Jordi González, vicepresidente de Arte y Contenidos de Focus inició la presentación congratulándose del éxito recogido durante la pasada temporada en la programación del Teatro Goya y dando la bienvenida a la directora y actrices de Malditos tacones: “Hemos terminado una temporada extraordinaria y estamos muy contentos de empezar la nueva rodeados de grandes amigos como Magüi Mira y Luisa Martín, a las que conocemos desde hace mucho tiempo, y con Olivia Molina, en lo que supone su debut en este teatro. Magüi Mira, directora valenciana de amplísima trayectoria, empezó su intervención mostrándose orgullosa de volver al Teatro Goya con una obra que ella ha definido como una tragedia contemporánea: “estoy emocionada de volver a estar en este teatro, que es uno de los púlpitos culturales de la ciudad; dos semanas gloriosas.”
Mira explicó que Malditos tacones es una obra que reflexiona sobre la necesidad de transparencia ante la crisis de valores y confianza que vivimos actualmente: «Es una historia que aborda una gran variedad de temas, una tragedia contemporánea que sigue vigente, que aún no hemos podido resolver. Actualmente estamos un momento en que la confianza, los valores y la ética se nos desvanece, y en este contexto surge una necesidad: la de reclamar transparencia, y transparencia en todo: en lo que comemos, en lo que compramos, en cómo viajamos, con quién hablamos… Ante la desconfianza creciente, la sociedad responde pidiendo claridad para que no crezca la corrupción y los silencios y se escondan verdades que deben salir a la luz.”
Para su directora, Malditos tacones también habla de temas complejos, como la identidad, el patriarcado o la feminidad: «La obra reflexiona sobre la identidad, y sobre cómo ésta nace y crece en el ámbito privado. El espacio público nos puede dar fuerza, pero es en el ámbito íntimo donde se forja nuestra verdadera esencia. Malditos tacones en muchos casos, está agrietada y, en escena, vemos a dos mujeres que intentan reconstruirla y, para conseguirlo, si hace falta se hacen daño mutuamente, un daño que sería denunciable, pero que, al producirse en el ámbito privado, queda en silencio.
Para cerrar su intervención, Magüi Mira alabó el trabajo de las dos actrices y del texto de Ignacio Amestoy: “Verlas trabajar ya es, en sí mismo, un espectáculo, y la obra es, en definitiva, una propuesta de pura magia teatral que urge transformar y que, sin duda, cuando lo logremos, viviremos en un lugar más justo y feliz.”
Luisa Martín, quien interpreta a Victoria Burton, la matriarca de una gran estirpe, se congratuló de volver a Barcelona con una función con tanta intensidad como ésta: “estar en Barcelona una vez más es una gran responsabilidad, porque sabemos que el público barcelonés es muy entendido y esperamos que disfruten la función tanto como lo hacemos nosotros”.
Martín también tuvo palabras de agradecimiento por su partenaire en escena, Olivia Molina, con quien combate dialécticamente durante la hora y cuarto que dura el espectáculo: «es un gozo, y al mismo tiempo una garantía, trabajar con ella. Nos pasamos todo el rato peleándonos en un enfrentamiento muy cruel, pero los dos planos, los de las actrices y el de los personajes, son inversamente proporcionales, cuanto más sufren los personajes más disfrutamos nosotros.”
Olivia Molina interpreta a una brillante y decidida abogada, que no duda en enfrentarse al poder absoluto que representa a Victoria Burton, el personaje interpretado por Luisa Martín. Molina definió la obra como un enfrentamiento entre dos mujeres muy diferentes que, sin embargo, se reconocen: «lo que está tan bien explicado en el texto de Ignacio Amestoy es el hecho de que dos mujeres tan diferentes, que además son de diferentes generaciones, se reconozcan en la otra.»
Molina también habló de la trayectoria del espectáculo, que se estrenó hace un año en Madrid y desde entonces ha tenido una larga vida recorriendo las principales plazas de la geografía española: “La obra ha sido un viaje único y especial para las tres (Mira, Martín y Molina), ya que nos encontró en momentos vitales y generaciones diferentes, y para Barcelona Goya, después de 90 funciones y un año alrededor por doquier.”
Sinopsis
Someterse es domesticar. Se logra buscando, aislando, limitando el movimiento. La cerrada en las jaulas. La mujer siente en la carne los alambres que le cortan el aire. Una estrategia violenta. Y si el movimiento duele la estrategia es más eficaz.
Malditos tacones, texto palpitante de Ignacio Amestoy. Nos habla de dos mujeres que se enfrentan con el poder en sus manos. Buscan la verdad y encuentran la gran mentira. Dos supervivientes de hoy, que buscan el oxígeno imprescindible para recuperar una dignidad perdida.
Sobre ellas, la sombra de un gigante, un cruel Agamenón cualquiera. La herencia de un poder corrupto, con identidad de sexo, como arma de sometimiento.
Dos vidas, dos éticas opuestas a una sociedad no diseñada para ellas. La gran Victoria Burton, matriarca de la saga de los Burton. Y María García, brillante abogada hecha a sí misma.
Dos grandes mujeres desnudando, cacheando o reinventando el poder de una clase privilegiada. Dos mujeres de altura que calzan los talones de forma distinta. Dos mujeres solas. Siempre han estado solas.





