La finalidad del BNE se centra en preservar, difundir y transmitir el rico patrimonio coreográfico español, recogiendo su pluralidad estilística y sus tradiciones, representadas por sus distintas formas: académica, estilizada, folclore, bolera y flamenco. Asimismo, trabaja para facilitar el acercamiento a nuevos públicos e impulsar su proyección nacional e internacional en un marco de plena autonomía artística y de creación.
Disponer de una programación que combine la creación con la preservación del repertorio tradicional de la danza española y la incorporación continuada de nuevas creaciones se halla dentro de las líneas maestras del Plan Director actual. En este sentido, el BNE ha puesto en marcha una nueva línea de creación abierta a las vanguardias y las nuevas tendencias, invitando a coreógrafos internacionales y nuevos creadores a colaborar con el BNE. Dentro de este contexto de aprendizaje, el BNE desarrolla además talleres que fomentan la especialización y el perfeccionamiento de los profesionales de la danza en el ámbito de la interpretación y de la creación.
Para promover la difusión de la danza española, el BNE fomenta la movilidad tanto nacional como internacional alternando espectáculos de gran formato con producciones más ajustadas y abiertas a la experimentación. Alienta la gestión económica sostenible de todas las producciones e impulsa la cooperación entre las diferentes unidades de producción del INAEM y otras instituciones públicas de todas las comunidades autónomas, así como la colaboración público-privada a nivel nacional e internacional.
En los últimos años, el BNE ha desarrollado iniciativas y colaboraciones en el mundo de la moda y potenciado las visitas de conservatorios y escuelas de toda España a sus ensayos. Dentro de su proyecto pedagógico, ha organizado distintas master class con grupos de niños de diversas capacidades y publicado el primer libro y videojuego de Danza Española para niños, titulado ‘Bailando un Tesoro’. En esta línea de difusión, el BNE ha creado su Círculo de Amigos y cuenta desde 2015 con una tienda online de venta de productos y merchandising. Para mejorar su difusión internacional, el BNE firmó un convenio con España Global para impulsar conjuntamente el patrimonio cultural y artístico de la danza española.
El BNE ha obtenido a lo largo de su existencia diversos premios nacionales e internacionales, entre los que destacan el Premio a la Crítica al Mejor Espectáculo Extranjero (1988) del Metropolitan de Nueva York; Premio de la Crítica Japonesa (1991); Premio de la Crítica al Mejor Espectáculo (1994) en el Teatro Bellas Artes de México; Premio del Diario El País (1999) al espectáculo Poeta; Premios de la Crítica y del Público (2002) a la coreografía Fuenteovejuna, de Antonio Gades, en el VI Festival de Jerez; Premio del Público (2018) del Festival de Jerez; Premio Cerinos (2018) del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida; premios del público Teatro de Rojas (Toledo) al Mejor Espectáculo de Danza en 2008, 2010, 2012 y 2014; y en 2010, el Festival Internacional del Cante de las Minas le concedió el Premio Extraordinario a las Artes Escénicas por su “magnífica contribución a la preservación y difusión del mejor flamenco”.

Afanador terminó la temporada en el Teatro de la Zarzuela y ha sido una de las producciones más premiadas del Ballet Nacional de España…
Pues sí, la verdad es que nosotros estamos muy contentos con el trabajo que hemos hecho. Para nosotros el recibir todos esos premios como reconocimiento ha sido maravilloso, para el Ballet Nacional, para todo el equipo de la Veronal, para todo el equipo del Ballet Nacional. Ha sido un espectáculo que han podido disfrutar, en Madrid, en lugares como el Teatro Real o los Teatros del Canal y el Teatro de la Zarzuela. Además, también lo han podido disfrutar en plazas fuera de Madrid. En todos estos lugares ha sido un éxito de público, todos los días lleno, y la gente emocionada. Estamos encantados
Esto pone de manifiesto, cada vez más, que la danza, sobre todo la danza española, necesita y pide a gritos ya un espacio propio para poder programar con más asiduidad, porque está claro que la gente, el público en general, está deseoso de Ballet Nacional de España.
