo. Regresarán, una temporada más, Paula Iwasaki y Guillermo Serrano con su versión de Ay, Carmela, el texto de Sanchis Sinisterra que vela por la memoria de las personas humilladas en la guerra del 36.
Focos diversos
Esta temporada seguiremos poniendo el foco en las luchas diversas. Vuelve a este escenario la cañerísima compañía Las nenas Theatre, con las jovencísimas Ane Sagüés Abad y Cristina Tomás Olaya en Torcidxs, un fogonazo escénico queer, ruidoso e incómodo. Muy Innuendo seguirá sacando de la oscuridad la poesía y el pensamiento drag. Volverá Arte Compacto, el podcast escénico de Bernardo Pajares y Juanra Sanz, conversaciones de salón sobre cultura y artes visuales. Regresa Elisa Coll con Gloria, su espectáculo unipersonal en el que vuelve a casa tras años centrada en la escritura y el activismo.

La resistencia
Las luciérnagas son la resistencia, como Oriol Erausquin y Ricci Galiano, jóvenes activistas muy vinculados a la lucha estudiantil y contra el genocidio israelí, que aquí nos vuelven a recordar que La rabia es nuestra, destacando la importancia de politizar nuestro cabreo. Se estrenará en este escenario Solo quería bailar, la versión escénica de aquella novela de Greta García que es una bomba estilística con oralidad, baile y cárcel, y llevó a su autora a ganar el Premio Ojo Crítico; se ocupan ahora de esta historia Olalla Hernández y Alberto Velasco. Greta García nos traerá, además, Mi madre muerta, cocreado junto con Anna Jonsson y Alberto Cortés; todo sobre una madre. También por primera vez en este teatro, Un verano por metro cuadrado, de Nayarit Fuentes y Marina Margallo (la compañía Siete Minutos de Gloria), sobre la expropiación del derecho a la vivienda a partir de la historia del barrio de Cerro Belmonte, que se declaró en rebeldía y estado independiente del resto de España. E igualmente debutando por aquí, Yo soy 451, una obra de Xavo Giménez y María Cárdenas a partir de la novela de Ray Bradbury, que nos plantea la distopía de pensar qué ocurriría si leer estuviera prohibido.
Miguel Oyarzun y Juan Ayala repiten en el escenario con Capital, reflexionando sobre el valor de ser joven. El artista Eugenio Merino, junto con la galería La Frere, nos planteará una Subasta suicida. Tras pasar por aquí dentro del Festival Surge, Zaida Alonso recupera el título El hambre imposible, pensando en la construcción de estigmas. Regresarán Los Torreznos, ya unos habituales de Teatro del Barrio, desplegando algunos de sus grandes éxitos con los que desafíen el elitismo cultural y artístico. Antonio Zancada nos trae Paramnesia, sobre cómo recordamos la vida que recordamos. Luis Sartor, Víctor Laplace y Matías Bertilotti nos presentan Animal o la salida humana, a partir de Informe para una academia de Franz Kafka.
Y tras una residencia artística en Teatro del Barrio, Sato Díaz interpretará, bajo la dirección de Rubén Romero, La diatriba del perro, un texto de Cristina Fallarás en un mundo donde la hipocresía es una constante. Recibimos también Yo deseo (recital electrónico de inconfesiones femeninas), un viaje a la electrónica y al deseo con Eduardo Mayo, Sergio Adillo, Eva Rufo y Enrico Barbaro. Por su parte, Raúl San Julián nos trae Bajo tu piel. E Iván López-Ortega, el artista más joven en estrenar en Teatro Español, representará, en alianza con Macarena Sanz y Sergio Iglesias, Taxidermia de una alondra, un delicioso delirio escénico.
Diana Pla Solina, de la Familia Travy, nos trae Miss cosas y yo, un viaje a los deseos, los miedos y los obstáculos de la creación. La compañía Sino regresa con Sino, en torno a la libertad de ser madre teniendo alguna discapacidad.
Que la sátira nos una
El poder de las luciérnagas está en unirse, en crear comunidad. Danzan. Y en relación con ello, la sátira política es un pilar fundamental de la nueva programación de Teatro del Barrio. Por ejemplo, con Las despotorre, o lo que es lo mismo, Ane Lindane y Raquel Torres en una comedia feminista, punki y choni. Vuelve Ignatius Farray con su show indescriptible e impredecible. Vuelve Feishow, de Dennis L. Horro, un unipersonal cómico sobre la vida de Feijóo. Y aunque se hayan acabado las celebraciones por los cincuenta años de la muerte de Franco, seguirá reponiéndose, una vez al mes, Chistes contra Franco, con Eugenio Merino, Darío Adanti y Ana Alonso rindiendo homenaje a quienes hicieron reír en el franquismo.
Clara Ingold no faltará a su cita con Paloma de parque, en una nueva manera de hacer stand up. Clara Sanchis seguirá secuestrando al público en Miércoles que parecen jueves, explorando los límites entre la ficción y la realidad con textos de Juan José Millás y dirección de Mario Gas. Y Pepe Viyuela seguirá recordándonos que fallar es imprescindible, en Encerrona. Un verano más, volverá Miguel Noguera con Ultrashow. Y Teatro del Barrio mantendrá su alianza con Revista Mongolia acogiendo su Mongolity Show.

Fieles al repertorio
Teatro del Barrio seguirá apostando por las obras en repertorio, una manera de alargar la vida de las creaciones, hacerlas crecer y apoyar la sostenibilidad de las compañías y el sector, con Pamela Palenciano y sus títulos contra la violencia machista: No solo duelen los golpes y Arrancamiento. También con Malas, con actrices profesionales y no profesionales mostrándonos, a partir de su propia historia, cuántas veces nos llamaron malas por querer ser libres. Martirio volverá con su conferencia cantada La Mujer y la copla en nuestra educación sentimental.
Para todas las familias
Ya son un icono teatral, no solo en Teatro del Barrio sino en la escena de Madrid: vuelven los espectáculos familiares Aúpa leré. Percusión para crecer y Piccolino, que celebrará quince años en este escenario y girando por muchos otros de todo el mundo.

Noches de música y fiesta
La Taberna de Teatro del Barrio seguirá siendo un lugar de encuentro, confabulación y risa entre público, artistas, vecinas y cooperativistas. Además, estrenamos la Noche de fiesta, las noches de los viernes y con una artista o persona vinculada al teatro en cada ocasión, montándoselo por su cuenta con su música y alegría. En cuanto a conciertos, sonarán por aquí Extraños en el abismo (con Pena Máxima y Fajardo extrañamente presentados por Ignatius Farray), volverá a sus citas mensuales la Peña Flamenca de Lavapiés (que nació la pasada temporada en Teatro del Barrio), los miércoles tendremos Noche de Swing, el Coro Malvaloca será fiel a su cita anual con Son risas y lágrimas, Jero Romero mantendrá su residencia artística y musical y escucharemos a Tuya y The Secret Society.
Más y más
Los martes seguirán siendo de todas con el activismos de Acción vecinal, sesiones de reivindicación política que organiza la Comisión de Actividades de Teatro del Barrio. Seguirá en marcha la Asamblea de juveniles, un proyecto de creación escénica para adolescentes, que cuenta con el apoyo del Comisionado 50 Años de Libertad, como también el proyecto Barrios en lucha, con el que Teatro del Barrio explorará la actividad política vecinal que logró que la democracia se construyera también fuera de los despachos. Y mantendremos nuestra alianza con la editorial Capitán Swing con el club de lectura Capitán Barrio.




