Masescena

Lolita y Luis Mottola vuelven a Madrid para llevarte al cielo en el Teatro Quique San Francisco

‘Llévame hasta el cielo’, de Nacho A. Llorente, estará en cartel del 25 de agosto al 12 de septiembre bajo la dirección de Juan Carlos Rubio

Llévame hasta el cielo, un espectáculo de Lerele Producción, está escrita por Nacho A. Llorente, está dirigida por Juan Carlos Rubio y podrá verse entre el 25 de agosto y el 12 de septiembre a las 21:45 horas. Más información en y venta de entradas en www.teatroquiquesanfrancisco.es

En un formato de comedia con algún que otro tinte trágico y también romántico, la metáfora de este encierro también despliega, sin quererlo, todas las serendipias necesarias para que los personajes alcancen una realidad largamente buscada: su libertad. Quizás, a primera vista, el holograma no sea demasiado evidente pero, detrás de Ángela y de Marcelo, hay varias reflexiones complejas sobre el concepto de libertad desde múltiples perspectivas. Las distintas imágenes de la historia, en superposición, harán que el espectador puedan crear sus propias imágenes sobre una fantasía que, en realidad, se encuentra en la rutina de nuestro día a día, en los telediarios y en las búsquedas personales. Por la naturaleza de la historia, algunas partes de la trama son deliberadamente anacrónicas.

Los personajes son Ángela (50), una elegante y caótica mujer madura; y Marcelo (40), un joven adulto de aspecto cansado y actitud derrotada.

 

LLEVAME HASTA EL CIELO 4

 

Sinopsis

Imagina que lo has perdido todo. Imagina que tu vida ha quedado completamente vacía. Imagina que el mundo, las personas y el futuro te han abandonado para siempre. Imagina que no te queda nada por vivir. Nada.

Marcelo está dispuesto a hacerlo. Va a matar a su mujer. Va a matar a su amigo del alma. Va a subir a ese maldito ático que roza el cielo y va a acribillarlos a balazos. Y, después, va a saltar desde la terraza para marcharse de este mundo y seguir persiguiéndolos en el mismo infierno. Pero alcanzar su destino tiene y precio y Marcelo va a tener que pagarlo. En un asfixiante ascensor que se detiene, sin explicación, a cientos de metros sobre el vacío.

Encerrado en ese ascensor con una mujer extraña y desquiciada que parece saber demasiadas cosas sobre él, el tiempo corre y parece que no hay salida hacia su libertad…

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