Yo pienso que sí, que se está pidiendo a gritos, porque además no solo en el Teatro de la Zarzuela, que hacemos temporada siempre, aquí en nuestro teatro, sino en todos los teatros que hemos ido ha pasado lo mismo. Lo hablaba con Isamay, directora del Teatro de la Zarzuela. “Teníamos que haber intentado programar una semana más porque ha estado lleno absoluto. Ha sido un éxito”. Y en el Teatro Real, cuando estuvimos, me pasó con Matabosch también, de poder hacer más días por el lleno absoluto que ha tenido el Ballet Nacional. Y eso es una alegría, pero es una realidad. La gente quiere ver buena danza, un gran ballet y disfrutarlo.
Un Ballet que es de todos, porque yo considero que el Ballet Nacional de España es de todos. Todos pagamos esa magnífica compañía, ese magnífico trabajo, y considero que también debe girar más, porque hay gente que no tiene posibilidad de verlo en Madrid.
Por supuesto que es de todos. Yo creo que sí. Además, el Ballet Nacional tiene que llegar a todos los puntos o el máximo posible en España porque es un Ballet que tienen que disfrutar todas las personas que pagan su dinero para tener ese Ballet Nacional de España y que lleguen a todos los lugares posibles y tener más giras. Pero, sobre todo, la gente, hoy en día, se ha acostumbrado a viajar a Madrid para poder ver al Ballet Nacional programado en un teatro. Eso hoy en día ha cambiado mucho el público en ese sentido, cómo la gente, pues, yo decido irme a París y sacarme las entradas de la Ópera de París, porque sé que el Ballet de la Ópera está en su teatro. Tener un espacio en Madrid propio para los ballets nacionales, creo que es fundamental para cómo hoy el público está viajando y quiere conocer ciudades y yo creo que se deben encontrar más a menudo el Ballet Nacional en Madrid.

¿Cuál sería el balance de esta temporada 2024/2025 que se nos ha ido?
El Ballet Nacional ha estado, sobre todo, como marca España, llevando lo mejor a todos los países posibles. Hemos estado en Japón con, además, dos programas de repertorio, como es ‘Invocación’ y como ha sido ‘Generaciones’, un programa más clásico del Ballet Nacional. Después hemos vuelto a España con ‘Afanador’, nos hemos ido a Corea del Sur con ‘Afanador’. O sea, no hemos parado y, sobre todo, también, trabajando mucho el programa que en octubre estrenamos en el Teatro Real, que es un homenaje al maestro Granero, uno de los coreógrafos más importantes del Ballet Nacional. Y trabajando mucho y con mucha ilusión y sobre todo muy contentos de recibir todos esos reconocimientos, tanto los premios Talía, como los premios Max, que además es la primera vez que el Ballet Nacional recibe esos premios bajo una producción.
Rubén, no sé si este año hemos tenido también ese acercamiento al público más joven, a la generación de nuevos públicos para la danza, que el Ballet Nacional de España siempre ha trabajado bastante bien, bajo mi punto de vista, en ese campo.
Sí, nosotros trabajamos mucho para que el público joven se acerque al teatro, se acerque a conocer el Ballet Nacional. Tanto en los teatros donde vamos como en la propia sede llevamos nuestro proyecto pedagógico. Hemos estado dos años consecutivos con la Fundación Juan March. Vienen a visitarnos a la sede, y hemos notado mucho el cambio de público, dentro de una temporada, el cambio de público que viene cada vez más joven a interesarse por su ballet.
¿Qué más actividades se han hecho alrededor del ballet, alrededor de la compañía?
Hemos hecho sobre todo hincapié en eso, en trabajar con los colegios de secundaria, con los conservatorios. Hemos estado en todos los festivales más importantes de danza para dar becas a los jóvenes intérpretes que puedan tener su sitio y poder seguir estudiando con el Ballet Nacional dentro de la compañía. Hemos hecho todo lo posible para estar más cerca de la danza en todas sus posiciones y del público en general.
