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Yllana sigue ironizando sobre el elitismo en la música clásica en Maestrissimo (Pagagnini 2), en los Teatros del Canal

La icónica compañía de humor gestual vuelve a la Sala Roja por segunda vez este verano, del 25 de agosto al 6 de septiembre
Maestrissimo, continuación de su exitoso Pagagnini y con el que la compañía ha estado agotando localidades en la temporada estival, cuenta la historia de un cuarteto de cuerda que vive en un momento indefinido entre el Barroco y el Neoclasicismo
Un deternillante homenaje a piezas clásicas de la música culta, el pop, el rock y las bandas sonoras, que sirve para hablar de creación, ética, originalidad y del valor del arte en la sociedad

Cuenta las aventuras y desventuras de un cuarteto de cuerda que vive en un momento indeterminado entre los siglos XVII y XVIII, en el punto de inflexión entre el Barroco y el Neoclasicismo. Su objetivo es abrirse paso en la escena musical con un intéprete de relleno, un segundón sin apellidos pero con un talento descomunal, que quiere progresar en el escalafón y alcanzar el título de maestrissimo, y se adentra, para ello, en la vida cortesana, en territorios que le resultan desconocidos.

¿Será suficiente su genialidad para hacerse un hueco en un mundo tan jerarquizado? La pregunta sirve a Yllana, la icónica compañía de humor gestual, para abordar temas relacionados con la ética, la creación, la originalidad y el valor del arte en la sociedad, y para repasar momentos cumbre de la historia de la música: como The Opera locos, que obtuvo el Max al Mejor Musical 2019, en Maestríssimo (Pagagnini 2) la música culta es fuente de comedia, aunque el precedente más directo de este espectáculo es Pagagnini, uno de los grandes éxitos de Yllana.

Esta deconstrucción de todo puritanismo estilístico toma a Bach y a Vivaldi como referentes, y avanza por Mozart, Brahms, Beethoven, Sarasate y, cómo no, Niccolo Pagagnini. Así, suenan Asturias, de Issac Albéniz; la 5ª Sinfonía, de Ludwig van Beethoven; Danzas húngaras nº 5, de Johannes Brahms; o el Danubio azul, de Johann Strauss; obras, todas ellas, que están en la base de cualquier género musical. Pero también se interpretan versiones de Enter Sandman, de Metallica; Roxanne, de The Police; La lista de Schindler, de John Williams; y hasta Politonos sin tono ni sono.

Los violinistas Eduardo Ortega e Isaac M. Pulet, y el chelista Jorge Fournadjiev, un trío que los espectadores ya conocieron por sus interpretaciones en Pagagnini, conforman el elenco junto con el violinista Jorge Guillén StradDavid Ottone y Juan Ramos dirigen la batuta en la propuesta, que redondea un cuidadísimo vestuario, diseño de Tatiana de Sarabia y con una estética preciosista en la que los personajes se mimetizan con sus instrumentos, y que parte de la moda palaciega del siglo XVIII.

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