¿El Ballet Nacional va cogiendo esa identidad bajo su dirección, un sello propio marcado?
Yo creo que sí, yo creo que cada director es lo que pretende. Yo he trabajado desde, bueno, como se trabaja en el Ballet Nacional, pero dándole mi personalidad, mi forma de ser, trabajando mucho con la compañía otro tipo de formas. Yo, por ejemplo, me gusta mucho que la compañía trabaje fuera del Ballet Nacional, con algunos permisos para que ellos tengan su nombre propio también. Yo creo que en el Ballet Nacional hay grandes intérpretes, grandes primeros bailarines, primeras bailarinas, que el propio nombre del Ballet Nacional se los come. Y a mí me gusta mucho cuando salen como invitados a otras compañías o en otros espectáculos donde ellos pueden un poco también hacerse su nombre propio.

Sí, estoy de acuerdo con usted. El peso de la institución se los come, los devora. Pero es cierto que cuando salen fuera demuestran esa valía y esa calidad artística que día a día demuestran los bailarines que componen la compañía pública.
A mí eso me encanta, y que se acerquen a los conservatorios, que den sus clases con la primera bailarina del Ballet Nacional, el primer bailarín, un solista, que den clases con todos. Nosotros tenemos una relación muy cercana y nosotros mismos decimos: “fíjate si encuentras alguna chica, algún chico que nos interese para becarlo”. Nos movemos mucho así, para encontrar jóvenes valores y estar pendientes de ellos.
A mí me encanta una cosa que hacíais, no sé si en esta temporada pasada lo habéis hecho, y es invitar a coreógrafos de unas generaciones de oro de la danza, que ya tienen una edad, pero que tienen una sabiduría y son auténticos maestros de la danza española, cada uno en su distinta disciplina. No sé si habéis continuado con esas invitaciones para que puedan dar estas clases magistrales a la compañía.
Sí, sigo con ellos. Además, desde pandemia siempre lo comparto con todo el público para que los conservatorios tengan también sus cursos online y puedan seguir ese curso con el Ballet Nacional. Hago el streaming en directo donde pueden ver al Ballet Nacional cómo trabaja con ese coreógrafo o seguir una clase. Y eso siempre lo comparto con todas las personas porque creo que también lo que pasa dentro del Ballet Nacional a mucha gente le interesa, a mucha gente le gusta seguir. Y hemos tenido este año a Goyo Montero, que lo traje para que diera una master class con la compañía, trabajara desde otro punto, con su estilo propio contemporáneo, pero que a la vez él recuerda mucho a su padre, Goyo Montero. Quería acercarlo para que recordara un poco el trabajo de su padre dentro de la compañía y tenerlo un poquito cerca también.
Rubén, ¿cómo son los bailarines del Ballet Nacional de España? ¿Se diferencian mucho de su generación?
Bueno, no. Los bailarines, cuando solo nos dedicamos a bailar, a veces somos personas muy especiales, pero son personas que trabajan mucho por esta casa, luchan mucho por su carrera. Yo creo que en ese sentido el Ballet Nacional sigue intacto. Con sus problemas, con sus cosas, que siempre han estado dentro del Ballet Nacional, dentro de una administración y de todo eso. Pero ellos trabajando luchan mucho día a día. Aquí se trabaja mucho para coordinar cuarenta bailarines en escena. Hay mucho trabajo detrás. Llevamos cuatro programas de gira. No sólo dos, ni uno. Yo le digo a los programadores que ellos tienen un abanico enorme de lo que quieren llevar a su teatro, y yo siempre respeto a los directores de los teatros y a las personas que quieren y saben que su público quiere algo más clásico o algo más de vanguardia, y gracias a Dios el Ballet Nacional tiene ese abanico.

Tiene la suerte, yo creo, de rodearse también de un equipo fantástico. Yo creo que es la oportunidad perfecta esta de poder nombrar a este equipo que le rodea dentro del Ballet Nacional de España.
Tengo un equipo maravilloso. Yo siempre digo que todo esto se puede con un equipo que te comprende. Yo tengo a mi adjunta a la dirección, Guiomar, que hace un trabajo exquisito con el ballet. Trae a los programadores, está siempre vendiendo el Ballet Nacional a todos los países. Ella hace un trabajo maravilloso. Sarah Bonaldo en producción, que la producción del Ballet Nacional siempre es muy complicada, porque somos ochenta y siete personas de gira, que no es poco. Miguel Ángel Corbacho, mi asistente. Es una persona que se entrega en cuerpo y alma a su trabajo, que tiene completamente mi confianza y yo la suya, porque somos hermanos prácticamente, porque hemos hecho la carrera juntos desde pequeños. Y para mí es mis pies y mis manos. Diana Noriega, que viene de maestra conmigo, es tanto de clásico como de danza contemporánea, que hace también un trabajo maravilloso. Y después, también, el equipo dentro del Ballet Nacional, porque no solo es el equipo que ha venido conmigo, sino el equipo que nos hemos encontrado dentro de la compañía, que también hemos hecho piña con el jefe de prensa, todos los departamentos, o sea que todos hemos hecho mucha piña en eso.
¿Cuántas personas han accedido en estos últimos años al Ballet Nacional de España? Creo que ser bailarín o bailarina y formar parte de esta compañía debe de ser un auténtico privilegio.
En mis seis años han entrado 14 personas, unos 14 o 15 bailarines han entrado al Ballet Nacional. Ahora estamos también en un momento donde en el Ballet Nacional hay gente muy joven, pero también hay gente con una madurez muy buena y ese equilibrio lo tengo dentro de la compañía. Poquito a poco van haciendo su transición profesional para que entren otros bailarines.
¿Quién es el maestro Granero, al que se le va a homenajear en la próxima temporada?
Es uno de los coreógrafos más importantes, el creador de ‘Medea’, junto con Miguel Narros, por supuesto, y Andrea D’Odorico y todo su equipo, y Manolo Sanlúcar. Pero el coreógrafo de ‘Medea’, de la gran obra del Ballet Nacional. Hago un programa porque creo que el maestro ha hecho grandes coreografías que el público tiene que ver, que la generación nueva tiene que ver. Pasaremos por ‘Leyendas’, ‘Cuentos del Guadalquivir’, ‘Bolero de Rabel’, y haremos la ‘Medea’ con tres Medeas. Una Medea que viene de invitada, que es Eva la Yerbabuena, Inmaculada Salomón que se enfrenta al papel de ‘Medea’ después de ‘Electra’. Va a hacer dos diosas griegas, así que lo hace maravilloso. Le va a tocar todo Grecia a ella la pobre; y Maribel Gallardo que también lo tenía hablado con ella, porque nunca pudo despedirse realmente del escenario y hará su última ‘Medea’ dentro del programa del Teatro Real. Vamos a tener un programa bastante bonito.

Aparte de este homenaje al maestro Granero, ¿hacia dónde van a ir los tiros esta nueva temporada del Ballet Nacional de España?
Tenemos mucha gira. Empezamos en septiembre ya con una gira en la Ópera de Roma. Después estrenamos en el Teatro Real, después nos vamos a Austria otra vez con ‘Afanador’. Estamos todo el tiempo así, girando, girando. Tengo un estreno absoluto también en la primera parte del Teatro de la Zarzuela, de la temporada que viene. Y en la segunda parte tendremos ‘Medea’. Y bueno, yo creo que es una temporada con bastante fuerza. También tendremos nuestra colaboración con uno de los maestros del Ballet Nacional, como es José Antonio, donde se le hace un homenaje en abril a José Antonio en el Teatro de la Zarzuela, con sus antiguos bailarines, con colaboraciones de algunos bailarines de su época y también con la colaboración del Ballet Nacional, que estaremos, por supuesto, en este homenaje a José Antonio.
¿Qué le pides a la nueva temporada? ¿Qué le pides al público seguidor fiel del Ballet Nacional de España? ¿Y qué le pide al INAEM como cabeza visible y gestora de este Ballet Nacional?
Yo al INAEM, por supuesto, pues como siempre les digo que nos cuide mucho. Siempre les pido que nos cuide mucho. Al público del Ballet Nacional siempre digo que vengan a disfrutarlo, que no vengan a cuestionarlo, sino a disfrutarlo. Yo creo que ese es el público más bonito. Cuando un público está abierto a disfrutar es lo más bonito del mundo y es lo que hemos estado viviendo al final de temporada en este Teatro de la Zarzuela.
Cuando los programas se hacen desde el corazón, al final eso llega. ¿Y quién no puede disfrutar de esta compañía tan auténticamente maravillosa que tenemos? Hace unos días hemos vivido en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro un momento muy emotivo. Muy emotivo porque este festival que tiende más a ser dramático, está dirigido más a la parte del teatro textual, se ha fijado en una figura de la danza española, un pilar de la danza española como es Cristina Hoyos, para homenajearla. No solo homenajearla, sino que le ha concedido su premio Corral de Comedias que es el premio más importante que tienen las artes escénicas en nuestro país porque reconoce toda una trayectoria y una labor. En la figura de Cristina Hoyos se ha reconocido también al mundo de la danza. ¿Qué opina al respecto?
Ese premio, normalmente, premia a actores, actrices, dramaturgos, directores… Yo es que adoro a Cristina Hoyos, yo la quiero muchísimo, a su marido también. Me encantó que le dieran este premio porque, además, yo creo que era el que le faltaba, porque Cristina ha sido reconocida siempre en su trabajo en España. Ha tenido su Premio Nacional, su Premio de las Bellas Artes, la Medalla del Trabajo, Medalla de Andalucía, hija predilecta de Sevilla. Yo creo que ha tenido todo y es una mujer que se lo merece. Ha trabajado muchísimo. Yo he visto a Cristina trabajar muchísimo, muchísimo, no bajarse del escenario en meses, y ha sido una luchadora. Gracias a ella y a muchos también que ya no están con nosotros y otros sí que están, pues debemos todo lo que tenemos, y la danza que siempre somos como un poquito, siempre estamos un poquito más apartados de los demás en estas artes escénicas, pues que se reconozca a Cristina Hoyos ha sido la última guinda que hemos tenido para cerrar la temporada como la hemos cerrado.

Recordaba con ella la gente que queda de aquella época, pero también recordaba con ella a toda la gente que se nos ha ido.
Sí, y realmente joven.
Creo que no hemos sido justos en algunos casos, pero es momento de que podamos hacer justicia con esa generación que lo tuvo muy difícil y que tuvieron unas condiciones de trabajo verdaderamente duras en algunos casos…
Y que consiguieron muchas condiciones de trabajo que hoy en día podemos disfrutar y seguir luchando porque todavía faltan muchas cosas para lo que venga. Yo siempre lo digo, hay que seguir amando a esta profesión, pero también con unas condiciones tanto no solo dentro de los ballets, fuera, en los contratos, en todo eso todavía hay que luchar mucho. Pero lo que lucharon ellos, que fueron todos esos principios, eso se lo debemos a ellos y eso hay que valorarlo. Yo creo que nuestra generación siempre se lo ha tenido en cuenta y siempre ha valorado a estos grandes maestros. Hemos tenido siempre mucho respeto a ellos.
Me decía Cristina que nació en un corral, en el Corral Trompero, en aquella Sevilla de aquellos años. Su primer maestro fue Enrique el Cojo, que no se puede tener más gracia que ser maestro de danza y ser cojo, y además sordo también; y que tenía una pierna más larga que otra…
Pero con unas manos maravillosas y unos brazos estupendos, que él sacaba el arte por ahí. Adelita Domingo, que también fue maestra de Cristina.
¿Usted tiene recuerdos de aquella Sevilla?
Sí, sí, sí. He cogido el último tirón de esa Sevilla, porque yo conocí a Adelita Domingo, a Enrique el Cojo ya no, pero sí he tenido mucha relación con Matilde Coral. He tenido ese aroma porque he estado cerca de estos maestros y siempre me ha gustado mucho que me contaran cómo era, cómo fue, cómo lo hicieron. Siempre me han gustado esas conversaciones con ellos, por eso con Cristina han sido noches maravillosas de estar juntos y de contarme esas giras con Antonio Gades, cuando la compañía de Cristina Hoyos entra por primera vez, y la única compañía flamenca que entra en la Ópera de París. Y a mí eso me encanta. Manolo Marín, también, que ha sido maestro mío. He estado cerca de todos esos artistas que me han contado cómo era esa Sevilla, aparte de haberla vivido yo.
¿A qué huele Sevilla, Rubén, para un bailador como usted?
A azahar pura, pura. Cuando bajo del AVE y salgo por la puerta, y me da ese aroma a azahar, digo ya estoy aquí, ya he llegado.
¿Qué más me quiere contar de la próxima temporada?
Creo que te lo he contado todo. Vendrán algunas sorpresas, pero creo que te he contado parte de nuestra gira del año que viene.

¿A quién querría tener en los estudios del Ballet Nacional de España?
Pues mira, por lo que ha sido, por lo que es, y por lo que fue también para el Ballet Nacional, que me está costando la vida, pero que se lo digo desde aquí, a Joaquín Cortés. ¡Vente a vernos, vente a darnos una master class, Joaquín Cortés! Hablo con él y es porque ha sido un gran bailarín del Ballet Nacional, ha hecho una carrera maravillosa y a mí me gustaría compartir un día con todo el público, con los bailarines. Un día con él. Él dice que no quiere dar master class porque no se dedica a eso. Y dice, pero bueno, tú pídemelo, a lo mejor algún día cae, me dice. Algún día cae. Algún día tú insiste, que el que insiste…, y digo, pues no te preocupes, yo soy muy insistente. Pero yo antes de irme te quiero ver en el Ballet Nacional, que hablemos, que charlemos, que nos riamos. Que des una clase, o que charles con la compañía de lo que tú piensas de la danza, de los momentos que tú has vivido allí, en fin, compartir un día con una persona que también ha sido muy grande para esta casa.
Hay una cosa muy importante para el Ballet Nacional, aparte de las coreografías que son muy efímeras, como tú sabes, si no queda registrado en algún soporte digital sabes que las coreografías son muy efímeras, se representan y adiós. Y ahí queda. Pero hay otra parte que tiene el Ballet Nacional de España que es muy importante, a la que yo siempre le he dado mucho valor, que es su vestuario. En su vestuario hay verdaderas obras de arte, diseños de artistas internacionales que forman parte de ese armario ropero que tiene la institución.
Sí. Realmente yo siempre digo que uno de los patrimonios más importantes que tiene el Ballet Nacional de España es el vestuario y la conservación que se hace en el Ballet Nacional de España. Javi Caraballo está trabajando maravillosamente. Lo preparó Chus García, que fue la encargada de poner en marcha un sistema que funciona perfectamente y que permite que esté todo documentado. Yo saco un traje de Merche Esmeralda del ‘Don Juan’, pues no hace mucho que lo saqué, y veo la ficha, el día 4 de abril se hizo el último arreglo, se cogieron los bajos, dos centímetros de bajo, cuatro centímetros de manga, todo exactamente del último arreglo, quién lo llevó… todo. Y esa conservación es un trabajo que se hace en el Ballet Nacional maravilloso.
Son más de 4.000 piezas de vestuario, sedas naturales, pintados a mano. Es una maravilla. Es un conjunto que, por sí mismo, también cuenta otra historia del Ballet Nacional de España.
Ya en su día me encargué de hablar con algunas personas para poder sacar el Ballet Nacional a algunas salas de museo donde pudiéramos exponer esos vestuarios, porque creo que hay que verlos de cerca. Tenemos joyas de Pedro Moreno, Sonia Grande, Yaiza Pinillos… Maravillas de diseñadores internacionales y oscarizados. Yo creo que es uno de los patrimonios más importantes.





